BESTIARIO SONORO DEL LITORAL

Leyendas hechas sonido

En el marco de su tesis de Licenciatura en Comunicación, Magdalena Dordain realizó un compendio de doce micros radiofónicos sobre personajes de la región, que pueden escucharse en la web.

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“Lo que yo planteaba en la tesis era que los saberes orales de a poco van desapareciendo, pero me encontré con que seguían circulando en espacios más reducidos”.

Foto: Flavio Raina.

 

Leonardo Pez

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El jueves 11 de octubre, Magdalena Dordain egresó como licenciada en Comunicación de la Universidad Nacional de Entre Ríos con su tesis “Resonancias entrelazadas: bestiario sonoro del Litoral”, dirigido por Lea Lvovich y codirigido por Paula Kindsvater. El trabajo final, extensión de una instancia previa de práctica curricular, recuperó leyendas populares de la zona en un proceso que incluyó investigación y la confección de micros radiofónicos emitidos en el programa “La calandria” (Radio Uner). Las producciones pueden escucharse en el sitio web www.bestiariosonoro.com.ar, acompañadas por ilustraciones a cargo del artista plástico Valentín de las Casas. Los personajes incluidos sobre los que trabaja son: Caá Yarí, Carpincho Blanco, Embolsadito, la Llorona, la Solapa, el Lobisón, Madre del Agua, Negritos del Agua, Pombero, Yaguareté Abá, Yaguarón y Yasí Yateré.

Resignificación

“Cuando hice la práctica curricular, me planteé realizar micros sobre leyendas y relatos populares del litoral argentino. Fue un trabajo arduo de grabación, edición y producción. Una vez terminados los micros, mi directora de práctica (Paula Kindsvater) me propuso darles un nuevo sentido y trabajarlos en la tesis. Así surgió la idea del bestiario sonoro”, cuenta Magdalena.

—Uno de los ejes vertebradores de la investigación, en tanto categoría que permite conjugar las bestias y el lenguaje radiofónico, es la de “paisajes sonoros”.

—Mis directoras me propusieron la idea de combinar los dos elementos: leyendas y paisajes sonoros. El concepto de paisaje sonoro surge en la década del ‘70 y, con el desarrollo de Internet y de las tecnologías, se empiezan a construir los mapas sonoros. La página web geolocalizada muestra en qué lugares se ubican ciertos paisajes sonoros. Entonces, como yo había elegido personajes fantásticos o monstruosos, la idea fue transformarlos en un bestiario: hacer una recopilación de bestias de la zona y ubicarlas en el lugar donde vivía cada una o en donde debería vivir. Tomé algunas leyendas que transcurrían en Santa Fe y Entre Ríos, fui a grabar las sonoridades -en función de donde me parecía que habitaban esos personajes- y decidí editarlos. La idea fue hacer como si esas bestias estuvieran en ese lugar. Cuando se escuchan los paisajes sonoros, se puede escuchar como si pasara algún personaje por el lugar.

—¿Qué le aportó la traducción de las leyendas al lenguaje radiofónico?

—Cuando quise representar leyendas, me parecía una contradicción trabajar la cultura oral en lo escrito. Fue una decisión, porque tengo una afinidad enorme por lo radiofónico. La investigación de las leyendas se adaptó a otro lenguaje, mezclado con otras sonoridades y tratando de utilizar el silencio. Además, quise mezclarlo con efectos de sonido y música propia de la zona. Hubo una investigación de estilos y de artistas, de buscar algo que se condiga con lo que está diciendo, con los paisajes y con los espacios por donde transcurrían esas historias. La idea fue complementar los elementos del lenguaje radiofónico para ayudar a disparar la imaginación del oyente, que es muy importante en la radio.

La directora del centro de práctica (Claudia Medvescig) me sugirió el programa “La calandria” de la Radio de la Uner. Su conductor, Mario Alarcón Muñiz, trabaja hace muchísimos años en radio y habla de lo propio bien folclórico de la zona, y sobre todo, de Paraná. Me dio el espacio una persona con un recorrido increíble, así que yo quedé muy contenta. Además, fue importante hacerlo en la radio de la Universidad, que hace poco se había formado y que necesita bastante trabajo.10-C-YASI_YATERE_BESTIARIO_SONORO_DEL_LITORAL_ILUSTRADOR_VALENTIN_DELASCASAS_MAXRES.jpg

Yasí Yateré.

