Para Almafuerte y la Liga Regional Paivense...

Un domingo muy especial

En la Liga Regional Paivense de Fútbol se permite que en las divisiones inferiores menores hasta los 12 años, niños y niñas jueguen juntos. Si bien aún son muy pocas las niñas en relación a los varones, la experiencia es muy satisfactoria.

Redacción de El Litoral

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Prensa Liga Paivense

Jugar al fútbol en forma integrada y natural, niñas y niños compartiendo equipo, entrenamientos, defendiendo y atacando juntos, ejerciendo una natural integración. Los clubes y los padres disfrutan de esta posibilidad, donde hay que estar viviendo la experiencia para poder entenderla y evaluarla. Las niñas participantes están federadas a la liga y disputan los partidos con la misma seriedad y ganas de disfrutar del partido que sus compañeros. Lo más valioso de esta experiencia es el aprendizaje, los niños aprenden a ser tolerantes, a ver como pares a las niñas, a respetarlas y a convivir en grupo.

Pero la adversidad, las dificultades y el dolor también forman parte de la vida de todos. Este es el caso puntual de Camila Acevedo, quien juega en el club Almafuerte de Helvecia. Esta niña, al igual que las demás que juegan en diferentes clubes de la Liga Regional Paivense, viven y sienten al igual que sus compañeros la pasión por el fútbol. Camila con sus 10 años este fin de semana vivió un día triste por el fallecimiento de un primo muy querido. Su mamá, su fiel seguidora en todas las canchas de la liga, no pudo acompañarla en el viaje a San Justo, donde Almafuerte visitó a Barrio Reyes. Aun así ella pidió ir a jugar; la cancha es su lugar, la pelota su consuelo ante el dolor que la vida le puso en el camino.

El domingo presentaba una tarde ideal para jugar al fútbol. La siesta estaba para ir a la cancha, la octava división estaba lista para jugar. Camila es muy reservada, por eso al ingresar a la cancha lo hace muy seria y con rostro de concentración. Trata la pelota con cuidado y le gusta jugar corto y por abajo. “Camila le pega muy, pero muy bien con la derecha”, expresa dichoso su técnico que conoce de sus cualidades y la hace jugar de “media punta”.

El partido con Barrio Reyes terminó empatado en el primer tiempo. La única jugada de riesgo fue un tiro cruzado de su compañera Nahir Carrizo. Camila entró a jugar el segundo tiempo y seguramente los pensamientos se dividían entre el partido que jugaba y su familia que estaba al otro lado de la ruta 62.

El segundo tiempo transcurrió entre pelotazo e imprecisiones, pero a poco del final llegó un tiro de esquina para Almafuerte. Centro al primer palo, un defensor rechazó a medias y en el borde del área Camila controló el balón con el muslo y definió fuerte y cruzado, sin que el arquero local pueda hacer nada. Final del partido, Almafuerte ganó uno a cero con gol de Camila, que sin duda entre tantas lágrimas amargas, alguna lágrima de alegría le habrá sacado a su mamá, nada más y nada menos que en la víspera del día de la madre.

Camila es una de varias nenas que juegan en la liga, podemos nombrar también a Violeta Moreira (Almafuerte), Azul Lucero y Naomí Ríos (Arroyo Leyes), Paulina Villalba (Colón de Emilia) entre otras niñas.