Entrevista con Diego Kaen, oncólogo

“Nos hacemos chequeos del colesterol pero no de cáncer”

El médico especialista reclama un cambio de paradigma en la detección del cáncer. “Prevenir es más barato que tratar a un enfermo”, asegura. Los nuevos tratamientos contra la enfermedad.

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El expositor, oriundo de la provincia de La Rioja, brindó un panorama sobre las nuevas terapias contra el cáncer de pulmón en toda Latinoamérica.

Foto: Gentileza.

 

Nicolás Loyarte

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Enviado Especial

El cáncer de pulmón fue tema de discusión de un taller para periodistas latinoamericanos organizado por el laboratorio Pfizer, que se desarrolló en Buenos Aires. Durante la jornada intensiva, de la que participó El Litoral, varios expositores abordaron la enfermedad y sus novedosos tratamientos, desde las distintas realidades que existen en cada país del sur del continente.

“En Argentina estamos más que bien en cuanto al tratamiento contra el cáncer de pulmón, diría que a nivel del primer mundo”, fue lo primero que destacó uno de los expositores, el oncólogo clínico argentino Diego Kaen (MP 1898), a cargo de la jefatura de Oncología del hospital Universitario Virgen María de Fátima y del Centro Oncológico Riojano Integral.

El especialista riojano expuso sobre el testeo molecular para la detección del cáncer de pulmón, y realizó una descripción del tipo de tecnología de punta en la cual se basa para analizar el perfil molecular de cada tumor, en cada paciente en particular. En la actualidad, “podemos testear al cien por cien de nuestros pacientes, para ver qué alteración genética tienen y en base a ello poder tratarlos”, explicó, y agregó luego que “el problema que tenemos, a veces, es la accesibilidad a la droga”.

El cambio de paradigma que se dio en los últimos años en el tratamiento de la enfermedad permite mejorar la calidad de vida de los pacientes, con la utilización de biomarcadores que estudian en forma personalizada al paciente y contribuyen a determinar qué droga utilizar en cada caso.

Más adelante, el doctor Kaen detalló que “como tenemos un sistema de salud provincializado —en Argentina—, hay pacientes que pueden conseguir las drogas sin inconvenientes, mientras que a otros les cuesta un poco más”.

— El acceso a las drogas para el tratamiento, ¿es una decisión política del Estado?, consultó El Litoral.

— Sin dudas, el acceso a las drogas oncológicas es un tema netamente político. Tenemos un país con muchas obras sociales que a veces facilitan el acceso y otras que ponen trabas en pos de ahorrar. La realidad es que nuestros pacientes, a diferencia de lo que ocurre en otros países latinoamericanos, se pueden tratar. Porque Argentina tiene un acceso mayor a la media de otros países.

— Las estadísticas demuestran que el cáncer de pulmón se detecta con un grado muy avanzado, ¿no se puede prevenir?

— Es la gran falla que tenemos, la gran deuda. El 75 por ciento de los cánceres de pulmón se diagnostican con metástasis. Existen métodos de prevención que se conocen desde no hace mucho tiempo atrás, y la gran deuda que tenemos como desafío para los próximos años es trabajar sobre la población sana, para detectarlo lo más tempranamente, sin síntomas, en estadíos en los que la posibilidad de curación es mucho más elevada.

— En Argentina existe la ley antitabaco que rige desde 2011, ¿ya se pueden ver los resultados?

— No hay estadísticas porque hay que esperar de 15 a 20 años para ver los resultados. Ese es el tiempo necesario para ver si cayó la curva de incidencia. De todas formas, hay que señalar que estamos viendo más cáncer de pulmón por otras causas, como la ambiental. Pero el impacto del cigarrillo, cuyo consumo por suerte ha disminuido, lo vamos a ver de acá a un par de años.

— ¿Qué incidencia tienen el uso de vaporizadores y la marihuana?

— El tema es complejo. Los vaporizadores no producen cáncer de pulmón pero se está viendo que producen cáncer de labios. Al cambiar los hábitos también cambia el tipo de enfermedad. Entonces, de todas estas conductas se verá su impacto dentro de 15 a 20 años. También hay que señalar que el cigarrillo no sólo produce cáncer de pulmón sino también diferentes tipos de cáncer en nuestro organismo.

— ¿Cuáles son las nuevas terapias para el cáncer de pulmón?

— Hoy, a una persona a la que se le diagnostica cáncer sería raro que se le practique quimioterapia. La mayoría de las veces van a un tratamiento personalizado a su patología, porque existen diferentes tipos de cáncer, no sólo de pulmón. Y a su vez, también existen diferentes tipos de cáncer de pulmón, de acuerdo a la alteración que produce. En consecuencia, los tratamientos son totalmente diferentes. Entonces, no debemos tratar a todos por igual. Hay que seleccionar nuestro tratamiento específico para cada paciente.

— ¿El hijo de una persona que padeció cáncer de pulmón debe practicarse estudios preventivos?

— Cuando tuviste a tu padre o madre con cáncer te obliga a que realices consultas con un oncólogo o médico que pueda detectarlo, porque tu riesgo es mayor que el resto de la gente, lo que no quiere decir que vayas a sufrir un cáncer. Tener riesgo no significa tener la patología, pero es importante que consultemos al médico estando sanos. Ese es un concepto que hay que cambiar. Uno va al médico cuando tiene un síntoma y no va antes, a decirle “aquí estoy, me quiero hacer un chequeo anual”. Y, a su vez, así como nos hacemos chequeos del colesterol, no nos hacemos un chequeo de cáncer. Hay que empezar a hacerlo. Hay que cambiar culturalmente tanto a la población como a los médicos. Nosotros debemos aprender más políticas de prevención, que deben estar acompañadas por políticas de salud pública que vayan en pos de la prevención. Es la manera de cambiar las estadísticas e incluso de ahorrar gastos, porque prevenir es más barato que tratar a un enfermo.

75 por ciento

de los cánceres del pulmón se diagnostican cuando están en un estado avanzado y ya hay metástasis. Por eso es clave avanzar en la prevención de esta grave enfermedad.

  • La gran deuda que tenemos como desafío para los próximos años es trabajar sobre la población sana, para detectarlo los casos de cáncer lo más tempranamente posible, sin síntomas, en estadíos en los que la posibilidad de curación es mucho más elevada”.

Diego Kaen

Oncólogo