Llegan cartas

Contaminación, riqueza y pobreza

RUBÉN MAGNAGO

DNI. 6.354.485

Si observamos que “El hombre es tierra que camina y el cielo azul es el aire que respira”. En algo más de 527 años, hemos perdido. “El cielo azul de nuestros ancestros nativos tiñeron de gris contaminantes”...

Los dueños de la contaminación son unos pocos que tienen de rehenes al resto de la humanidad.

Muchos perdieron los valores humanos, entonces sus mujeres se exhiben con pieles de animales para cubrir el vacío interior, que llevan dentro.

Monsanto, la soja y el glifosato: hagamos descansar la negra sangre de la tierra envenenada por los agroquímicos.

Los humanos somos sordos y mudos; sordos al dolor. Y nos quedamos mudos viendo cómo agoniza la Pacha Mama.

Somos inhumanos al talar sin forestar. La tierra nos llama desde sus entrañas ultrajadas; sufre por sus bosques nativos de muerte y viendo a sus animales sin su hábitat.

Los latifundios y los pool de siembra multiplican la cantidad de hambrientos... y no hacen nada para que ellos coman bien.

Los balnearios hierven de turistas y los pobres llenan las plazas, buscando una prebenda para comer...

Este es el mundo que nos toca vivir en el 2018. Los argentinos producimos para 300 millones y somos 40 millones... pero por día mueren 40 niños de hambre...

¿Dónde está la justicia social o la distribución justa y equitativa de la riqueza argentina?