Llegan cartas

Solidarios, se buscan

OMAR C. FERREIRA

DNI. 12.358.468

Con mi mayor respeto por los animales. Ellos están exentos de culpa frente a las desprolijidades cometidas tanto por sus amos como por los cuidadores, encargados de conducirlos por la calle.

Esta breve introducción viene a cuento para expresar mi humilde opinión. Por cuestiones que atañen a la salud pública, los propietarios y cuidadores de perros tienen que comprender que las plazas y los parques no son lugares destinados a baños para que las mascotas dejen sus excrementos.

Para muestra basta un botón: la plaza que se encuentra en la intersección de San Martín y Moreno se ha convertido en el santuario de la caca canina.

Transito por el barrio sur y soy testigo: a diario, en dicha plaza, observo que se congrega una cantidad considerable de perros. La mayoría, en custodia de sus dueños o de algún cuidador improvisado. Aunque sea un detalle menor, dicho espacio público se encuentra en un lugar estratégico, ya que forma parte de un paseo turístico; y teniendo en cuenta futuras opiniones propias y ajenas, la pulcritud tiene que ser una cualidad que se destaque.

Los dueños y los cuidadores de los perritos tienen que mirar en derredor, para darse cuenta de que por dicha plaza transitan muchas personas, especialmente niños, que tienen el inocente derecho de jugar en un lugar limpio. Aunque algunos propietarios recogen la materia fecal de sus mascotas, en el piso quedan residuos de las heces, las que albergan parásitos, pudiendo generar distintas enfermedades, tanto para los humanos como para las propias mascotas.

Yo les pido que no sean cómodos, y por una mejor convivencia de la comunidad, asuman su responsabilidad como propietarios de un animal.

Les sugiero caminar esas tres cuadras que separan la plaza del desolado terreno que bordea la avenida Mar Argentino, para que las mascotas, dando rienda suelta a sus instintos, entre otras cosas, hagan sus necesidades fisiológicas, que por supuesto, serán recogidas por sus amos.

Aunque no lo sientan de hacer por los humanos, al menos sean solidarios con los mismos perritos; pues generalmente son ellos los destinatarios de todos los insultos habidos y por haber, por parte de los desprevenidos transeúntes que pisan sus deposiciones.

Al que le quepa el sayo, que se lo ponga...