Imaginación y creación para regalar en Navidad

Juguetes que rompen moldes y estimulan el aprendizaje

Ante la amplia oferta lúdica que ofrece el mercado, el gran dilema a resolver a la hora de comprar los regalos navideños es cómo sorprender a los más chicos. La importancia del juego en familia y de encontrar opciones que favorezcan su aprendizaje.

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Georgina Cánaves está al frente de Ideas Casa de Cultura infantil desde hace casi 3 décadas, brindando una alternativa en el campo lúdico infantil que significa un aporte más al conocimiento de las infancias que a la circulación de objetos estéticos. Foto: Mauricio Garín

 

Redacción El Litoral

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La Navidad es un acontecimiento de celebración, solidaridad, reencuentro y de compartir con alegría. Pero también es la oportunidad que tienen muchos padres, tíos y abuelos de regalar. Y cuando de juguetes se trata, no siempre resulta una compra fácil.

¿Qué clase de regalos son más recomendables para cada edad? ¿Debemos apostar por juegos que fomenten el pensamiento o por obsequios que estimulen el movimiento y la actividad física? ¿Existe un número aconsejable de regalos para hacer a los hijos? Éstas son algunas de las preguntas que rondan en la cabeza de los adultos.

“Lo que le sugiero a los adultos es que no obedezcan a los niños, sino que los sorprendan, que busquen y les propongan de acuerdo con sus intereses y la etapa en que se encuentra cada uno. Como adultos, debemos ver qué despierta interés para ofrecerle el juguete que pueda llevarle a mejorar su aprendizaje”, dijo Georgina Cánaves, al frente de Ideas, Casa de cultura infantil, y siguió: “La gente no viene a buscar acá los objetos de la tele, sino que busca sorpresas, arte, literatura, música y actividades plásticas”.

Este espacio, vigente desde hace 27 años, se dedica a la investigación, selección construcción y provisión de recursos lúdicos para diversas necesidades del desarrollo en los niños. Su tarea es la de propiciar la ludodiversidad, el juego imaginativo no consumista y sin distinción de sexos, donde hay opciones para todos los gustos.

“Nuestro planteamiento es que el trabajo con los niños se lleve a cabo no clasificándolos por edades, sino más bien valorando en qué momento de su desarrollo se encuentra. No manejamos un esquema cerrado de actividades y de juegos en función a edades, pero sí tenemos en cuenta el grado de dificultad. Nuestro propósito es que los chicos puedan explorar y desarrollar su capital cultural a partir de experiencias nuevas”, comentó.

Jugar a jugar

A quienes estén al frente de los niños, se recomienda que se tenga una actitud proactiva. Esto significa, estar a disposición de los hijos para que sean ellos los que decidan a qué jugar, negociar condiciones o reglas imaginarias, eliminar jerarquías, mostrarse alegres y si hace falta poner límites. “Se trata de compartir una Nochebuena especial, de emociones agradables, de creación de afectos intensos que quedarán marcados dentro de los buenos recuerdos de cada niño. Al fin y al cabo, lo que quiere cualquier chico es que su papá o mamá se siente en el piso a jugar con él”, expresó Cánaves.

Además, las ventajas de compartir un juego es que los más grandes le pueden enseñar a los más chicos ciertos valores como la frustración (cuando el pequeño pierde), la paciencia (cuando debe esperar su turno), el esfuerzo (cuando debe realizar algo que le demande empeño). “Los juegos son la mejor herramienta para conocer más a una persona, fomenta una mayor unión que, si se sabe aprovechar, puede favorecer la comunicación en la familia”, sostuvo.

Premiar actitudes y valores

Las Navidades son épocas para reflejar los valores de esfuerzo y solidaridad. La clave para estas fiestas, es transmitir la noción de que no es tan importante lo mucho que se pida, sino más bien quién lo da. A la hora de reflexionar sobre este tema y evaluar cuántos regalos resultaría conveniente obsequiar en estas fechas, la educadora brinda un consejo eficaz: “Antes de hacer las compras navideñas debemos recordar qué pasó con los regalos que hicimos el año anterior, cuántos de ellos fueron realmente utilizados o disfrutados y ahora actuar en consecuencia”.

Cada niño es un mundo y la propuesta de esta casa de cultura infantil es justamente detenerse a buscar qué le interesa a cada uno. “No hay que darles más de lo mismo, sino abrirles el horizonte”, concluyó.