XII Festival Pensar con Humor

Reír y pensar para celebrar la vida

Reír y pensar para celebrar la vida

Organizado por la Agencia Córdoba Cultura del gobierno cordobés y con el auspicio, entre otros, del Consejo Federal de Inversiones, este festival ha logrado instalarse sin duda alguna en el panorama de las artes escénicas del país. Foto: Gentileza producción

 

Roberto Schneider

La realidad cada vez más dura, que golpea fuerte y dolorosamente a los argentinos, es un dato incuestionable. Estamos sumergidos en una crisis política y social que diariamente se nos cuela en la cotidianeidad. La risa escasea; la alegría tiene ausencia notoria. Es cierto, son una emoción. Que nos motiva a intentar algún cambio para que esa alegría no sea un bien escaso. Por todo esto, cuando desde Córdoba recibimos la invitación para participar de la XII edición del Festival Pensar con Humor la alegría aparece y nos cobija. Nos hace sentir mejor. Viajar a la Docta entonces se transforma en un placer para compartir.

Organizado por la Agencia Córdoba Cultura del gobierno cordobés y con el auspicio, entre otros, del Consejo Federal de Inversiones, este festival ha logrado instalarse sin duda alguna en el panorama de las artes escénicas del país, junto a otros de similar jerarquía, como el Infantil y Juvenil y el Festival del Mercosur. Son marcas de prestigio a la hora de hablar de una organización impecable, precisa en sus logros, para hablar de manera contundente de una fuerte impronta sostenida en el tiempo acerca de continuar con encuentros ya tradicionales.

Detrás del armado casi preciosista de estos festivales, está la inteligencia de Raúl Sansica, el creador de la idea y director de la misma. Incansable, se toma el tiempo para la necesaria reflexión y decirnos que “somos irreverentes socarrones. Sin pudores sensatos e irónicos hasta el desparpajo. Una herencia cultural silenciosa se revela detrás de un lenguaje que se transforma sin perder su esencia. Los cordobeses aportamos a la lengua española un diccionario de curiosidades que nos caracteriza. Los significados se tiñen de significantes, cuya sonoridad se torna inconfundible, y que tienen especial presencia en nuestro modo de reírnos”.

La Edición número XII del Festival Pensar con Humor, dice con orgullo Sansica, “nos encuentra camino al Congreso de la Lengua (será en marzo del año próximo), y como ya hemos dicho en otras ediciones, el humor es cosa seria. Indispensable incluir en ese contexto nuestro particular modo de desmenuzar la realidad y resistirnos con esa tenacidad inconfundible. Los sincretismos tienen un origen doloroso, pero a veces nos devuelven una mirada aguda que nos constituye a posteridad. Difícil acotar en el espacio de un catálogo si el origen de nuestro humor tiene o no raíces en una clase de sincretismo. Lo que sí podemos observar es que su impronta se parece mucho a los quehaceres de los pueblos que optaron por no callar frente a la dominación, con formas propias y diferentes”.

Finalmente, hace especial hincapié en puntualizar que el humor ha sido y es “el termómetro de nuestra capacidad de evolucionar, de cuestionar, de cambiar y de liberar cual carnaval permanente nuestros demonios más oscuros. No perdamos la posibilidad de pensarnos en torno de él permanentemente, porque como un gran inconsciente colectivo, nuestro humor aprovecha los intersticios de la lengua para decir en voz muy alta aquello que muchas veces no podemos de otro modo”.

Cambio de timón

El humor cordobés tiene lengua propia, nos dicen desde la organización. Y hasta un diccionario todavía no escrito con ortografía y tonada bien cordobesa, que se palpita en las calles y en los lugares más recónditos de la provincia. Los intelectuales y los investigadores continúan debatiendo y analizando el uso correcto de la lengua, pero los “picantes de la risa” ya son parte del Patrimonio Cultural Intangible de los cordobeses. De todos modos, algunas cosas trascendentes han cambiado en los últimos tiempos. Y sin perder identidad, los humoristas de la vecina provincia han pegado el necesario cambio de timón para tener en cuenta el rol de las mujeres y la violencia de género como temáticas antes desvirtuadas.

Las cifras de esta nueva edición son contundentes a la hora de hablar del resultado exitoso de la misma. Más de veinte mil espectadores en toda la provincia, con más de doscientos artistas entre humoristas, actores y músicos dieron vida a las cerca de ochenta actividades programadas de las cuales veintitrés transcurrieron en el interior provincial y en más de cuarenta escenarios entre salas oficiales e independientes, museos, bares, plazas, barrios de la capital y otras localidades. Para ratificar una vez más que a lo largo de su trayectoria Pensar con Humor se caracteriza también por salir a la calle y sorprender a los más diversos públicos.

