Llegan cartas

Agonía jubilatoria y broma

ROBERTO RUBÉN SÁNCHEZ

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Tal vez no sea el mejor momento del reclamo de la clase pasiva, pero habría que exigirle al director de Anses, Emilio Basavilbaso, con todo respeto que se merece al igual que las personas que están de este lado del mostrador, que no los humille. Es sabido que es un sector en el que se especula con la fecha de vencimiento pero ninguno está más expuesto a la devaluación que los jubilados viendo a diario cómo se licua su magro ingreso, sólo en remedios.

Basavilbaso en su arenga política manifiesta que los mismos están actualizados en un 20 % acorde a la inflación del año y con los magistrales aumentos que han dado está todo equilibrado, gracias a su fórmula positiva. Yo le recomendaría a este señor que antes de decir tamaña zoncera que tome contacto con la realidad, que no se trata -como sugiere- de algo coyuntural de algún mes excepcionalmente. Creo que lo que se están terminando no son los problemas, sino los jubilados sometidos a una lenta agonía en vida.

No quiero ser maleducado ni tampoco grosero, pero es un verdadero irresponsable y fabulador. Debería renunciar por bromista, en el mundo evolucionado los jubilados se dedican a recrearse, aquí a revolver la basura. Salvo los que tienen jubilaciones de privilegio: jueces, funcionarios, políticos y otros que todos conocemos.

Le recuerdo, además, por si no está enterado que hoy una mínima es de U$S 200.