La política en foco

Recalculando

  • En el Frente Progresista la consigna es no perder la provincia. Las tensiones en el socialismo, el radicalismo y el peronismo.

Mario Cáffaro

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“El objetivo central es conservar el gobierno de la provincia de Santa Fe”. La definición es coincidente en voces encumbradas del gabinete de Miguel Lifschitz, ya enfocadas en la estrategia electoral 2019. Caída la posibilidad de reforma constitucional, el gobierno perdió la iniciativa en la agenda política santafesina. Es más, esa agenda pareció estar ocupada por los Concejos Municipales de Santa Fe y Rosario discutiendo la autonomía de los municipios de primera categoría, y disponiendo la paridad de género en las listas de candidatos en el caso del segundo. La decisión de los ediles rosarinos expone la indefinición del Senado ante el reclamo militante de las mujeres.

En el mientras tanto, Lifschitz sigue mostrándose con dirigentes nacionales ensayando su participación en ese escenario, pero no perdiendo la mirada en lo que sucede en el territorio, donde son varios los actores que apuran la estrategia para el 2019, año electoral por antonomasia en la provincia.

Si bien el Frente Progresista está integrado por ocho fuerzas políticas, no se discute el peso propio que tienen socialistas y radicales en la coalición. Dos de los principales actores -Lifschitz y Antonio Bonfatti- coinciden en la necesidad de ampliarlo a otros sectores políticos y sociales. ¿Coincidirán a la hora de buscar aliados? El actual gobernador no deja de reconocer el peso de su antecesor. “Uno de los posicionados es Bonfatti, quien tiene altísimo índice de conocimiento, fue gobernador y es presidente de la Cámara de Diputados. Es una referencia política ineludible, pero no puedo asegurar que sea el único. Tal vez, el radicalismo tenga otra propuesta, otra alternativa”, dijo la semana pasada. Sin embargo, Lifschitz pretende tener un precandidato propio para sucederlo. Lo que resta de la primavera y del verano permitirá saber si esto es posible. “Tiene que ser socialista” se repite en Casa Gris, descartando la alternativa de apoyar a un dirigente radical como cabeza de fórmula. “Sería quebrar otra vez el socialismo”, acotan.

Se muestran encuestas -en todos los sectores los hay- con distintas alternativas: nombres, fuerza política, imagen negativa, imagen positiva, quién considera que puede gobernar Santa Fe. Es allí donde -aseguran- la marca Frente Progresista es reconocida por la ciudadanía. Ése es el punto que quiere jugar el actual gobernador, con candidato propio que podría surgir de su mismo gabinete. Al lado de Bonfatti, sus principales dirigentes están tranquilos y confiados. Comparan la situación con los albores de la campaña de 2011 y las diferencias son abismales. Saben que deben trabajar fuerte en Rosario, donde los números hoy no son favorables ni para el ex gobernador ni para el frente oficialista.

Gran parte de la dirigencia radical sigue parada en Cambiemos a nivel nacional, y la mayoría de ellos, en el Frente Progresista santafesino. El NEO, apoyando fuertemente la gestión de Lifschitz. Esa ambivalencia de la dirigencia de su partido la paga José Corral, que aspira a llegar a la gobernación desde Cambiemos. El intendente santafesino ha cosechado el apoyo de radicales rosarinos que nunca estuvieron en el Frente Progresista y cuyas diferencias con el socialismo son históricas. Allí se destacó el gesto de anunciar el congelamiento de sueldos en la conducción política del municipio y dicen no entender la fuerte embestida de Mónica Fein a esa decisión. Fein expresaría la voz del socialismo que se desmarca cada vez más del gobierno nacional y fija distancias con Corral.

En el tercer gran sector político, el peronismo, el panorama parece más ordenado aunque demasiado quieto para la adrenalina de algunos sectores dirigenciales. Omar Perotti sigue con sus reuniones con actores económicos y sociales, mientras que el kirchnerismo continúa sin sintetizar una propuesta pese al prolongado encuentro de la semana pasada entre Agustín Rossi y Marcos Cleri. En este sector, al lado de María Eugenia Bielsa se especula con su participación y aseguran que octubre será el mes de la definición pública.