Argumentos a favor y en contra

El debate por la legalización del aborto: ¿qué pasa en los hospitales de Santa Fe?

El Ministerio de Salud provincial tiene una política clara a favor de la interrupción legal del embarazo pero su aplicación es dispar. En el Nodo Santa Fe, el Protomédico y algunos centros de salud favorecen la práctica.

En el Iturraspe todos los médicos siguen siendo objetores de conciencia; en el Cullen también pero resuelven algunas situaciones bajo límites bien definidos. Los fundamentos de los profesionales a cargo.

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En 2015, ocho años después del fallecimiento de Ana María Acevedo, su familia recibió disculpas del gobierno provincial. La joven murió en 2007, cuando tenía 20 años; estaba enferma de cáncer, embarazada y el Comité de Bioética del hospital Iturraspe se negó a practicarle un aborto.

Foto: Mauricio Garín / Archivo El Litoral

 

Lía Masjoan

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Twitter: @lmasjoan

Desde que el presidente Mauricio Macri habilitó el postergado debate por el aborto en el Congreso de la Nación, el tema ocupó un lugar central en la agenda pública, en la de los medios de comunicación y en la de muchas mesas de café. Hay personas que están a favor, otras en contra (y en los dos casos dicen estar a favor de la vida: unos de la madre, otros de la vida por nacer); y hay quienes aún tienen dudas y no han tomado posición. No es para menos: ni siquiera hay consenso sobre cuándo comienza la vida humana.

Más allá de las cifras -que abundan y en muchos casos carecen de rigor y son sólo estimaciones porque no hay un criterio unificado para registrar los casos-, las vivencias de quienes con frecuencia se enfrentan a mujeres que quieren abortar permite incorporar una mirada distinta, que tiene en cuenta el proceso que sigue puertas adentro de los equipos de salud, luego de escuchar tan dramática decisión.

La postura provincial

A diferencia de otras provincias del país, el sistema de salud pública de Santa Fe ha dado pasos para facilitar el proceso de Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Lo hizo con el convencimiento de que “en el ejercicio de este derecho se ponen en juego numerosos derechos humanos como la igualdad, la autodeterminación, la privacidad, el principio de legalidad y la no discriminación”, con lo cual “el derecho de las mujeres de acceder a los abortos previstos por el Código Penal (ver aparte) constituye un derecho humano de orden constitucional”.

Así, en el año 2012 adhirió a la Guía Técnica para Atención Integral de los Abortos No Punibles del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable del Ministerio de Salud de la Nación, creada en 2010, tras el fallo F.A.L del Superior Tribunal de Justicia de Chubut, ratificado en marzo de 2012 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ese fallo sentó jurisprudencia sobre el tema, en especial porque estableció la causal salud en el sentido amplio y moderno de la definición de salud y que en caso de violación la mujer no puede ni debe ser obligada a solicitar una autorización judicial para interrumpir su embarazo.

Pero para que la práctica se realice, debe intervenir un médico, a quien lo asiste otro derecho: el de ejercer la objeción de conciencia. Para ello, la Provincia creó el Registro de Objetores de Conciencia, al cual pueden inscribirse los profesionales que no deseen realizar la práctica, de forma individual, no institucional.

En los hospitales

Esto generó una aplicación muy dispar de los protocolos en los hospitales públicos de Santa Fe, al punto de que si una mujer quiere abortar encontrará un “No” en el hospital Iturraspe, donde todos los médicos del Servicio de Ginecología se han manifestado objetores, y un “Sí” en el Protomédico de la ciudad de Recreo (límite con Santa Fe), donde equipos interdisciplinarios facilitan la práctica siempre que se encuadre en lo que indica la ley. Como la ILE por lo general no requiere internación ni atención hospitalaria y se puede hacer ambulatoria, hay también unos 20 centros de salud barriales del Nodo Santa Fe que la favorecen.

El Cullen, en tanto, está a mitad de camino; los médicos del servicio de Ginecología son objetores de conciencia pero se resuelven algunas situaciones bajo límites bien definidos y con la intervención de un equipo interdisciplinario: sólo realizan la práctica a mujeres que cursan un embarazo mayor a 14 semanas y encuadran muy claramente en las causales previstas en el Código Penal (fue violada o corre riesgo su vida). Si el embarazo es menor a ese tiempo, deja que los resuelva el 1er. y 2do. nivel de atención (Centros de Salud, y Hospitales y Samcos de baja y mediana complejidad, como el Protomédico). Así y todo, reciben al menos una consulta por semana de embarazos avanzados -informó el Jefe del servicio, el Dr. Fernando Ponzo- “y a muy pocos les damos cabida”, aseguró.

