JOSÉ LUIS AMBROSINO, DE LOS SIN TECHO

“Con la regularización de villas los pobres dejan de ser NN urbanos”

  • La organización local participó, el año pasado, en el relevamiento de 27 barrios de esta ciudad. La ley que votó el Senado nacional por unanimidad abre un panorama optimista para miles de familias en todo el país.
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“Hay barrios chicos o asentamientos donde están todos contentos. Tienen la ilusión de que mañana les van a dar la escritura; quizás les toque a sus hijos recibirla pero eran NN y podía venir alguien y desplazarlos. Ahora se sienten poseedores de algo”. Foto: Mauricio Garín

 

Nancy Balza

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El último miércoles, el Senado nacional convirtió en ley la regularización de alrededor de 4.400 barrios populares, villas y asentamientos de todo el país, con el fin de que en el futuro sus habitantes puedan acceder al título de propiedad de la parcela que ocupan.

El proyecto, que involucra a unas 935 mil familias, fue impulsado por organizaciones sociales y presentado por Cambiemos en el Congreso, y en la última sesión de la Cámara Alta resultó aprobado por unanimidad (y sin debate previo). Unos 333 de esos barrios están ubicados en la provincia de Santa Fe y, en la ciudad, son 74. Alrededor de 27 asentamientos fueron recorridos y relevados por integrantes del Movimiento Los Sin Techo, a partir de un acuerdo con la organización Techo que, junto con Cáritas Argentina, Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) llevaron adelante el trabajo en territorio.

En diálogo con este diario, José Luis Ambrosino, coordinador de Los Sin Techo, sostuvo que “el tema de la regularización dominial es una bandera de lucha, de defensa y reivindicación de nuestros sectores”. “Ya con el padre Atilio Rosso hace más de 30 años peleamos permanentemente por esto. Y en Santa Fe hay que decir que el tema está tomado con interés, y tanto la provincia como la municipalidad tienen equipos trabajando en la regularización dominial”. El resultado es que “nuestra gente, que hace 20 ó 25 años construyó su casa, está recibiendo la titularidad ahora. Entonces es una elevación cultural, humana y ciudadana”.

Para Ambrosino, este “dejó de ser un tema de discusión y lucha, para pasar a ser una solución”. Y la ley a nivel nacional es muy importante “porque habilita a las provincias y municipalidades a ejercer el poder que tienen para expropiar y decidir sobre los lugares que se van a regularizar”.

Al momento de relevar los barrios, se encuestó a sus pobladores sobre cuántas personas vivían en la casa, si recibían la Asignación Universal por Hijo y demás datos “para descubrir cuál era la situación real”.

—¿Y cuál era la situación real?

—Era bastante previsible. Tuvimos la responsabilidad sobre unos 27 asentamientos en Santa Fe porque hubo otras agrupaciones trabajando en territorio. Esto se hizo por iniciativa de organizaciones sociales y después lo tomó el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Así se detectaron 74 asentamientos en la ciudad y 333 en la provincia. En toda la zona fronteriza de la ciudad la situación es, en un 90 %, irregular, sea porque los terrenos son de propiedad privada o estatal. En ese sentido, el Movimiento aportó mucho porque el padre Rosso lo primero que hacía era urbanizar, poner la “Champion” como le decía a la motoniveladora y hacer las calles. Así se establecieron pequeños barrios y la situación se ordenó. En Los Troncos, Loyola, Alto Verde encontramos una situación ordenada pero anónima con gente que no es propietaria de nada, donde las transacciones se hacen en forma irregular y sin papeles y, a veces, las cosas se resuelven por la fuerza. Sin embargo, en la ciudad y en la provincia los dos gobiernos avanzan en la regularización. En Santo Domingo, donde la provincia expropió, estamos urbanizando y construyendo: de 80 viviendas, hay 20 edificadas. En base a esa experiencia decimos que este marco nacional es bueno.

—¿Qué significa para los vecinos lograr esa regularidad?

—Hay barrios chicos o asentamientos donde están todos contentos. Tienen la ilusión de que mañana les van a dar la escritura; quizás les toque a sus hijos recibirla pero eran NN y podía venir alguien y desplazarlos. Ahora se sienten poseedores de algo. Dejaron de ser NN urbanos y ese famoso Certificado de Vivienda Familiar que otorga la Anses es un pasaporte para ser alguien en la sociedad. Desde el punto de vista de la organización de los barrios, cuando se pide luz, cloaca u otro servicio, ya hay un conjunto organizado.

