“Personas desconocidas nos están vigilando”

Denuncia persecución la familia de un gendarme detenido por drogas

La esposa del sargento Damián Omar Sosa radicó denuncias en las comisarías de barrio Roma y San José del Rincón. En tanto su padre -suegro del detenido-, fue recibido este viernes por autoridades del Servicio Público Provincial de la Defensa para instar un hábeas corpus.

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“Estamos pasando por un estado de paranoia muy grande, por hechos concretos. Personas desconocidas nos están vigilando”, dijo el periodista jubilado, Alberto Frutos. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Redacción de El Litoral

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Un mes después de los allanamientos que permitieron desbaratar una red de narcotraficantes locales encabezada por un policía provincial y que tiene a dos gendarmes como presuntos encubridores, familiares de uno de los imputados denunciaron sentirse perseguidos y solicitaron garantías para quienes no siendo parte de la investigación se encuentran “sufriendo los daños colaterales”, dijeron.

Es el caso del periodista jubilado y docente de Locución Alberto Frutos y su hija María Paula, que es la esposa del sargento de Gendarmería Nacional Damián Omar Sosa, quien se encuentra alojado en la cárcel de Piñero, procesado por su presunta colaboración con maniobras ilícitas vinculadas al tráfico de estupefacientes.

La mujer de 33 años y madre de cuatro hijos menores de edad aseguró en sede policial que desde el 18 de abril está siendo objeto de una serie de maniobras de “seguimiento” por parte de “personas que desconozco” en autos oscuros, sin patentes y vidrios polarizados.

Tres constancias policiales fueron radicadas en la Comisaría 14º de San José del Rincón, donde tiene su casa, y en la comisaría 4ta. de barrio Roma, donde viven sus padres y tiene un lavadero de autos. Además de los supuestos “seguimientos” -atribuibles a tareas de inteligencia policial-, la mujer denunció que días pasados tres personas desconocidas, de pelo corto y bien vestidos, habrían sido vistos por un inquilino en la parte de cocheras donde también funciona un lavadero en calle San José al 2500. “La verdad me genera mucho miedo y mucha inquietud”, declaró la mujer en sede policial.

En tanto su padre, Alberto Frutos, hoy jubilado, pero hasta hace algunos años periodista de LT 10 y director de Radio Nacional Santa Fe en la década de 1990, sostuvo que “hoy me veo sufriendo los efectos colaterales” de lo que consideró “una guerra contra el narcotráfico”.

Desde su casa de calle Alfonso Durán al 3800 (ex Primera Junta), confía en que “todo esto sea una gran confusión, porque si mi yerno está metido lo agarro y lo mato”, asegura. “Ésa fue una expresión que tuve” durante el allanamiento del 4 de abril y “ése fue mi lema hasta el día de hoy”, ratifica.

Si bien confía en la inocencia de su yerno, el hombre de 68 años también da crédito a la labor de la Justicia Federal, pero pide a las autoridades la seriedad que corresponde en un Estado de Derecho. “En este momento estamos pasando por un estado de paranoia muy grande por hechos concretos. Personas desconocidas nos están vigilando, entran en los lugares donde estamos con mi familia”.

“Lamentablemente en esta situación mi hija es la esposa de él -dice por el gendarme Sosa-, pero están mis nietos y es jodido; es directa la cuestión”, dijo y contó que la semana pasada el mayor de sus nietos no quiso ir a la escuela “porque tenían miedo de que los agarren en el camino. Porque por más que uno les oculta cosas que son de adulto, ellos lo chapan todo. Ellos vieron cuando se lo llevaron al padre detenido”, se lamentó.

Frutos tiene la teoría de que “el fiscal no sabe lo que se está haciendo” y como “no han encontrado nada de nada” en los allanamientos “están buscando el pelo en el huevo”. “Y no es que uno quiera zafar, directamente están buscando cosas, y que sé yo si un mal investigador no quiere plantar algo”, aventuró.

Ante semejante escenario “uno tiene un grado de paranoia justificado”, continuó Frutos, que este viernes fue recibido por profesionales del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (Sppdp) a través del cual pretende instar un hábeas corpus la semana que viene. “Nos están acosando y nos está haciendo pelota”, completó.

Uniformados

El 4 de abril, en un megaoperativo desplegado en nuestra provincia y en la de Buenos Aires, fueron detenidos en Santo Tomé un policía santafesino y dos gendarmes.

El primero, llamado Edgardo Oscar Baigoria, es considerado por la Justicia Federal como jefe “del negocio de la cocaína” en Santa Fe. Trascendió que guarda parentesco directo con un antiguo jefe de la ex Dirección de Drogas Peligrosas.

En el mismo operativo, que fue llevado a cabo conjuntamente por Gendarmería Nacional y la Policía de Investigaciones de la provincia e incluyó 23 allanamientos, fueron detenidos dos gendarmes: Santiago Armando Alejo y Damián Omar Sosa, quien ya se encontraba incriminado en la causa que terminó con la banda del “Zurdo”, Sergio Villarroel, en Alto Verde.