Pumpido, Giusti, Villa, Larrosa, Garré y el Vasco Olarticoechea con El Litoral en Moscú

Un café con los campeones del mundo

Se fueron preocupados pero le tienen fe al equipo. Coincidieron en que los resultados de otras Selecciones confirmaron que ya no hay rivales débiles. La “nuca de Dios” del Vasco, la fama de pescador de Garré y la fuerte crítica de Villa hacia la actualidad del fútbol argentino.

Un café con los campeones del mundo

Giusti, el más “pibe”, metido entre dos que alcanzaron la gloria en el 78: Ricardo Julio Villa y Omar Larrosa.

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Moscú, Rusia)

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Salieron a caminar por las calles de Moscú aprovechando las horas de una mañana, casi mediodía, en la que el sol ya calentaba presagiando que nos estamos acercando al verano en un país que sufre mucho el frío pero que disfruta de estos tiempos con temperaturas muy agradables durante el día y algo frescas a la noche.

Estaban todos vestidos con ropa de Selección, como cuando eran jugadores de fútbol y tuvieron la dicha de alzar la copa. El que hizo las veces de anfitrión fue Nery Pumpido, pero con algunos de ellos ya nos conocíamos por el paso que tuvieron por el fútbol de Santa Fe, caso Giusti cuando jugó en Unión o el Vasco Olarticoechea cuando llegó como ayudante de campo, antes de dirigir a la Selección en el peor momento (Juegos Olímpicos de 2016), con una AFA muy complicada y sin recibir ni apoyo de nadie y ni siquiera el pago de su sueldo.

Nos dimos el gusto de armar una especie de “almuerzo de trabajo” con ellos en el hotel Borodino, el lugar que les asignó la AFA en su invitación y donde se lo veía, entre otros, a Fernando Marín, que hoy está trabajando en la Secretaría de Deportes y que llegó a Rusia con un objetivo definido: lograr que Argentina, Paraguay y Uruguay sean la sede del Mundial de 2030. Y en ese objetivo también se embarcó Santa Fe a través del gobernador Miguel Lifschitz, quien le hizo un pedido concreto a Claudio Tapia cuando estuvo allí, en nuestra ciudad. “Presidente, Santa Fe quiere ser subsede, se lo digo con total convicción y le aviso que vamos a trabajar fuerte para que eso se convierta en realidad y no quede en un deseo”, fue la afirmación, tajante, de nuestro gobernador.

Los saludos protocolares de rigor hicieron que rápidamente se rompiera el hielo y nos propusiéramos este “almuerzo-entrevista” rodeado de aquellos que en el 78 y el 86 se dieron el gusto de formar parte de ese grupo reducido de 44 jugadores argentinos que pudieron levantar la copa del mundo en toda la historia.

—Pumpido, ¿es tan grave no ganarle a Islandia?

—Cuando recién había terminado el partido estaba preocupado, pero fijate lo que fueron los demás resultados. Pocos empezaron bien. El primer partido es siempre complicado, pero la realidad es que hoy estoy un poco más esperanzado después de los resultados que se dieron.

—¿No te parece que era muy previsible lo que iba a presentar Islandia y que frente a esa lógica aparente no tuvimos capacidad para resolver las dificultades?

—Islandia no tiene el profesionalismo de otras Selecciones, pero fue duro, se metieron los once atrás, fallamos por los costados y a Messi no le dieron espacios. Para todos estos equipos, como Islandia, ser campeones del mundo es empatarle a Argentina como lo hicieron. Estoy seguro que Islandia no va a jugar con la misma entrega y de la misma manera contra Nigeria o contra Croacia. Terminaron cuatro jugadores acalambrados porque corrieron como nunca.

—Oscar Garré, ¿por qué nos complicamos?

—Lo que dice Nery es cierto, nosotros lo vivimos de adentro y el primer partido siempre es difícil sea cual fuere el rival. Islandia es un equipo que hizo bien las cosas en defensa pero no le será sencillo si tiene que salir a buscar un partido. La preocupación está, pero tengo la sensación de que habrá una fuerte autocrítica y que aparecerá la fuerza moral del jugador argentino.