POBRES ENTRE LOS POBRES

“Esto que se hizo con los asentamientos, que van a tener una identidad, lo estamos peleando con la indigencia, que no es un porcentaje: son nombres y apellidos de personas que no llegan a una canasta básica y sufren hambre. Entonces, la misma visibilización que se está haciendo con la pobreza se tiene que hacer con la indigencia”, advierte Ambrosino.

Como en otras ocasiones, al hablar sobre este tema, el dirigente hace cálculos: “En agosto la canasta nos dio $ 8.100, si tenemos en cuenta que en esa familia es probable que le ingresen dos Asignaciones por Hijo, para llegar a ese monto necesita unos 4.700 pesos. Si se multiplica ese monto por la cantidad de personas en la indigencia que calculó el Indec hace un mes (unas 4.100 para el Gran Santa Fe, de las cuales el 80 %, 3.208, son de la ciudad), son 15 millones de pesos que se necesitan para que salgan de esa condición”.

Para el referente de Los Sin Techo, el razonamiento es simple: “Así como no podemos aceptar que una persona no sepa dónde vive, no pueda comprar ni vender y esté habitando un lugar en base a transacciones irregulares, tampoco podemos aceptar que no coma. Y lo que se quiere hacer con la regularización dominial es lo que corresponde con la indigencia: visibilizar con nombre y apellido para tener una coordenada que le permita a una persona dejar de ser un NN”. “Porque antes era un NN del urbanismo y ahora lo es de la nutrición”.

 
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“Celebramos este proyecto, porque el objetivo es casi fundacional. La gente comprendida nace de nuevo con esta iniciativa”, señaló José Luis Ambrosino. Foto: Guillermo Di Salvatore

LA PRIORIDAD ES EL ALIMENTO

Los últimos datos de pobreza difundidos por el Indec preocupan pero todo hace pensar que en el segundo semestre el panorama va a empeorar. En ese punto coinciden numerosos expertos, el propio gobierno nacional y también el coordinador de Los Sin Techo, José Luis Ambrosino.

Sobre cómo impacta el contexto económico nacional en los que menos tienen, el referente social es categórico: “Nosotros que atendemos a la gente más pobre vemos que se le complica el acceso a la comida”. Y si bien reconoce que tanto el sistema municipal como el provincial y el nacional están totalmente al día con su ayuda destinada a la alimentación, “esto funciona pero no alcanza”.

El aumento otorgado en el monto de Asignación Universal por Hijo, la cifra extra que se pagó en septiembre y el refuerzo comprometido para diciembre ayudan, pero la demanda de comida aumenta “y cuando la gente va a comprar se le disuelve la poca plata que tiene”.

 

Un gran paso

Mons. Carlos José Tissera (*)

Como Cáritas Argentina queremos destacar la importancia de la aprobación de este proyecto, ya que sentará las bases necesarias para generar procesos de regularización dominial e integración urbana, y muchas personas y familias -especialmente los más empobrecidos- puedan acceder a los derechos básicos de tener tierra y techo. La ley suspende los desalojos por 4 años y establece que el 25 % de las obras a realizarse sea a través de cooperativas de trabajo.

Esta concreción será un motivo de esperanza: hemos sido testigos de este camino desde su inicio en el 2016, acompañando institucionalmente la gran tarea de relevamiento de todas las villas y asentamientos del país por organizaciones y movimientos sociales en un proceso de trabajo conjunto con el Estado. Nos impulsó la convicción de estar alentando una construcción en la línea del bien común, con base en la justicia y la dignidad.

Es un logro estructural, fruto de la opción por generar proceso y no por ocupar espacios. Cada uno de nosotros no es más que parte de un todo complejo y diverso interactuando en el tiempo. Si bien es sólo un paso, es un primer gran paso. Sabemos que el trabajo y la lucha cotidiana no termina con esta ley: dependerá de la capacidad de organización para que la regularización dominial, las partidas presupuestarias, la obtención de servicios públicos accesibles y las complementarias políticas públicas se hagan realidad.

Nos unimos a las palabras del Papa Francisco, pronunciadas el 9 de Julio de 2015, en Cochabamba: “El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites. Está fundamentalmente en manos de los Pueblos; en su capacidad de organizar y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio. Los acompaño. Y cada uno digamos juntos desde el corazón: ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez”.

(*) Obispo de Quilmes, presidente de Cáritas Argentina