En definitiva, la respuesta que recibe una mujer que quiere abortar en el Nodo de Salud Santa Fe depende de la postura que tiene sobre el tema el Jefe del servicio y los profesionales que lo integran.

En el Protomédico, sí

El hospital Protomédico “Manuel Rodríguez” tiene una historia en favor de la salud reproductiva de las mujeres. Ya a finales de la década del ‘80 era el único centro que colocaba DIU sin cargo y entregaba anticonceptivos orales. Y sigue trabajando fuertemente en ese sentido, facilitando también el proceso de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) con apoyo integral de la estructura de la Residencia de Medicina General y Familiar. Por mes reciben unas 20 consultas, de las cuales unas 12 en promedio terminan en ILE.

El Dr. Darío Montenegro, director del hospital, explicó que el 95 % de las interrupciones que se realizan son en embarazos menores a 12/14 semanas. Se efectúan con un fármaco, el misoprostol, en tratamientos con 12 pastillas que se toman cada cuatro horas. “Tiene mínimos efectos indeseables. El aborto con misoprostol es seguro, con mortalidad cero”, aseguró.

— ¿Atienden a cualquier mujer que llegue con este tipo de consulta, aunque no sea del radio del hospital?

— Para nosotros es parte de los derechos de las mujeres que, en general, son las más vulnerables de la sociedad. Tenemos una red de socorristas de la sociedad civil y de compañeros que están en centros de salud que nos avisan por teléfono o whatsapp si se presenta un problema que no puedan resolver. Muchas veces no hace falta que lleguen al hospital porque esto no requiere internación. Se hacen interrupciones en algunos centros de salud, en casi todas las zonas de la ciudad de Santa Fe.

— ¿Qué pasos siguen cuando una mujer manifiesta la decisión de abortar?

— Hacemos una admisión amigable. Dejamos que la mujer plantee el problema, con un asesoramiento que no es inductor de la práctica, porque algunos piensan que nosotros la obligamos a abortar. En general, cuando llega acá ya tomó la decisión, lo que nos viene a preguntar es si encuadra dentro de la ley y ya nos avisa que si no se lo hacemos, lo hará igual por su cuenta, con los riesgos que esto puede traer. La interrupción del embarazo es una de las prácticas más difíciles del ámbito de la salud. Nuestra función es acompañar a quien decide continuar, y si decide interrumpir, y encuadra dentro de las causales, definir cómo hacer la práctica. La admisión la hace un equipo interdisciplinario en el que intervienen un médico, un trabajador social y en ocasiones un psicólogo, con lo cual se ponen arriba de la mesa los factores a favor y en contra y se profundiza sobre los perjuicios.

— Y para Ud. ¿cuándo encuadra dentro de las causales? ¿Qué pasa si no fue violada o no corre riesgo su vida? ¿Cómo definen la causal salud?

— La medicina general y familiar es una disciplina de la salud muy amplia que ha defendido el derecho a la salud en su sentido amplio y va en consonancia con las definiciones de la OMS y de nuestro Ministerio de Salud. No es sólo estar enfermo, incluye el proyecto de vida, el bienestar socio cultural subjetivo y, también, la enfermedad. Nosotros adherimos al postulado del fallo F.A.L. que toma el concepto de salud que rige a nivel mundial y es un concepto integral de salud.

¿Cuándo comienza la vida?

Dr. Darío Montenegro (Hospital Protomédico): — Es un debate filosófico y ético importante en el cual posiblemente nunca nos pongamos de acuerdo. Hay razones científico-médicas y científico-sociales que se ponen en tensión. La condición embrionaria de todos los seres biológicos en términos del funcionamiento del latido cardíaco existe. Ahora, no creo que eso pueda ser tomado ya como un ser constituido como tal. Los seres humanos tenemos un aprendizaje extrauterino que es lo que nos define como condición humana- social, no sólo lo biológico. La medicina ha avanzado sustancialmente en este sentido y lo biológico siempre es condicionado por lo social. Considero que uno no nace cuando es embrión, nace cuando ya es feto y está desarrollado como

tal. Creo que la vida, en términos del intercambio celular, no puede ser considerada absolutamente como vida; la vida es mucho más que un latido de una célula, o la entrada de oxígeno adentro de una estructura embrionaria que va a ir desarrollándose. No es lo mismo un embrión que un feto, es diferente.

