En la vigilia al trascendental partido...

San Petersburgo, invadida por argentinos

Los hinchas que llegaron en masa para alentar al seleccionado nacional en su crucial encuentro ante Nigeria “coparon” la bella San Petersburgo, empezando por la plaza principal y continuando luego por las calles que serpentean entre los numerosos canales que le dan a esta ciudad el mote de “Venecia rusa”.

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La filial Sangre Tatengue - Nery Pumpido, que tiene sede en Barcelona y nuclea a todos los hinchas de Unión que viven en Europa, convocó a un banderazo que llamó la atención de los miles de argentinos presentes en la plaza principal.

Foto: El Litoral

 

Las denominadas “noches blancas” de San Petersburgo se manifiestan en su máximo esplendor con la llegada del verano boreal, y por eso el anochecer llega a las 23.30 y el amanecer a las 2.30, aunque el resplandor del sol en el horizonte se mantiene constante durante esas apenas tres horas de nocturnidad. Por eso, la alegría y el fervor de los hinchas argentinos no encontró límites en la oscuridad y tampoco en el sueño. La fiesta no tuvo interrupciones y en los bares y restaurantes los mozos y las camareras siguieron trabajando hasta que la casi inexistente madrugada dejó paso al nuevo día.

Se escuchó hablar “en argentino” más que en ruso por cualquier rincón de la ciudad que se transitara. Un simple semblanteo permitía identificarse a los argentinos sin escucharse siquiera, aunque era difícil ver a connacionales que no vistieran una camiseta de la selección.

La inesperada sensación de estar ante una final, compartida por todos, fue la que impulsó a 5.000 compatriotas a llegarse hasta la puerta del hotel donde se concentró el seleccionado argentino como si se tratara de un clamoroso ruego popular para que se clasifiquen a octavos de final. Y esta vez hubo feeling entre los futbolistas y quienes viajaron más de 15.000 kilómetros desde Argentina para alentarlos, al punto que varios bajaron hasta la calle para interactuar con ellos, encabezados por el arquero Nahuel Guzmán, que le pidió prestado el bombo a un hincha y se puso al frente de la “batucada” que se armó frente al hotel.