Un siglo de periodismo

Los cien años de El Litoral

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2 de junio de 1983, la fuerte presión del agua arrasa con las defensas de la ruta 1 entre El Laurel y Helvecia y en Los Cerrillos.

Foto: Gentileza Carlos M. Medera

Carlos María Medera

“Centenario de El Litoral. El orgullo de haber sido parte de su historia”. Así se titula la nota alusiva del profesor Oscar Paul, ex corresponsal de este diario en Laguna Paiva, que El Litoral publicó en su edición del martes 7 de agosto de 2018. Sin temor a equivocarme, coincido con Oscar en que tuvimos el orgullo de desempeñarnos como corresponsales durante un lapso equivalente al 33 % de la vida de El Litoral, reflejando en sus páginas, en mi caso particular, todo lo que acontecía en San Javier y localidades de la costa santafesina. Décadas de una tarea que nos enriqueció como seres humanos -destaca Paul-, al tiempo que nos permitió conocernos entre los corresponsales en las recordadas convenciones anuales, momento esperado por todos nosotros para el fuerte apretón de manos o el prolongado abrazo, que iban afianzando una amistad que hasta el día de hoy perdura. Esas convenciones también eran propicias para intercambiar experiencias sobre cómo mejorar nuestra labor y discutir “paritarias”, que en este caso no eran por mejores salarios sino para que directivos y jefes de la sección Interior nos otorgaran más espacio en las páginas del diario para poder cumplir con la información que demandaba nuestro trabajo. Como se sabe, el periodismo se ejerce cursando una carrera universitaria o también por vocación, con un entrañable amor por el terruño natal y la guía y el apoyo de periodistas profesionales, como fue mi caso. Por mi origen en un humilde hogar rural, recién a los 22 años pude completar la educación secundaria, lo que me permitió el ingreso al Inta en Colonia Mascías como investigador. Pero fue a partir de 1971 cuando la institución puso en mis manos esa valiosa herramienta para trabajar en beneficio de la comunidad rural y urbana, que es la extensión rural con la que comencé a tomar contacto con la realidad de gran parte de la costa santafesina. En ese entonces, Tincler Ricardo Wouilloz (Pichón), que había sucedido a Teófilo Madrejón, venía ejerciendo la corresponsalía de El Litoral en San Javier, pero la abandonaría para dedicarse a otra actividad. Fue él quien me propuso ante los directivos del diario para que lo reemplace, propuesta que fue aceptada.

Fue así como, con el amplio y desinteresado apoyo y estímulo de los periodistas del diario, comencé a trabajar en esa apasionante tarea que es el periodismo. A través del servicio de extensión del Inta detectaba los problemas y luego los trasladaba a las páginas de El Litoral para su difusión. Mi primera nota fue en mayo de 1973, año de torrenciales lluvias y crecida del río. En Colonia Teresa inicié una recorrida por el norte del departamento San Javier. Primero visité la chacra arrocera del señor Mario Migno, padre del actual intendente de nuestra ciudad, donde obtuve fotos de máquinas empantanadas y realicé una recorrida en canoa por un cultivo de arroz, listo para cosechar, que había quedado bajo las aguas por desborde del arroyo Saladillo Dulce. En la continuidad de mi viaje hacia el norte, también en Colonia Teresa, frente al establecimiento del productor Emilio Barré, el agua desbordada del Saladillo Dulce pasaba sobre la ruta 1 rumbo al río. En esa gira, quería llegar hasta Romang, pero el enorme caudal de agua que se había evacuado por el canal Pájaro Blanco erosionó varios metros de sus dos barrancas, provocando que el puente de madera que lo cruzaba quedara en el medio del curso de agua.

Desde 1973 hasta el 7 de agosto de 2008, salvo una breve interrupción en 1991 cuando fui candidato a intendente por San Javier, el acontecer de gran parte de la costa santafesina estuvo reflejado de manera ininterrumpida en las páginas del centenario diario (en el área de influencia de Romang, la información era cubierta por el periodista Darío Orlando Sager).

En los 35 años transcurridos, sucedieron hechos positivos para el desarrollo de la región costera y otros no tan positivos. Entre los primeros, puedo citar la pavimentación del tramo San Javier Reconquista de la Ruta Provincial Nº 1 para completar la mejora en toda su extensión, desde La Guardia hasta la ciudad cabecera del departamento General Obligado. El 29 de agosto de 1987 cuando en Alejandra se festejó la pavimentación del último tramo (Romang Alejandra), la nota que redacté empalmó con la que Teófilo Madrejón había publicado en El Litoral, el 3 de abril de 1944, anunciando que la provincia había dispuesto la realización de esta vital obra para los departamentos costeros.

En el lapso de tres décadas y un lustro de corresponsal, además se concretaron, entre otros: la pavimentación de las rutas transversales Nº 39 y 62; la transformación del pueblo San Javier para convertirse en la primera ciudad de la costa santafesina el 3 de diciembre de 1979; la construcción de más de 500 viviendas en los barrios Fonavi y Federal; la construcción de la línea de alta tensión San Javier-Gobernador Crespo, en 1996; la importante mejora en las comunicaciones telefónicas en los años 80, cuando el Coronel (RE) Dardo Migno era funcionario de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), con la automatización de las tres centrales existentes y la habilitación de otras tres, y cabinas en distintos parajes de los dos departamentos; la creación en 1988 de la primera escuela agrotécnica de la costa en Colonia Mascías y luego la EFA de Colonia Durán, además otras escuelas secundarias.

En la década de 1980, El Litoral acompañó las gestiones que durante 6 años llevaron a cabo ante la ex Dirección Provincial de la Energía las comunas de La Brava y de Cacique Ariacaiquín y la agencia del Inta San Javier para que se provea de energía eléctrica a esas dos localidades y al paraje Los Saladillos del departamento San Justo. Entre los aspectos negativos se destacan la desaparición total de una importante fuente de mano de obra, como lo era el cultivo del algodón; las dos crecidas extraordinarias del río 1982/83 y 1992; el levantamiento de los dos centros de investigación agraria que funcionaron en Colonia Mascías: la Estación Experimental Agropecuaria del Inta (1936/1970) y el Centro Operativo Experimental del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia (1971/1995), la desaparición de dos importantes industrias, el Molino Arrocero San Javier y la planta procesadora de vegetales congelados (Congelar) de Santa Rosa de Calchines.

Finalmente, considero que la celebración del centenario del diario El Litoral es el marco adecuado para agradecerle que me haya brindado la oportunidad de trabajar desde sus páginas en beneficio de esta postergada zona de la provincia de Santa Fe, transitando, humildemente, el camino que hace más de 70 años nos trazó el destacado periodista Antonio Leonhardt (Teófilo Madrejón).

Por otra parte, le deseo a mi sucesor, Luis Verón, que continúe trabajando con la misma eficiencia que lo ha venido haciendo desde que tomó la posta de la corresponsalía San Javier, en agosto de 2008.

Discutir “paritarias” en nuestro caso no era por mejores salarios sino para que directivos y jefes de la sección Interior nos otorgaran más espacio en las páginas del diario para poder cumplir con la información que demandaba nuestro trabajo.