—¿Qué te sorprendió?

—Siempre hay cuatro o cinco candidatos. Brasil y Alemania se van a recuperar y nosotros también. Por ahí aparecerá alguno que pueda sorprender.

—Olarticoechea, ustedes se fueron armando a medida que pasaron los partidos en el 86. ¿Puede pasar lo mismo?

—A nosotros nos costó entenderlo a Bilardo, pero lo conseguimos. Pero la diferencia con este proceso es que a este grupo le cambiaron las reglas en tres años con técnicos distintos como Martino, Bauza y Sampaoli. No hubo tanto tiempo de trabajo ni partidos. Acá hay jugadores que debutaron en el Mundial y eso es complicado.

—¿Se entiende lo que pretende Sampaoli?

—A uno le dan la camiseta de la Selección y tiene que demostrar que tiene nivel de Selección, aunque sea en un solo partido. Yo creo en los jugadores y no soy de caerle tanto al técnico.

—Lo salvaste a Nery con esa pelota que sacaste con la nuca...

—Todavía no sé cómo hice para sacar esa pelota. Ganarle a Inglaterra era algo que todo el país quería. Y esa jugada fue clave. Por eso, yo la bauticé como “la nuca de Dios”.

—Tenés razón. En ese partido hubo una mano de Dios, un gol de Dios y también la nuca de Dios...

—¡Obvio!. Fue así (risas).

—Omar Larrosa, ¿ve una idea de juego en la Selección?

—Es muy complicado jugar en espacios tan chicos y contra Argentina hacen todos lo mismo: retroceden y se paran en 20 metros. Los espacios se achican y de repente hay que pulir otras cosas, como por ejemplo las dificultades defensivas.

—¿Clasificamos?

—¡Por supuesto! Y te digo más, creo que no será necesario que ganemos los dos partidos que faltan. Por ahí con ganar uno y empatar el otro va a alcanzar.

—Ricardo Giusti, ¿le faltó a Messi esa capacidad hasta anímica que por allí le sobraba a Maradona cuando jugaba con ustedes?

—Son imposibles las comparaciones, porque pasaron más de 30 años y éste es otro fútbol. Yo a Messi lo adoro, es un ídolo y no sólo lo adoro como jugador, sino también como persona. Podemos discutir largo si influyó o no en el juego o si la estrategia del rival se lo impidió. Argentina necesita a Messi, es el mejor de todos y los muchachos tienen la obligación de respaldarlo y contenerlo. Soy optimista con respecto al futuro de la Selección, para muchos fue su debut en el Mundial y eso es algo que hace más difícil todo.

—¿Tenés alguna noticia para Santa Fe?

—Me he desligado por completo en estos días, ni siquiera llamo a Santa Fe o a Rosario.

—Ricardo Villa, usted que era un “10” de aquellos, ¿faltan esos jugadores que antes, en su época, sobraban para torcer una historia negativa como fue la del sábado pasado para la Selección?

—El fútbol ha involucionado y ya no se ven aquellos jugadores que todos los equipos tenían y que eran capaces de cambiar todo con un gran pase o una gambeta. De todos modos, tengo fe. Igualmente, hace un tiempo largo que la Selección no tiene regularidad. Pero tengo confianza en Messi.

—¿Cómo vio la generación de juego?

—A nivel mundial se ha perdido la gambeta. ¿Cuántos jugadores gambetean hoy?, pocos, muy pocos. Hay una estadística que es muy creíble y que indica que el 80 por ciento de los pases son laterales o hacia atrás. Y eso, en fútbol, es bastante serio. Argentina está dentro de ese contexto, el otro equipo espera, lo marca a Messi con rigurosidad y entonces lo convierte en un equipo monótono.

—¿Le gustó Meza?, ¿piensa en que Lo Celso u otro jugador pueden dar algo distinto?

—Soy respetuoso de los técnicos y es muy probable que nos dé alguna sorpresa. Soy optimista, lo tenemos a Messi y buenos jugadores. Sampaoli llegó a la Selección con una presión terrible de clasificar, lo logró y no tuvo tiempo de trabajo. Creo que, bajo presión, vamos a lograr que le ganemos a Croacia y se allanará el camino.

