Bajó a Bélgica jugando otra vez bien...

Por qué Francia tiene serios fundamentos para ser campeón

Disputará la tercera final en los últimos seis campeonatos y no es casualidad. En una fue campeón, en otra perdió la final con Italia y ahora se muestra como el mejor equipo del torneo.

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De pelota parada. ¿Quién dijo que así no se ganan los partidos? Por esa vía Francia se metió en la final del Mundial Rusia 2018.

Foto: dpa

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rusia)

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Todavía me pregunto cómo hicimos para hacerle tres goles a Francia. Y también discurro que ese partido bien ganado por los franceses hizo que Deschamps, hombre duro y de ideas fijas y claras, se dedicara a mejorar el sistema defensivo sin cambiar a nadie —porque el equipo casi se recita de memoria— pero haciéndolo seguro y firme, tal como lo demostró ante Uruguay y Bélgica, equipos que no sólo no pudieron marcarle goles sino que también se encontraron con una doble barrera: la de los defensores y la del arquero Lloris, con atajadas claves en los dos partidos.

Bélgica fue un digno rival, quizás merecía algo más y es posible que si hubiese llegado por la otra llave, su destino hubiese estado más arriba, metiéndose en la final. Pero Francia lo superó y hasta tuvo una virtud, la de convertir el gol en el momento en el que Bélgica manejaba la pelota y se acercaba, insinuante, a las inmediaciones del área francesa.

Recuerdo el análisis que hizo Gustavo Alfaro de Francia. Dijo que es un equipo “que no se preocupa demasiado por tener la pelota, que no juega a la posesión, que contragolpea con mucha rapidez y que tiene individualidades desequilibrantes”. Tal cual. Argentina no entendió el partido que debía hacerle. Se regaló para un contragolpe que se convierte en mortífero, porque la velocidad y la verticalidad de Griezmann y Mbappé, fundamentalmente.

Francia ha llegado a esta instancia sin tener un “9” que haga goles. Giroud no es el goleador del equipo y no ha convertido en esta instancia decisiva, que es donde tienen que aparecer los jugadores importantes. Y se supone que Giroud, en Francia, lo es. Pero un equipo preparado, estructurado y trabajado, tiene variantes ofensivas. Y esta vez fue a través de una pelota quieta, como para castigar a un Sampaoli que dijo que los partidos no se ganan con jugadas preparadas. ¡Claro que se puede ganar así! Lo hizo Francia, en un momento difícil, con una Bélgica insinuante y peligrosa, que le había quitado la pelota y amenazaba constantemente.

Después, Francia se sintió mucho más cómoda jugando de contragolpe. Y por esa vía pudo convertir el segundo. Es decir, siempre dio la sensación de que Francia estaba más cerca del segundo que Bélgica del empate, símbolo inequívoco de la justicia del resultado y de la superioridad de uno sobre el otro.

Deschamps ha demostrado que es un entrenador meticuloso en su trabajo, firme en sus convicciones y que resuelve sin mirar egos, protagonismos ni veleidades. No dudó en dejar afuera de los 23 a Benzemá y a Rabiot, tampoco en sacar a Griezmann porque no cumplía lo que le pedía ni en reprender a sus defensores luego de los tres goles que le marcó Argentina (dicho sea de paso, a Francia sólo le hicieron cuatro goles en este torneo y tres de ellos se los marcó nuestra selección. No es para creerse que algo excelso ha ocurrido con el equipo, pero el dato es real y sirve).

Si no ocurre nada raro —dicho esto en el Mundial de las rarezas—, creo que Francia tiene que ser el nuevo campeón del mundo. Ha demostrado ser el mejor equipo, está sólido en defensa, sabe a qué juega, tiene una pareja de volantes de marca (Kante está haciendo un muy buen Mundial y marca también el equilibrio del equipo) y tres jugadores de gran nivel del medio hacia arriba: Pogba, Griezmann y Mbappé.

Francia viene de menor a mayor. Desde aquella difícil parada ante Australia, una selección que, al decir del propio Deschamps, le dio mucho trabajo, a este partido con la Bélgica arrolladora, de cinco victorias seguidas y la eliminación de Brasil, hubo notorios avances. El equipo fue creciendo, la formación se recita de memoria, se nota funcionamiento e individualidades que mejoran ese funcionamiento y se nutren de él.

Como dijo “Lechuga”, es un equipo que no se preocupa demasiado por tener mucho la pelota. No sufre cuando la maneja el rival, pero tiene en claro que cuando la recupera en su propio campo, tiene jugadores de inusitada velocidad para replicar. Saben lo que tienen que hacer, cuándo y cómo. Eso es saber a qué jugar. Cualquier diferencia con la realidad de Argentina, es sólo pura coincidencia.

Síntesis

Francia 1

Bélgica 0

Francia: Hugo Lloris; Benjamin Pavard, Raphaël Varane, Samuel Umtiti, Lucas Hernández; Paul Pogba, N’Golo Kanté; Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, Blaise Matuidi; y Olivier Giroud. DT: Didier Deschamps.

Bélgica: Thibaut Courtois; Toby Alderweireld, Vincent Kompany, Jan Vertonghen; Nacer Chadli, Mousa Dembélé, Axel Witsel, Marouane Fellaini, Kevin De Bruyne; Eden Hazard y Romelu Lukaku. DT: Roberto Martínez.

Gol: ST 6m. Samuel Umtiti (F).

Cambios: Steven Nzonzi por Giroud y Corentin Tolisso por Matuidi (F). Dries Mertens por Dembélé, Yannick F. Carrasco por Fellaini y Michy Batshuayi por Chadli (B).

Árbitro: Andrés Cunha (Uruguay).

Estadio: San Petersburgo.