A puro Gershwin

Una hora por los años locos

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Mención especial merece el cuarteto de voces masculinas (Alejandro Molina, Alejandro Zurbriggen, Pablo Travaglino y Roberto Nadalet) y su versión de “Embraceable you”.

Foto: Gentileza Gabriel Villot

 

Guillermo Domínguez Aleffa

El aire distendido ya se respiraba desde el principio y la propia disposición del escenario parecía confirmarlo: luces bien balanceadas, instrumentos expectantes y, entre todo esto, un viejo conocido del repertorio del Coro Polifónico Provincial de Santa Fe.

Hace 81 años, un joven George Gershwin cambiaba la luz de las candilejas por la de las estrellas y dejaba tras de sí un legado inmortal que continúa cautivando con su perenne maestría aunada a la poesía de su hermano Ira Gershwin.

El concierto del viernes 12 de octubre de 2018 en la sale de ATE Casa España fue otra prueba de que la inmortalidad del alma nos habla desde el arte. Un público acrecido para lo que suele ser la media de los conciertos del Coro pudo sumergirse en una ancha pincelada de la obra de este compositor y respirar por instantes el ritmo febril de los años locos y la melancolía omnipresente que sólo el jazz ha logrado sintetizar.

La elección del repertorio estuvo bien orientada y logró un equilibrio entre un festivo “Clap yo’ hands”, un amoroso “Someone to Watch Over Me” (ambos del musical “Oh, Kay!”, de 1926 aunque el último título referido con un leve error en los programas) y dos geniales “Lady be Good” (un pasaje del musical homónimo estrenado en 1924) y “Liza” de 1929.

Pedro Casís Jazz 5, el quinteto formado por Víctor Malvicino (saxo tenor y clarinete), Francisco Lo Vuolo (piano), Cristian Bórtoli (contrabajo), Hugo García (batería) y Pedro Casís (trompeta, flugelhorn y dirección musical) fue simplemente magistral. Sus integrantes dieron muestras acabadas de su destreza musical pero, además, dejaron ver al público cómo gozaban al hacerlo. Una muestra de simple amor por lo que con sus manos en sus instrumentos logran construir: belleza lisa y llana.

De las partes vocales solistas, sólo se destacó Karol Bayer quien, aunque con varias concesiones a la fonética inglesa, interpretó con un sabor muy íntimo y emotivo “Someone to Watch Over Me”. Sin alardes estilísticos logró transmitir con calidez no sólo el sentido del texto sino la intención musical de Gershwin. Sería refrescante poder deleitarse más seguidamente con su canto.

Mención especial también merece el cuarteto de voces masculinas y su versión de “Embraceable You”, compuesta en 1928 y estrenada en 1930. Con buen fraseo demostraron por qué los clásicos son atisbos de la eternidad del buen arte.

El toque de humor estuvo puesto por el personaje de color y sus breves relatos y por el maestro Molina en el pasaje en claro homenaje al gran Al Jolson, mientras el coro acompañaba en “Swanee”.

Perlita: justo en el día del respeto a la diversidad cultural tuvo lugar un concierto con obras de un compositor que supo aunar tradiciones más allá de colores y religiones. Otro de esos juegos melindrosos del destino.