Foto: www.bestiariosonoro.com.ar

Versiones

—Trabajaste con un grupo de actores y con integrantes del Departamento de Narradoras de la Mediana y Tercera Edad de la Uner.

—Me parecía importante trabajar con narradores orales para aportarle expresividad a las leyendas. Mi directora y gente de la Facultad me dijeron que había un club de narradoras en el Departamento de la Mediana y Tercera Edad, coordinado por “Cachita” Pacher (Mirta Cossia de Pacher). Estuvo buenísimo porque, además, fue una articulación intrainstitucional que nos enriqueció a todos y todas los que participamos del espacio. Ellas no habían grabado nunca, y yo encontré lo que estaba buscando: personas muy predispuestas a trabajar y a participar. Cachita repartió algunos textos y fuimos grabando en grupos de tres y de cuatro personas. También me contacté con un actor que trabaja en la institución (Juanqui Izaguirre) y con un narrador oral de la zona de Paraná (Monchi Zonis), que se sumaron a relatar. Los encuentros fueron muy enriquecedores, como el apoyo institucional dentro del lugar, y de toda la gente que participó sin recibir algo en términos materiales.

—¿De dónde recopilaste información sobre los personajes?

—Investigué. También entrevisté a un amigo de Formosa que estaba lleno de leyendas. Me contó unas historias de familiares suyos que habían visto al Pombero o que se habían encontrado con el Yasí-Yateré. Saqué mucho de esas entrevistas, sobre todo los personajes del Norte. También me acerqué al fenómeno a partir de cuentos de Beatriz Actis y de un libro de Berta Vidal de Battini (“Cuentos y leyendas populares de la Argentina”). Pasé mucho tiempo sacando libros de la Biblioteca Pedagógica, fui construyendo y de ahí elegí doce personajes. En los micros que pude, incluí entrevistas a personas que conocieran o hayan vivido de alguna manera la leyenda. Es interesante porque lo que yo planteaba en la tesis era que los saberes orales de a poco van desapareciendo, pero me encontré con que seguían circulando pero en espacios más reducidos.

—¿Cómo fue el proceso de escritura?

—Mi mamá es profesora en Letras y siempre me acompañó en el proceso de lectura. Ella me acercó mucho a la leyenda y creo que viene de ahí la fascinación por el tema y por la escritura. La idea en el armado del texto fue respetar algunas características de lo oral, sobre todo, la diversidad que tienen algunas leyendas. No siempre hay una sola versión. No quería presentar una versión unificada de las historias, sino poder respetar la diversidad que tienen. No sabemos realmente de qué manera vamos a matar al lobizón o sacarlo de su encantamiento o qué forma tiene... porque cada persona que lo relata lo ve distinto, según su percepción.

Internet y después

—¿Qué creés que le aportó la subida de los micros al sitio web?

—La radio es hermosa pero una de sus características es la fugacidad. El cambio de lenguaje lo posicionó en otro lugar. La web tiene muchas posibilidades. Por un lado, permite a un público especializado en el tema acercarse las veces que quiera; por otro lado, le da un nuevo sentido, ya que está acompañado por imágenes con los paisajes sonoros. Cuando presenté la tesis, una amiga maestra de Música me dijo que los paisajes se podían trabajar con chicos para representar las sonoridades de los espacios que, a veces, ellos no se los podían imaginar. Le parecía un buen material educativo. La idea es ver si se puede acercar a otros espacios, y que se vaya resignificando en función de quien utilice ese material.

—¿Cuáles son los proyectos de aquí en adelante?

—Me gustaría complementarlo con una instancia colaborativa, de modo que otras personas puedan aportar su visión y proponer ideas para la página. Otra idea es que ese material pueda ser trabajado en otros espacios, como bibliotecas y ludotecas, y que sea utilizado de manera educativa. Es un material que rompe un poco porque no necesita de lectura y te acerca a cuestiones que, a veces, uno está familiarizado y que está bueno para disparar ideas. Mi idea es ver si puedo ampliar el mapa, recorriendo la provincia o algunas partes del país.

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“No quería presentar una versión unificada de las historias, sino poder respetar la diversidad que tienen”. Imagen: Caá Yarí.

Foto: www.bestiariosonoro.com.ar