El domingo elige presidente

Colombia en la encrucijada política: ¿derecha o izquierda?

El acuerdo de paz firmado con las FARC es el eje de la campaña electoral que culminará el fin de semana con el balotaje.

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Gustavo Petro, candidato presidencial, durante una entrevista en Bogotá.

Foto: DPA

 

Rodrigo Ruiz Tovar - DPA

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Después de ocho años de un Gobierno de centro-derecha encabezado por Juan Manuel Santos, Colombia se enfrenta a un cambio de panorama en la segunda vuelta electoral de este domingo, con dos alternativas muy diferentes representadas por Iván Duque y Gustavo Petro.

Santos, elegido en 2010 y reelegido en 2014, dijo alguna vez que terminaría con tranquilidad su mandato si lograba llegar a un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el grupo guerrillero más antiguo de la región, que protagonizó un conflicto desde 1964.

Y Santos lo logró. A finales de 2016 firmó un acuerdo que permitió la desmovilización de las FARC, grupo convertido ahora en un partido político. Por ello ganó el Premio Nobel de la Paz, si bien la aplicación del pacto ha sufrido algunos tropiezos atribuidos a incumplimientos del Estado.

El tema de la implementación del acuerdo de paz se convirtió en uno de los grandes ejes de la campaña electoral con dos claras posturas en la primera vuelta: por un lado Duque, que promete que hará cambios unilaterales, y por el otro los demás candidatos, que aseguraron que lo respetarán tal y como fue firmado.

Después de la primera vuelta del 27 de mayo solo quedan dos candidatos: Duque, candidato del partido de derecha radical Centro Democrático, y Petro, del movimiento izquierdista Colombia Humana.

Más allá de otros temas de la campaña en materia económica y social, la polarización frente a cómo resolver el conflicto armado es evidente y no es de ahora, pues empezó desde el mismo momento en que Santos abrió la posibilidad de un proceso de paz.

Duque, el abanderado del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010) y que lideró la oposición al Gobierno de Santos, ha moderado en las últimas semanas su lenguaje en torno al acuerdo de paz.

Mientras algunos de sus copartidarios del Centro Democrático consideran que el acuerdo debe ser desconocido en un futuro Gobierno “uribista”, Duque afirma que lo llevará a la práctica, pero con varias modificaciones unilaterales.

A su vez, Petro dice que no solo lo aplicará, sino que terminará del todo el conflicto mediante un acuerdo con el único grupo guerrillero que sigue alzado en armas, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que negocia con el Gobierno desde el año pasado, primero en Ecuador y ahora en Cuba. En medio del debate entre las posturas de derecha e izquierda, las FARC han manifestado que, pase lo que pase, no volverán a alzarse en armas. A su vez, Santos advierte que las posibles modificaciones no pueden ser profundas porque existe un “blindaje constitucional”.

“Nosotros creemos que el acuerdo está blindado. Pero no solamente el Gobierno, también la Corte Constitucional y la comunidad internacional. La propia Corte Constitucional en un fallo dijo que los próximos tres Gobiernos no podrán expedir leyes o tomar decisiones que vayan en contra de los acuerdos”, enfatizó Santos en una entrevista con dpa en mayo pasado.

Según el abogado y politólogo Gilberto Tobón, Colombia se enfrenta a dos estilos de caudillismo, uno encarnado por Petro y otro por Uribe, entendiendo que Duque llegó a la candidatura de la derecha radical por el apoyo que le dio el ex presidente.

“El caudillismo se parece mucho entre sí, sea de derecha o de izquierda. Desaparecido el caudillo, desaparece el movimiento. Esa es la característica del caudillismo, porque depende de un líder. Ambos arrastran masas que los siguen irracionalmente. Eso explica la idea de hacer ‘lo que diga Uribe, el que diga Uribe’”, dijo Tobón a la revista ‘Semana‘.

Según el experto, el país puede estar en riesgo de un incremento del conflicto armado si Duque modifica el acuerdo de paz, pero también puede caer en la incertidumbre política y económica en un Gobierno izquierdista de Petro.

“El mandato de Duque va a ser un Gobierno de derecha donde lo más grave que puede pasar es que los acuerdos de paz se destruyan y el país vuelva a entrar en una guerra de décadas (...) Petro quiere poner un proyecto social-demócrata en Colombia, pero Colombia no es Venezuela y la oligarquía colombiana resistiría por la fuerza esa opción”, expresó.

En opinión de Tobón, en Colombia se podría presentar una crisis económica en un eventual Gobierno de Petro por una fuga de capitales, así como “un paro patronal” (huelga de empresarios) porque aparecería el temor de las expropiaciones.

Ambos candidatos se han esforzado por dar un mensaje de tranquilidad. Duque afirma que la otrora base guerrillera de las FARC puede estar tranquila porque no tomará medidas contra los mandos medios y bajos sino contra sus comandantes, mientras que Petro asegura que no aplicará un modelo económico como el de Venezuela.

Por eso varios observadores sostienen que estas son unas elecciones en las que ronda el miedo por el futuro y en las que se depositarán muchos votos no a favor de un candidato sino en contra del otro. Solo el tiempo dirá si ese temor era infundado.

Habrá una vicepresidenta

Cualquiera que sea el resultado de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo en Colombia, lo que ya es seguro es que a partir del 7 de agosto, cuando comenzará el futuro Gobierno, el país tendrá por primera vez en su historia a una mujer en la Vicepresidencia. Iván Duque, candidato del partido de derecha radical Centro Democrático, escogió como su compañera de fórmula a Marta Lucía Ramírez, mientras que Ángela María Robledo es la candidata a vicepresidenta de Gustavo Petro, líder del movimiento izquierdista Colombia Humana.