En plena calle

Violento robo sufrió una jubilada en Sargento Cabral

La mujer fue atacada cuando caminaba por Alberdi al 5400. Los delincuentes se movilizan en un Fiat Palio, de color gris.

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“El delincuente me empujó y yo rodé por el pavimento. Por suerte los vecinos me auxiliaron”, dijo Raquel.

Foto: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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El lunes a la tarde Raquel Konig (61) salió de su domicilio para hacer un trámite, pero en sus planes no figuraba que iba a padecer una experiencia por demás de traumática.

Eran las 17.30 y la mujer caminaba por Alberdi al 5400 en dirección hacia el sur. Cuando estaba próxima al cruce con Salvador del Carril, la mujer observó a un automóvil que circulaba a muy baja velocidad.

El rodado en cuestión era un Fiat Palio de color gris, patente IXZ 791, el que era conducido por un hombre de entre 65 a 70 años.

Del vehículo descendió un muchacho que comenzó a caminar y que en cuestión de segundos quedó frente a la mujer.

Fue entonces cuando el desconocido sacó su tarjeta de presentación: “¡dame la cartera y quedate tranquila, que no te va a pasar nada!”, dijo.

“No te voy a dar nada”, fue la respuesta de la víctima que, si bien sorprendió al delincuente, abrió la puerta a una instancia mucho peor.

Es que el rufián decidió apoderarse de la cartera por la fuerza. Lo que siguió fue un forcejeo entre ambos, el que culminó cuando la mujer cayó pesadamente al suelo, producto de un empujón.

Vecinos solidarios

* “Rodé por el pavimento y el tipo aprovechó la situación para sacarme la cartera. Después salió corriendo, se subió al auto donde lo esperaba el otro hombre y se dieron a la fuga”, señaló Raquel en diálogo con El Litoral.

“Como consecuencia del ‘revolcón’ terminé con una lesión en el codo. Por suerte enseguida salieron varios vecinos que me auxiliaron. Me hicieron entrar a una casa, mientras llamaban a la policía”, agregó.

“Al rato llegó un patrullero con el que me trasladaron hasta la seccional para hacer la denuncia. También una persona acercó los datos del auto en el que se movilizan estos malandras”, cerró.

Por los golpes recibidos Raquel comentó que “en el momento no necesité atención médica porque no quise. Pero al otro día comenzó a dolerme todo el cuerpo”.

En tanto Julio, un hijo de Raquel, manifestó su deseo de hacer “todo el esfuerzo posible para atrapar a estos malvivientes. Son peligrosos y quedó claro que están dispuestos a todo. Hasta golpear a una mujer mayor. Mi madre salió airosa de este siniestro, pero pudo ocurrir algo mucho peor”, culminó.