Una preciosa experiencia

Ciénaga del Coro es una localidad situada en el cordón occidental de las Sierras de Guasampa, a 220 kilómetros de la ciudad de Córdoba y a 1.012 metros de altitud sobre el nivel del mar. Su principal actividad económica es el turismo a pequeña escala. Se fundó el 7 de agosto de 1651 y se la llamó así debido a los pantanos del lugar y a la imagen del Cristo del Coro, tallado en madera y traído desde el Alto Perú. Allí viven 500 personas y en ese precioso ámbito comenzó en una fría y soleada jornada esta edición del Festival

Ante un auditorio colmado de espectadores que vivieron el día con las mejores galas, hizo su presentación “Cacho Buenaventura Show”, quien deleitó a todos con lo que mejor sabe hacer: atrapar al público a partir de un lenguaje cotidiano, sin agresiones, construyendo relatos sumamente simpáticos y cotidianos más el agregado de canciones y cuentos. La vida de los pueblos y de las ciudades es el eje sobre el que Buenaventura logra su mejor objetivo: hacer disfrutar a todos, con los recursos más genuinos. La fiesta del humor no podía empezar de otra manera: público y humorista en perfecta simbiosis.

Todos los días del Festival, en la esquina de la Legislatura cordobesa, el escenario de Humor al Paso logró conquistar la atención de los transeúntes que se detenían a ver y escuchar a Mozos Locos al Paso, una rica propuesta de teatro, humor y animación protagonizada por la estupenda actriz Greta Berghese, dueña de un fantástico poder de comunicación con los espectadores a partir de la creación de un personaje entrañable como Luzezita y Santiago León, un payaso seductor y perfecto cómplice de la estrella española.

Rescate de una tradición

El magnífico cuadro de Kirka Marull registrado en la tapa del estupendo programa de mano de la Comedia Cordobesa preanuncia con fuerza contundente el disfrute de una propuesta sumamente entrañable y rica en posibilidades de expresión para un numeroso elenco entregado con indisimulable pasión al juego propuesto desde la dirección. Gastón Mori imprime a su idea, basada en “El cabaret de Montmartre”, de Alberto Novión, la premisa esencial: entretener al público. Y vaya que lo logra. El montaje cuenta una historia de amor con mucho de melodrama como disparador de un mundo de sensaciones y complicidades varias. El espectáculo se disfruta en su totalidad a partir de obtener de su elenco lo mejor. Todos cantan, todos bailan y todos actúan en perfecta simbiosis de talento. Los nuevos actores y los mayores del elenco oficial se lucen cada uno de ellos y en la totalidad. Todos brillan (al fin y al cabo es un cabaret) porque saben lo que hay que hacer. Imposible no mencionar el talento de Giovanni Quiroga, Oscar Mercado, Lucía Nocioni y Beto Bernuez. Pero todos, insistimos, disfrutan y nos hacen disfrutar de ese universo tan particular, entrañable y precioso.

Sobre la eximia calidad de “Bufón” ya nos hemos extendido en estas mismas páginas. Dadas la alquimia entre la actriz Julieta Daga y la dramaturgia y dirección de Luciano Delprato para configurar un espectáculo por muchas razones imborrable, se programó una nueva función en la Biblioteca Córdoba y en ese espacio absolutamente todos los significados de la propuesta se potenciaron y adquirieron inusitada fuerza. En ese mismo escenario, disfrutamos de “Feroz, el show de La Bicho”, un unipersonal creado por la actriz Carla Dogliani, de alta connivencia con los espectadores a partir del juego de una propuesta de humor popular con una mujer de barrio cordobesa, sumamente enamorada de su hombre. Agrega belleza la presencia de la cantante y actriz Guadalupe Sueldo, en una totalidad excedida en su duración y a la que le falta una dirección. De todos modos, La Bicho logra divertir a los espectadores, que la ovacionan largamente.

Una vez más, Doña Jovita volvió a demostrar por qué es un personaje amado por los cordobeses. Con el marco del Teatro Real colmado de público ofreció junto con Carlos Presman el espectáculo “Entre la peperina y el clonazepam”, una propuesta basada en la inteligencia de un discurso claro y sin ambages. José Luis Serrano interpreta a esa vieja ya incorporada, definitivamente, en el imaginario colectivo de los cordobeses. Por su parte, y con la misma sala colmada de público, Dalia Gutmann ofreció la contundencia del stand up en “Cosa de minas” para también satisfacer a su numerosa cantidad de seguidores, que disfrutan de su propuesta.

Pensar... y seguir pensando

Como se advierte, una nutrida selección de espectáculos y muchos más que por razones de espacio no podemos consignar. Sí cabe destacar que el Festival Pensar con Humor continúa sumando espectadores que se adhieren así a una propuesta que refleja muchas veces formas simples y cercanas para ser también una emoción que se nos contagia. Reír no es sencillo. Pero ayuda. Mucho. Para ratificar una vez más que lo específico del teatro es participar de una zona de lo sagrado, en la que no puede incursionar ninguna otra disciplina artística. Porque el lugar donde finalmente sucede el hecho escénico es la mente del espectador; allí se transforma en vivencia.