Breves

Corazones verdes 

Poco antes de las 10, cuando se votó la media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo en la Cámara de Diputados, la red social Twitter se inundó de corazones verdes y el hashtag #AbortoSeráLey se impuso como Trending topic.

Prudente (y furiosa)

“No he hablado, para preservar la unidad de Cambiemos”, aseguró con calma Elisa Carrió tras la votación en general proyecto. Tras el tratamiento en particular, fuera de micrófono pero a sabiendas de que sería escuchada más allá de su bloque, aseguró furiosa: “A todo Cambiemos, ¡la próxima rompo!”. Al cruzarse con legisladores del kirchnerismo les recordó: “Ganen la elección”.

Desmentida

En su discurso, al rechazar la despenalización, la santafesina Silvina Frana afirmó que “el Colegio de Abogados de Santa Fe dijo que este proyecto no pasa el examen constitucional, porque nuestra Constitución habla de que la vida humana empieza a partir de la concepción”. Tras el debate y la media sanción, debió admitir, también desde su banca, que no fue esa institución santafesina sino su par de la ciudad de Buenos Aires.

 A tiempo

Hubo dos promesas que se trazaron los jefes de los bloques y la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación, que se cumplieron. El debate en efecto necesitó al menos 20 horas, que fueron más, porque empezó minutos antes de las 11.30 del miércoles y terminó a las 9.50 del día siguiente. Además, de acuerdo con lo que se había planeado, la votación en general y en particular fue anterior al inicio del Mundial.

Lágrimas

Silvia Lospennato, diputada del PRO por la provincia de Buenos Aires, es una de las más activas legisladoras de la legalización. Lloró e hizo llorar en su intervención de cierre que incluyó una enumeración de luchadoras feministas de todo el país. Entre otras, nombró a Silvia Augsburger, diputada santafesina del bloque Igualdad y Participación.

Hijas, nietas y sobrinas

“¿Con qué cara enfrento a mis hijas si no llegamos a tener la ley?”, dijo Daniel Filmus, e inició una serie de discursos en los que desfilaron hijas, sobrinas y nietas influyentes. “Mi nieta de 12 años me convenció de votar a favor de la legalización”, se expresó Mirta Tundis, entre otros legisladores. No fueron menciones aisladas, el peso de las más jóvenes -de las adolescentes en especial- en el movimiento feminista es notable.

Guerra de cifras I

En tiempos de la posverdad (y con las estadísticas argentinas en recién salidas de un período oscuro), unos y otros se pudieron enrostrar las más contradictorias estadísticas sobre el número de mujeres muertas por abortos mal realizados. Más allá de la clandestinidad que implica la cifra, la consideración que se sostuvo con más fuerza fue que toda muerte que pudo evitarse es una tragedia.

Guerra de cifras II

Quienes miraron el debate por TV, con sólo cambiar de canal tenían -de un momento a otro- un panorama distinto. Unas señales tenían un pronóstico y luego otro; y algunos hasta se contradecían entre los periodistas de un mismo programa. Así, desde el móvil el cronista parlamentario daba un “poroteo” de votos a favor y en contra pero unos minutos después, desde el piso se daba otra información (copiada de la competencia). La ensalada tenía un gusto dominante: empate o votación muy cerrada. El resultado de la votación en general fue bastante más contundente: 129 a favor, 125 en contra y sólo una abstención.

Guerra de cifras III

El tablero electrónico de la Cámara mostró a las 9.50 131 votos favorables contra 123 en contra y además de los gritos de júbilo, de los abrazos, de los llantos por el paso histórico que dieron quienes impulsaron el debate que habilitó el presidente Mauricio Macri, hubo dos diputados que agitados y enojados pedían la palabra. En medio de la confusión, el presidente Emilio Monzó corrigió lo que la tecnología no había garantizado: fueron negativos (tal como sus discursos) dos votos más. La corrección (de haber sido un poco mayor) pudo desatar una guerra de cifras aún más difícil de digerir.