NENE ALMÍBAR

Mira qué ironía

La banda oriunda de Pilar presentó en Santa Fe su segundo álbum, “Corazón ortiba” y contó a El Litoral cómo se conforma el universo artístico donde Don Ramón dialoga con Spinetta, Pez y Wilco.

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Manu Piras, Nacho Rivarola, Pablo Bustamante y José Burgueño.

Foto: Luis Cetraro.

 

Leonardo Pez

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Nene Almíbar llegó a la ciudad, en el marco de su primera mini-gira nacional. Integrado por Manu Piras (voz), José Burgueño (guitarra), Pablo Bustamante (bajo) y Nacho Rivarola (batería), el conjunto oriundo de Pilar lanzó dos discos: “El accidente” (2015) y “Corazón ortiba” (2018) y participó en la última edición del Lollapalooza Argentina. El cantante y el guitarrista recorrieron junto a El Litoral una historia de seis años ligada al rock psicodélico y al consumo cultural irónico.

Otro sentido

Corrían los primeros años de la década, cuando Manu y José se juntaban a tocar temas en la guitarra criolla y escuchar bandas cuyos nombres no tuvieran mucho sentido, por ejemplo, Compañero Asma. Ahí radica una de las explicaciones del origen de Nene Almíbar, al mejor estilo Nikita Nipone con el diseño de su álbum “Una oración” (2007). El otro factor que intervino en el proceso de denominación fue el carácter experiencial de la infancia. Cuenta el cantante: “Cuando iba a tercer o cuarto grado, tenía un compañero que comía muchos duraznos en almíbar... todos los días. El almíbar siempre se me hizo una cosa medio psicodélica: ver cómo chorrea... y me gusta todo lo que tiene que ver con la psicodelia”.

La psicodelia de Nene Almíbar puede explicarse por el hecho de hacer confluir el trípode Spinetta-Wilco-Pez con la voz aguda del vocalista. En ese contraste “algo que nos parece cotidiano pasa a tener otro sentido”, se explaya Piras. Si con esas referencias no alcanza para ingresar al universo del cuarteto, entre el cantante y el guitarrista aportan: “hacemos canciones tocadas por una banda de rock, con énfasis en que la melodía tenga impacto, tanto de la voz como de los instrumentos”.

Ya nacen así

El 1º de junio fue subido a las plataformas digitales el segundo álbum de Nene Almíbar, “Corazón ortiba”. El nombre retoma un episodio televisivo que dio origen a la frase. Martín Ciccioli entrevistó a un joven de Dock Sud denunciado por sus vecinos, quien ante la pregunta del periodista por el motivo de la queja respondió: “son ortibas, ya nacen así, con el corazón ortiba”. “Me gustó la espontaneidad del chabón. Para mí, hay corazones ortibas que son malos, como la cana o la Iglesia, pero también hay otros que me encantan. Los gatos me parecen ortibas, pero son lo más divino que hay en el mundo”.

En el plano musical, el cantante reconoce que hay una búsqueda “de ser más concisos, priorizando la canción en todas sus formas”. La duración total de “Corazón ortiba” (diez minutos menos que “El accidente”) evidencia, entre otras cosas, un cambio a la hora de encarar la composición. En la etapa final de pre-producción, se sumó Pablo Bustamante al bajo e incorporó “su personalidad a lo que ya estaba armado... ¡quedó increíble!”. “Teníamos más pensado cómo queríamos llegar al sonido final”, dice José y da paso a Manu, quien reconoce que “estamos aprendiendo a producir nosotros y nos divierte mucho hacerlo. Nos sentimos bastante identificados con el sonido que estamos logrando”.

Extraña influencia

Una de las diez canciones que conforman “Corazón ortiba” se llama “Jeff Tweedy”, como el líder de Wilco. El amplio abanico de referencias -que se expande, por ejemplo, a Frank Zappa, Aquelarre, Color Humano y Tame Impala- excede el lenguaje musical. Por ejemplo, en otro pasaje del álbum, se puede escuchar un sampleo alusivo al entrañable Ramón Valdez. “El chavo del 8 es una gran influencia. Lo sigo viendo e identifico cosas que son una bizarreada y otras que están buenísimas, como el video de Don Ramón cantando Creedence que circula por YouTube”.

Como voz de Nene Almíbar, Manu Piras explica la filosofía que atraviesa a la banda, reponiendo la categoría construida por la escritora y activista canadiense Naomi Klein. “Soy un consumidor irónico, casi patológico. Veo todo el tiempo cosas que odio, y eso me encanta. Tal vez, dentro de la crítica o de identificar lo que no nos gusta, terminamos reforzando lo que nos gusta. A la vez, uno termina dándole un sentido más profundo a lo que no le gusta, lo analiza desde otro punto de vista. Me gustan mucho las películas de clase B, de terror. En la ironía, el mensaje no está directamente en la frase. Hay algo por detrás”.

Para escuchar

En el canal de YouTube y en la cuenta de Spotify (Nene Almíbar) está disponible la discografía de la banda.