Llegan cartes

Orillas de la Setúbal

ERNESTO MASSA

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Soy vecino histórico de la laguna de los Quiloazas (hoy Setúbal). Me he criado en sus aguas y he aprendido a vincularme con la naturaleza de los humedales gracias a la cercanía que durante toda la vida me ha acompañado. He surcado sus aguas, nadando, a remo, a vela, pescando o tomando mates en su orilla, y he contemplado inolvidables atardeceres. Conozco la importante afluencia de vecinos de la ciudad que va a refrescarse en sus aguas en las tórridas siestas de verano.

La naturaleza nos ha dado varias playas sobre sus orillas; pero hoy resulta inentendible cómo el mayor porcentaje de sus costas se encuentran sucias, cubiertas por plásticos, restos de obra, desagües clandestinos y latas. El Estado (con sus voceros de turno) dan la espalda a las aguas de La Setúbal (que, paradójicamente, es postal de fotos y publicidades de la ciudad). No dedican recursos al cuidado de este gran humedal.

En las pocas bajadas a la playa que existen actualmente en Guadalupe Norte (dígase desde Salvador del Carril hasta la otrora hermosa Playa Norte) han clausurado el paso hacia la arena con columnas de 1,5 metros de alto para evitar el acceso de cuatriciclos (que siguen accediendo y convirtiendo a ese gran sector de la playa en un peligro, debido a las altas velocidades que adquieren). Además, impiden la posibilidad de acceder con embarcaciones menores para poder realizar deportes acuáticos, siendo una de las mejores canchas del país para las formas limpias de navegación, que van desde las diversas modalidades de remo hasta embarcaciones a vela.

Aunque cueste creerlo y duela aceptarlo (y a diferencia de innumerables localidades vecinas), no existe una sola bajada de embarcaciones pública para poder acceder, ya que hay que escapar a la mercantilización de los accesos a la laguna, evitando que alguien especule con negocios privados sobre uno de los bienes y servicios ecosistémicos que brinda este tipo de humedales fluviales.

Las autoridades deben hacerse cargo para visibilizar políticamente la problemática y luego comenzar a revitalizar el área de playas con pequeñas acciones, como por ejemplo, limpiar sus costas (no solo las áreas habilitadas con guardavidas). Especialmente luego de las crecidas, que depositan importantes cantidades de plásticos y vegetación natural y que impide el fácil acceso y disfrute cuidado de sus costas.