En Villa Minetti

Condenado por matar a su prima

20-B-DAIANA ROCIO ALTAMIRANDA.jpg

Daiana Altamiranda desapareció el domingo 15 de noviembre de 2015 y su cadáver fue hallado seis días después en zona rural.

Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

Un hombre de 28 años identificado como Juan Carlos Sabán fue condenado a 16 años de prisión por ser autor penalmente responsable del homicidio de Daiana Rocío Altamiranda cometido en 2015 en Villa Mineti (departamento 9 de Julio). La pena fue resuelta por el juez Alejandro Mognaschi en el marco de un juicio en el que se abreviaron los procedimientos, informó la oficina de prensa del Ministerio Público de la Acusación.

La fiscal que investigó el caso es Sonia Bustos, quien atribuyó a Sabán la autoría del delito de homicidio simple.

El hecho que investigó la fiscal Bustos fue cometido el domingo 15 de noviembre de 2015 en Villa Minetti (departamento 9 de Julio). “Entre las 21 y 22.30, Altamiranda iba camino a su casa, cuando fue interceptada por Sabán que era su primo, quien iba a bordo de su vehículo”, relató Bustos.

La funcionaria detalló que “el condenado le dio muerte a la víctima al aplicarle un golpe en la región temporo-parietal y base derecha del cráneo con un objeto o instrumento de bordes predominantemente romos, provocándole múltiples fracturas de huesos del cráneo, hemorragia intercraneal y un posterior shock hipovolémico agudo”. Bustos agregó que “luego de cometer el delito, Sabán llevó el cuerpo sin vida de su prima a una zona rural que conocía porque realizaba trabajos de fumigación en esa zona”.

La investigación

Bustos destacó que “el proceso de trabajo en estos dos años fue arduo, pero finalmente pudimos lograr pruebas irrefutables de la autoría delictiva de Sabán”. En tal sentido, detalló que “logramos corroborar que el mensaje anónimo a través del cual se nos informó el lugar en el que estaba el cuerpo de la víctima, fue realizado desde un teléfono celular que el condenado había utilizado varios meses antes. Por esa razón, al rastrear llamadas de esos meses previos se comprobó que había pertenecido a Sabán”.

“Otro detalle que nos acercó a su autoría fueron las imágenes de las cámaras de seguridad que mostraban su camioneta”, informó Bustos. “Una vez que peritamos el vehículo, no solamente encontramos sangre de la víctima, sino también pupas de insectos como los que se habían hallado en el cuerpo de la víctima”, agregó.

Por último, Bustos concluyó que “a raíz de la relación de parentesco entre el condenado y la víctima, este caso afecta a toda una familia. Por esta razón, llegamos a una condena de 16 años que consideramos que es justa se trata de un delito que prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión a través de un procedimiento en el que se abreviaron los procedimientos y en el que ambas partes dieron su consentimiento”.