Dr. Samuel Seiref (Hospital Iturraspe): — A nadie escapa que se ha definido que la vida comienza en el momento de la concepción. Para algunos, en el caso de embriones logrados por fertilización asistida, al no estar implantados en el seno materno no tendrían capacidad de desarrollarse y por lo tanto ello sería discutible. Pero ese, es otro tema de debate, aunque no caben dudas que esos embriones tienen ya la individualidad genética que los diferencia de otros humanos y también de los animales. Desde el descubrimiento de la ecografía y su aplicación en Obstetricia se ha demostrado que ya a las 2 semanas de atraso menstrual (6 semanas de gestación) se puede ver el embrión con latidos y la morfología humana puede caracterizarse tan temprano como las 11-12 semanas. Este tiene una individualidad genética propia que lo caracteriza y legalmente sería una persona por nacer. ¿Su destrucción no sería la destrucción de una vida?

Dr. Fernando Ponzo (Hospital Cullen): — Comienza con la unión de los gametos, pero fundamentalmente, desde el punto de vista médico-científico, en el momento en que se implantan en el útero. La única manera objetiva que tenemos de verificar esto, más allá del laboratorio que nos marca que hay movimientos hormonales, es con la primera ecografía. Ya a las 6 semanas por vía trasvaginal tenemos la posibilidad de ver las estructuras embrionarias y la actividad cardíaca embrionaria y ese es el punto de partida de considerar al embrión una vida.

¿Cuándo no es punible?

El artículo 86 del Código Penal de la Nación (CPN), que entró en vigencia en enero de 1922, determina los casos en los que el aborto se encuentra despenalizado, es decir, permitido. Según la segunda parte de este artículo:

El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible:

1. Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios;

2. Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.

— ¿No es muy subjetivo?

— Es subjetivo cuando sólo es una disciplina quien toma el caso, solo el médico o el asistente social. Pero cuando hay un equipo de admisión, la subjetividad baja a lo más posible porque son numerosos los factores que se toman en cuenta: la edad, el entorno social, etc.. Si puedo discutir esto con otro del equipo que no sea médico mejor, porque la mirada de las ciencias sociales es muy importante. No podemos no contemplar, por ejemplo, el caso de una adolescente de 14-15 años que tiene cuatro hermanos, que los padres no tienen trabajo, que tiene un RH negativo que le puede complicar un futuro embarazo, que vive en un entorno de violencia; eso es parte de la salud.

Por supuesto que esto queda en el marco de la subjetividad pero creo que un equipo interdisciplinario tiene los recursos suficientes para poder establecer si vamos o proceder o no a la interrupción, en acuerdo con la mujer.

— Hay gente que dice que algunas mujeres inventan la violación para que les hagan los abortos...

— Los invito a que se sienten, escuchen y presten atención a lo que dice una mujer que haya pasado por esa situación, hasta uno siente la violencia de género. Después de haber escuchado muchos casos, no puedo aceptar que digan que vienen a mentir. Es una consulta de una hora, donde hay llanto y situaciones de crisis. Y algunas veces no terminan en interrupción, sino en consecución de un embarazo.

— Este equipo interdisciplinario ¿ha evaluado alguna vez que no era conveniente interrumpir el embarazo y ha aconsejado no hacerlo?

— Sí, claro. Un indicativo clásico es la edad gestacional: después de las 14 semanas recomendamos seguirlo porque va a ser un evento traumático ya que requiere un legrado, internación y medicación. En embarazos menores a 12/14 semanas que se ha sugerido la continuidad ha sido porque se ha detectado alguna condición que pueda favorecerlo, tiene que ver con el campo del deseo de esa mujer y de su realización. A diferencia de lo que muchas veces se supone, el embarazo en las adolescentes de los barrios más humildes es una condición de estatus y de pertenencia, de tener algo, y nosotros no podemos ir contra eso, más allá de que a veces es la mamá de la adolescente la que direcciona para que interrumpa el embarazo. Pero si la adolescente está de acuerdo en continuarlo ¿por qué lo va a interrumpir? La nueva legislación del Código Civil incorpora los Derechos de los Niños y Adolescentes y hay que contemplar su deseo. Si observamos que tiene un contexto familiar que puede contener y favorecer el desarrollo de esa nueva vida, no sugerimos la interrupción.

— ¿Cómo sigue el proceso cuando se decide la interrupción?

— Primero tienen que firmar el consentimiento informado. Sólo se interna a las adolescentes para facilitar el acompañamiento del equipo y para asegurarnos que tomen bien la medicación, el resto es ambulatorio. La mayoría de las ILE se hacen a mujeres mayores de 18 años, un 80 % aproximadamente. En el término de 24 ó 48 horas de tomar la medicación -que es gratuita porque la provee el Estado- se produce un sangrado y expulsa las membranas ovularias, un coágulo grande. Se hace un control a la semana, a las menores de 30 se les da el turno para colocarles el implante subdérmico y a las mayores se les propone otro método como el DIU.

— ¿Cuántas consultas por ILE reciben por semana?

— Entre 4 y 6 consultas; no todas terminan en interrupción pero un poco más de la mitad sí, todas dentro de la norma vigente porque de ninguna manera vamos a hacer una interrupción que esté por afuera de la norma porque estamos poniendo en juego nuestra matrícula, nuestra libertad y nuestra condición de funcionario público. Por eso cada mujer tiene su historia clínica, su consentimiento informado firmado, la indicación, el sticker del implante si lo recibió. De 20 consultas al mes, 12 terminarán en aborto. El 90 % son de Santa Fe (de todos los barrios), de Recreo y Monte Vera que es nuestra zona, pero también recibimos casos de Rafaela, Esperanza y San Justo, lo cual se está discutiendo en ámbitos ministeriales para fortalecer la admisión en los efectores locales de esas localidades dado que no somos un centro de referencia.

— ¿Qué pasa cuando la mujer llega a la consulta con un embarazo que ya pasó las 14 semanas y ven que encuadraría en las causales, es decir, fue violada, por ejemplo?

— No es lo habitual, el 95 % de los casos son menores a 14 semanas. Pero cuando aparece un caso de nuestra área los referenciamos al Iturraspe porque acá no lo podemos trabajar, mayor de 14 semanas requiere del abordaje de un hospital de mayor capacidad tecnológica y de especialistas que el nuestro. Entonces, le decimos a la mujer que va a ser difícil interrumpir ese embarazo.

En el Iturraspe, no

Todos los médicos del hospital Iturraspe, donde funciona la maternidad más importante del centro-norte provincial, son objetores de conciencia. Como el sistema de salud pública debe garantizar la práctica, hace dos años se informó que se iba a incorporar al servicio un médico que no sea objetor de conciencia. Esto se llevó adelante algunos meses pero se discontinuó y, en la actualidad, el Iturraspe no realiza interrupciones, salvo excepciones muy puntuales.

El jefe del Servicio de Ginecología, Dr. Samuel Seiref, celebró el debate. Aclaró que “a nadie escapa la terrible situación de una mujer que lleva en su vientre un embarazo no deseado; ni hablar si es el resultado de una violación” pero planteó algunos interrogantes cuyas respuestas explican los motivos que llevan a un profesional a ser objetor de conciencia:

1- “A los médicos se les enseña que se trata de dos pacientes: la madre y su hijo ¿Cuándo se trata de la interrupción del embarazo este pasa a ser solo un pedazo de tejido?”

2- “En el caso de alguien diestro que solicita que le corten la mano izquierda porque no la usa, a nadie se le ocurriría que esto fuera correcto aunque se trata de decidir sobre su propio cuerpo. ¿Porque tendríamos que aceptar que una mujer, con el pretexto de que se trata de su propio cuerpo, pueda decidir sobre la vida del ser que lleva en él?”

3- “En un país donde no se acepta de ninguna forma la obediencia debida ¿cómo puede sentirse un médico, que estudia para curar y defender la vida, si no se le permite la objeción de conciencia que es un derecho constitucional y es obligado a destruir la vida? ¿Tiene sentido entonces el Juramento Hipocrático?”

4- “En una sociedad que está en contra de la pena de muerte ¿como se entiende entonces que acepte el aborto?”

5- “Esa misma sociedad que defiende los derechos de los animales e incluso se opone a cualquier tipo de sufrimiento ¿como es posible que acepte terminar con una vida humana argumentando que todavía no es persona?”

6- “Cuando se trata de una violación, el violador suele estar en su casa mientras que el feto debe ser destruido, por no decir asesinado. ¿En ese caso porque no eliminar al violador y/o a todos aquellos que de alguna u otra manera son cómplices de su accionar?”

7- “Si se sabe que un pilar fundamental para no llegar a estas situaciones terribles es la educación sexual y el acceso a los métodos anticonceptivos ¿por qué no se pone la misma energía y seriedad para que todos y cada uno de los habitantes de nuestro país se eduquen y accedan?”

8- “Si el artículo 86 del código penal es muy claro cuando dice que el aborto no es punible ‘si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios’, en el caso de aquellas mujeres que se embarazan y piensan que no pueden llevarlo adelante por sus condiciones de pobreza, necesidad de trabajar, imposibilidad de alimentar y/o cuidar a los demás, no sería mas lógico que el Estado le diera apoyo de todo tipo antes de terminar con la vida de su bebé?”

“Sin ninguna duda debemos debatir y celebro que nuestra sociedad lo haga. Pero para ello debemos informarnos de fuentes seguras y despojadas de tendencias fundamentalistas. No podemos basarnos solo en opiniones y pensamientos que no tengan sustento en la ciencia o, peor aún, que se haga una manipulación y uso tendencioso y parcial de esos conocimientos”, finalizó Seiref.