Siguen protestas en Nicaragua

Ortega rechaza a la comisión de OEA

Gabriela Selser - DPA

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El Gobierno de Nicaragua calificó de “inaceptable” e “injerencista” un grupo de trabajo formado por la OEA para seguir la crisis política en el país, donde millares de personas volvieron a exigir la renuncia del presidente Daniel Ortega y la excarcelación de unos 500 “presos políticos”.

En una nota de prensa, el Gobierno declaró ‘inaceptable la presencia de la comisión injerencista‘ de la Organización de Estados Americanos, formada el 9 de agosto por 12 países entre los que figuran Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos y México.

“El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua declara que los integrantes de esa comisión que conforma y dirige el Gobierno de los Estados Unidos, en el afán de seguir interviniendo en los asuntos internos de Nicaragua, desde la OEA, no son bienvenidos a nuestro país, por lo tanto no serán recibidos en nuestro suelo patrio”, señaló el informe.

La OEA aprobó el 2 de agosto en sesión del Consejo Permanente la formación de un grupo de trabajo para “contribuir a buscar una solución pacífica” a la crisis que ha dejado al menos 450 muertos y 2.800 heridos en Nicaragua.

Ese mismo día, el canciller Denis Moncada advirtió que el grupo no sería recibido en Nicaragua por considerarlo “injerencista”.

El 9 de agosto, la OEA dio a conocer que la instancia estará formada por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guyana, México, Panamá y Perú.

La crisis en Nicaragua se inició el 18 de abril y ha dejado 450 muertos, 2.800 heridos y casi 500 detenidos, según ONGs de derechos humanos, que acusan de los crímenes a policías y paramilitares. El Gobierno reconoce 198 muertes y responsabiliza a los opositores a quienes llama “terroristas” y “golpistas”.

Mientras, ondeando banderas de Nicaragua, millares de capitalinos volvieron a salir hoy a las calles para exigir la liberación de los detenidos desde que estallaron las protestas.

“Justicia y libertad para los presos políticos”, rezaba una de las pancartas. Otros portaban afiches en los que exigían la salida del poder de Ortega y de su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo.