Tribuna política

Salvemos a los clubes de barrio, salvemos el futuro de nuestros pibes

Luis Rubeo

La realidad, esa única verdad, es que las instituciones barriales se encuentran frente al abismo porque son tan vulnerables y débiles ante el poder como sus asociados. Las economías familiares a puro tarifazo ya no pueden afrontar las cuotas mensuales. Muchos clubes están a punto de cerrar sus puertas porque no pueden pagar el gas, la luz, el agua.

El informe de precios de septiembre de una entidad privada reconocida indicó que la canasta en Rosario ya superó los 35 mil pesos, pero en particular destacó que en los servicios hubo variaciones en agua y cloacas de un 18%, que el transporte urbano de pasajeros aumentó un 13,51% y los combustibles otro 16,85%.

A nivel nacional se espera una inflación para septiembre del orden del 7%, y los clubes de barrio no son ajenos a esa situación. Por el contrario, esa fenomenal transferencia de recursos desde los más carecientes a los más ricos los golpea más que a cualquier otra institución.

Pese a que se dijo infinidad de veces, es preciso reiterar: los clubes cumplen una función vital dentro de la comunidad en términos de inclusión social, de contención, en especial en épocas de crisis. Allí van nuestras chicas, nuestros chicos, juegan, practican deportes, comparten su tiempo en comunidad, viven sus horas de esparcimiento lejos de lo que ocurre en muchos vecindarios, donde pulula el crimen organizado en pequeñas o grandes mafias que prostituyen, que venden drogas al menudeo, que inician en el robo o el arrebato a muchos jóvenes.

Por ello, es necesario dar la pelea para que nuestros clubes no sucumban ante los efectos de la crisis autoprovocada por el neoliberalismo que gobierna nuestra patria.

El gobierno nacional, por ejemplo, demora los reintegros federales que se aplican a la tarifa de gas, y es imperioso que se eleven los reclamos en ese sentido, ya sea desde las intendencias como desde el gobierno de la provincia de Santa Fe, corresponsable, porque también debe seguir contribuyendo y mantener los subsidios a las tarifas del servicio de energía eléctrica y de agua potable, que están en manos del Estado santafesino.

Es claro que ya no alcanza con la Ley Nº 13.429, que declara de interés social, inembargables e inejecutables a los bienes inmuebles destinados a actividades deportivas, sociales, recreativas y/o culturales que pertenezcan a clubes (asociaciones civiles sin fines de lucro), y estén inscriptos y registrados a su nombre.

Debemos mantener abiertas las puertas de nuestros clubes. Tenemos que ponernos al frente de esa lucha, porque gracias a esas instituciones miles de santafesinas y santafesinos aún retienen una parte de la calidad de vida que les viene siendo arrebatada por un modelo económico inhumano y depredador.