TRES AGENTES INTEGRAN ESTE EQUIPO DE LA UNIDAD REGIONAL 1

Negociadores del GOE: el diálogo para evitar la tragedia

Tres integrantes del Grupo de Operaciones Especiales pertenecen a este equipo que oficia en situaciones límite, cuando lo que está en juego es “la mente de las personas”. Intervención en situaciones de crisis, capacitación con fuerte impronta en Psicología y tolerancia a la frustración para ejercer una función que no reconoce límites geográficos ni horario.

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Junto a un equipo táctico, el negociador ingresa a la zona de conflicto. Lo identifica el chaleco blanco, un color neutral.

Fotos: Guillermo Di Salvatore.

 

Nancy Balza

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A principios de mayo, la ciudad despertó con una noticia dramática: un hombre se había atrincherado en su vivienda junto a sus dos pequeños hijos. Antes, había rociado el edificio con combustible. Por un lapso interminable, el desenlace de semejante cuadro fue pura especulación, hasta que el hombre depuso su actitud y dejó libres a los niños. El operativo policial fue seguido prácticamente en vivo, dada la profusa cobertura que hicieron los medios desde el lugar. Y en la descripción del hecho, se volvió una y otra vez a la figura del “negociador”, un rol que hace muy pocos años fue incorporado al Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Unidad Regional 1 de la Policía provincial.

Luego de aquel episodio, siguieron otros dos en los que esta figura fue fundamental, siempre en situaciones extremas que demandaron, más que el uso de la fuerza, la apelación al diálogo que permitió evitar una tragedia. Así lo explican a este diario el jefe del GOE y del grupo de Negociadores, junto a dos oficiales más de la dependencia, Leandro y Mauro (N. de la R.: los apellidos no se difunden por razones de seguridad). Los tres componen el equipo.

La charla transcurre en la oficina que hace de guardia del grupo, ubicada en la planta alta del edificio de Urquiza y pasaje Hernández, al sur de esta ciudad. Para llegar hasta allí, hay que atravesar un patio, caminar entre vehículos y ascender por una angosta y empinada escalera, y una vez en el lugar, acomodarse al sonido constante del handy que informa de actuaciones policiales en forma permanente y al teléfono que requiere la atención de alguno de los agentes. Ninguna de esas circunstancias impide la charla ni modifica el ánimo de los integrantes del grupo: la versatilidad y el control de impulsos son algunas de las condiciones que los caracterizan.

“PREPARADOS PARA LA FRUSTRACIÓN”

El Grupo de Operaciones Especiales (GOE) fue creado el 11 de noviembre del año 2000, por diferentes profesionales que componían distintas dependencia de la Unidad, debido a la creciente evolución de la delincuencia que superaba a la Policía convencional. Está compuesto por 30 personas, tres son miembros del Grupo de Negociadores, que está en plena conformación y aún no tiene un espacio específico en el organigrama ministerial, pero cuya capacidad fue puesta a prueba en 16 ocasiones que tuvieron, como denominador común, a personas “fuera de sí” -“en crisis”- como protagonistas.

En el territorio, los identifica un chaleco balístico blanco, “un color neutral que no impacta en forma negativa”, explican los negociadores en la charla, luego de aclarar que no ingresan solos al lugar de conflicto sino con un grupo táctico y precedidos por un escudo balístico.

“Cuando llegamos buscamos todo tipo de información porque cuanto más datos tenemos, es mejor para nosotros. Ahí analizamos el tipo de crisis, si hay toma de rehenes, si se trata de una persona con crisis psicológica -neurótica, con trastornos de la personalidad- que es lo que más se presenta en La Capital”, describen. Su capacitación en la materia fue realizada en el Grupo Especial de Operaciones Federales (Geof) y en el Grupo Halcón de la Policía Bonaerense. Uno de los capítulos principales fue Psicología, además de programación neurolingüística, violencia de género, primeros auxilios y demás estrategias que les permiten ponerse al frente de una situación crítica.

Leandro ingresó al GOE en 2012, e integra el grupo de Negociadores desde su creación: “Cuando entramos en situación tenemos que estar preparados para la frustración; si ocurre algo de gravedad como que la persona empiece a agredir o a insultar, tenemos que enfrentar esa crisis”. Para ello es fundamental reunir una serie de características: “Es necesaria una autoestima alta, ser versátil, dinámico, tener un nivel cultural amplio, capacidad física e intelectual y conocimiento de la conducta humana.

