EN 2017 LLEGÓ A 27 LOCALIDADES Y ESTE AÑO SE SUMARÁN OTRAS 20.

“A la Plaza”: un plan de espacios públicos con mirada de género

Las propuestas surgen de las ideas y necesidades expresadas por mujeres y se materializa en tareas de construcción y equipamiento coordinadas con autoridades locales. “Sitios de mujeres” y corredores seguros se suman a esta iniciativa.

6-IMG_4378.jpg

Gabriela Sosa, subsecretaria de Políticas de Género de la provincia.

Foto:Guillermo Di Salvatore.

 

Nancy Balza

[email protected]

Una glorieta adaptada para colocar equipos de sonido que faciliten la realización de actividades culturales al aire libre; iluminación que asegure un recorrido seguro a toda hora; sombra natural que atenúe el tórrido verano e invite a compartir unos mates y a debatir; una cancha que puedan usar ellas además de ellos. Ésas son algunas de las propuestas materializadas a través del programa A la Plaza, que el año pasado puso en marcha la Subsecretaría de Género de la provincia, que depende del Ministerio de Desarrollo Social.

Son unas 27 las localidades ubicadas en las cinco regiones en que se divide el territorio santafesino, las que participaron en 2017 de esta propuesta a las que se sumarán, este año, alrededor de 20.

A cargo de la subsecretaría está Gabriela Sosa quien, en diálogo con este diario, definió que “el fundamental objetivo del programa es dar un debate a partir de la modificación o instalación de plazas inclusivas para mujeres, considerando que son pocos los ámbitos donde se debate el tema de la seguridad desde una perspectiva de género y de una ciudadanía democrática”. “Más allá de los planteos generales sobre las fuerzas de seguridad y los insumos que se necesitan para su funcionamiento, este proyecto es sobre el tránsito de las mujeres en el espacio público”, aportó.

En definitiva, el programa propone una inversión destinada a municipios y comunas para que puedan comprar materiales de construcción y equipamiento orientados a la instalación de un espacio público inclusivo.

—¿Cómo se construye un espacio público inclusivo?

—Una parte del programa consiste en establecer encuentros con mujeres de la comunidad, además de los equipos de municipios y comunas, para analizar cómo están transitando ese espacio puntual en cada localidad. Por ejemplo, cuentan que a tal hora y por determinada esquina de la plaza no pueden pasar, o que en cierto momento tienen que ir sí o sí acompañadas, o te dicen que les encantaría juntarse a charlar alguna propuesta con vecinos y no tienen un lugar con sombra, o que a la canchita la usan sólo los varones y no se las prestan. Se hacen dos talleres como mínimo para evaluar qué limitaciones existen y qué propuesta se puede introducir para modificar esa realidad con la que conviven en forma cotidiana. Ahí es donde entran a jugar los equipos técnicos para la instalación de glorietas, veredas, luces, ornamentación, forestación o canchas, según el caso. Luego hay un segundo taller en el que se debate para qué está la plaza además de ser un espacio de encuentro. Y la plaza está para ir a tomar mates con las amigas pero también para demandar, festejar, para que sea un lugar de organización comunitaria y que sean las mujeres, juntas en ese lugar, las que animen a las que están al interior del espacio doméstico, algunas fruto de la misma violencia (porque uno de los elementos de la violencia de género es el aislamiento a las víctimas y el impedimento de salir).

CON OTRO LENTE

Sosa recuerda como una experiencia concreta de participación en el feminismo “la irrupción de las mujeres exigiendo pan y trabajo”, que se materializó en las calles y las plazas. “La cuestión es cómo aquel hecho protagonizado por mujeres en momentos de crisis social se puede convertir en una política pública que siga buscando organización e interpele a los Estados locales para que todo pueda ser pensado desde una perspectiva de género. Es poner el lente para mirar una realidad de manera inclusiva para las mujeres”.

En esa línea, el programa va a continuar este año en localidades de las cinco regiones, pero también se va a completar con la iniciativa “Sitios de mujeres” que consiste en intervenir el territorio (calles, fachadas, esquinas) con la figura de alguna mujer destacada de esa comunidad.

A todo esto se suma un tercer plan: el de corredores seguros en la Ruta 1, desde Vera a Golondrina e Intiyaco y en localidades de la costa santafesina, con garitas transparentes, equipadas y que cuenten con información útil para las mujeres que las ocupan.

—Con estos proyectos, se introduce la perspectiva de género en áreas técnicas que, a priori, pueden parecer menos permeables a esta mirada.

—Nosotras tenemos un plan que la provincia diseñó en el año 2013; es el Plan de Igualdad de Oportunidades y Derechos que tiene como desafío que distintos ministerios puedan destinar fondos para la generación de políticas que logren el avance de los derechos de las mujeres. Con este plan en la mano, las mujeres trabajamos con todos los ministerios que puedan facilitar recursos propios para la ejecución de programas y en esto tuvimos la colaboración del Ministerio de Infraestructura y de otras reparticiones. Pero, a la vez, permite debatir, al interior de nuestro ministerio (Desarrollo Social), por qué una subsecretaría puede llevar adelante proyectos de obra pública pensando en las mujeres. ¿O el desarrollo social es sólo asistencia?

—¿Y las autoridades locales son permeables a estos programas?

—Son muy permeables. Sí es una tarea la implementación de otros programas, por ejemplo, la creación de Áreas mujer que busca que a nivel local se generen estos equipos. Porque la mejor manera de abordar lo que sucede en temas de género es desde los lugares más cómodos y cercanos para las mujeres que son las comunas y municipios. Tenemos un programa que va por el segundo año y nos llevó de tener 15 localidades con áreas mujer a 140. Para ello fueron seleccionadas sitios donde ocurrieron femicidios o donde el Registro Único de situaciones de Violencia hacia las Mujeres (Ruvim) nos indica que hay cero denuncia y eso nos llama la atención, porque si hay mucha movida social y activa desde el Estado, las situaciones aparecen. Desde la provincia se garantizan honorarios para el pago de profesionales de esas localidades y a cambio el municipio o comuna tiene que crear un área institucional para que la existencia de ese mecanismo no dependa de un cambio de mandato.

  • La plaza está para ir a tomar mates con las amigas pero también para demandar, festejar y para que sea un lugar de organización comunitaria y que sean las mujeres las que animan a las que están al interior del espacio doméstico, algunas fruto de la misma violencia”.

Gabriela Sosa.

Subsecretaria de Políticas de Género de la provincia.

“Es una tarea la implementación de otros programas, por ejemplo, la creación de Áreas mujer que busca que a nivel local se generen estos equipos. Porque la mejor manera de abordar lo que sucede en temas de género es desde los lugares más cómodos y cercanos para las mujeres que son las comunas y municipios”.

DÓNDE ESTÁN

Algunas de las localidades donde se desarrolló el programa A la Plaza en 2017 son Bouquet, Casilda, Arequito, Chañar Ladeado, Frontera, Empalme Villa Constitución, Cayastá, Firmat, La Chispa, Santa Isabel, Villa Ana, Guadalupe Norte, Villa Eloisa, Santo Tomé, Alvear, Villa Gobernador Gálvez, Colonia Rosa, La Lucila, San Cristóbal, Suardi, Romang, San Genaro, San Justo, Carcarañá y Villa Mugueta. Para este año están incluidas, entre otras, Los Laureles, San Martín de las Escobas, Cañada Rosquín, María Juana, Sunchales, Rincón, Recreo, Elisa, Gálvez, Coronel Bogado y San Lorenzo.