—Estamos asistiendo al final de ciclo, hasta por una cuestión generacional, de un grupo de jugadores que está disputando su último Mundial. ¿Cómo avizora el futuro del fútbol argentino?

—Yo soy muy escéptico con relación al fútbol argentino y bastante crítico respecto de sus dirigentes. No hay proyecto, no hay continuidad, no se piensa en el fútbol a largo plazo, apostando a un técnico y sosteniéndolo un tiempo. Lo que le pasa al fútbol argentino es el fiel reflejo de la decadencia que ha ocurrido en estos tiempos. Ahora está Tapia y él debe cambiar este panorama. Nosotros hablamos de jugadores y de entrenadores, pero no hablamos de quiénes manejan el fútbol, o sea de los dirigentes. Se lo dije a Tapia. Ellos tienen que recuperar el prestigio dirigencial que hemos perdido.

Un lujo el que nos dimos. Fueron campeones y hoy están acá, como los miles de argentinos que esperan mucho más de un equipo que dio menos de lo esperado.

“Messi es un ídolo y lo adoro, no sólo como jugador sino como persona”.

Ricardo Giusti

Campeón del mundo en 1986

“Para Islandia, empatarle a Argentina es como salir campeón del mundo”.

Nery Pumpido

Campeón del mundo en 1986

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Nery Pumpido, el santafesino que levantó la copa en el 86 y que invitó a todos al diálogo con El Litoral. “Venite al mediodía que salimos a caminar y después te los junto a todos”, le dijo Nery al enviado de este diario.

Diario de viaje Día 6

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Moscú, Rusia)

“Señorita, por favor, consígame una guía que hable español, como habla usted, para hacer un tour mañana por Moscú. Es para mí solo”, le dijo el Gringo Giusti a una guía rusa que hablaba en un perfecto español y que le indicaba al resto el lugar en el que debían bajarse para encontrarse con el hijo del Checho Batista. “¡Pará Gringo, no seas atolondrado! ¿Adónde querés ir?, ¡vamos todos!”, le contestaron. “Yo con ustedes no voy a ningún lado. Les dije de hacer un tour por la ciudad y no quisieron... Bueno, no vayan. Ahora me voy solo... Y dije solo... ¿Escucharon?”, reafirmó Giusti con cara de enojado... Bah, haciéndose el enojado... Y con el resto aguantándose la risa y mirándose con gestos de complicidad.

Así conviven los campeones del mundo... “Sacame de una duda, vos que sos de Santa Fe... ¿cómo hacen para aguantarlo a éste?... Y yo quiero desenmascararlo... El mejor pescador del grupo soy yo, no él... Porque seguro que él les dijo todo lo contrario”, saltó Oscar Garré, obviamente, haciendo referencia a Nery Pumpido, el campeón del mundo que se encargó de reunir al resto para que podamos regocijarnos rodeados de tanta gloria y tanto fútbol.

Es sólo una pincelada de tipos absolutamente normales, que alguna vez llegaron a la cima, que levantaron el preciado trofeo y que se mensajean permanentemente con los celulares, divirtiéndose como chicos, con naturalidad, complicidad, buen humor y una amistad que perdura más allá de que haya pasado tanto tiempo.

Para ellos, estar acá es toda una “aventura”. Parecen escolares que van al viaje de quinto año a Bariloche, aunque ya maduros y sin la presión de tener que ganar siempre, ven este Mundial desde otra perspectiva, aunque seguramente disfrutando como un hincha más, como un argentino más.

Un honor haber estado con todos ellos. Permítame, amigo lector, que pueda compartir con usted este mimo que nos da el fútbol, esta profesión y un Mundial. Son esas emociones distintas, que complacen y llenan el corazón. Erizan la piel. Y hasta nos obligan a pellizcarnos para saber si es cierto que estamos rodeados de todos ellos y tan lejos. Serán héroes siempre. Y les puedo asegurar que son de piel y hueso. Como usted y como yo.