—¿Cómo se decide la intervención del grupo?

—El primer interventor, el policía, es quien se acerca al lugar del hecho y evalúa qué puede hacer y qué no, lo primordial es preservar la vida de terceros, de la suya y de la gente que está en el lugar.

Entonces, se da intervención al GOE y al negociador para tratar de resolver la situación.

—¿Cuándo consideran que una intervención es exitosa?

—Es relativo. Si bien hay situaciones “sin novedad” como decimos nosotros, con personas ilesas y en las que se logró que depongan su actitud, en algunas ocasiones hemos tenido que ingresar porque la situación no daba para más y tuvimos que irrumpir tácticamente. El negociador no se frustra porque la negociación fracase; si hay una persona herida no es que haya fallado la negociación. No podemos controlar la psiquis de la persona: si tuvo una crisis neurótica, es un segundo en el que decide actuar antes de “volver a la realidad”. Ante toda situación, el fin es bajar el nivel de ansiedad que en ese momento llega al ciento por ciento.

La exigencia es mucha y por eso la capacitación es constante, también para el propio negociador que tiene que adaptarse él también a una situación crítica y bajar su propio nivel de ansiedad: “Lo primero es estabilizarse uno para después trabajar con los demás”.

SIEMPRE AL EXTREMO

El comisario Lamanna ingresó a la fuerza en el año 2000 y al GOE diez años después. Para ser negociador se capacitó en el Geof. Fueron cinco semanas de formación luego de establecer una necesidad que se hacía palpable dentro de la Unidad Regional I, a partir de situaciones de crisis en las que hubo que intervenir. “Hay que tener ciertas condiciones que van más allá de los conocimientos técnicos”, afirma. “Hay que ser una persona tranquila, que trabaje ‘en frío’, con mucho control del impulso; no hay que tomar estas situaciones como personales y se requiere mucha tolerancia a la frustración”, describe.

El trabajo es, siempre, sobre situaciones extremas “donde está en juego la mente de la persona”. Y siempre se aplican las reglas del negociador: “Mucha gente desconoce ese aspecto y piensa que es sencillo, pero si no se respetan los pasos y técnicas establecidas para estos casos, posiblemente la negociación fracase”. Por eso, el trabajo es de la forma más profesional posible y se negocia hasta las últimas instancias, “aunque hay situaciones en las que sabemos que hay indicadores de peligro y se organiza una estrategia para que irrumpa el grupo táctico”.

La decisión de llamar a los negociadores al sitio de conflicto depende del primer interventor que llegó al lugar y de cómo evalúa la situación. “En los cursos de capacitación que dictamos para la URI implementamos la materia del primer interventor, que es el primer policía en llegar al lugar y se enseña qué tiene que hacer para que no haya una situación de arrebato y se complique. Por eso, lo primero es aislar y contener la situación y, cuando se pueda, comenzar a dialogar mientras se espera el arribo del grupo”.

Como se dijo, en mayo fueron tres o cuatro intervenciones, y 16 desde que comenzó a operar el grupo dentro del GOE. “Algunas situaciones no toman estado público”, aclara, como aquella que requirió la actuación de los negociadores, en plena madrugada, en barrio Pompeya, donde otro hombre, armado con un cuchillo, se había encerrado con sus hijos. Allí también fueron necesarias varias horas de diálogo, sin medios presentes pero con la misma estrategia e iguales reglas que en todos los casos. “Ésta no es una cuestión de protagonismo ni de qué dependencia va a trabajar más o va a salir en la foto. El éxito es de todos, la situación crítica la resuelve la Unidad Regional I, no solamente el GOE o el personal de una comisaría. Cada labor de cada policía en una situación crítica es importante, desde el que corta la calle a los 100 metros al que se encuentra dentro del perímetro”, agrega.

Y concluye con una frase de Chris Voss, negociador del FBI, del libro “Rompe las barreras del no”: “Un buen negociador está preparado, desde el inicio, para cualquier posible sorpresa, un negociador excelente intenta usar sus habilidades para revelar las sorpresas que sabe que le aguardan”.