El último caso en una persona fue en 1979 en la ciudad

Por qué faltan vacunas antirrábicas para humanos y cuáles son los riesgos

Las dosis las importa la Secretaría de Salud de la Nación de dos laboratorios franceses, que bajaron el ritmo de producción. La semana que viene llegarían 500 vacunas a la provincia. Cómo es el protocolo cuando una persona es mordida por un perro.

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Poco frecuente. Desde el área de Zoonosis, aseguraron que los veterinarios no suelen detectar casos de rabia en perros en la provincia. El año pasado, se confirmó un caso aislado en un gato en María Susana, pero de la cepa viral que transmiten los murciélagos.

Foto: Archivo El Litoral

 

Gastón Neffen

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Si a un santafesino lo muerde un perro en la calle y necesita hacer el tratamiento contra la rabia se va a llevar una sorpresa: hay menos dosis de la vacuna antirrábica para humanos, porque los dos laboratorios franceses que las producen bajaron el ritmo de producción durante el 2018. Es un problema nacional y sobre todo importante en las provincias del norte, en donde son más frecuentes los casos.

Javier Colombo, jefe del Programa de Zoonosis del Ministerio de Salud de Santa Fe, le explicó a El Litoral cuándo es necesario colocarse la vacuna. “Cuando una persona es mordida por un perro, lo primero que recomienda el protocolo es localizar al animal. Si se lo ubica, se controla durante diez días que no tenga síntomas de rabia y si no aparecen no es necesario que la persona realice el tratamiento antirrábico”, precisó. Obviamente, si se le coloca la vacuna antitetánica y se le administran antibióticos por el riesgo de que ingrese alguna bacteria.

Si no es posible ubicar al perro, los médicos recomiendan realizar el tratamiento antirrábico para evitar riesgos. En la ciudad, el último caso de rabia confirmado en una persona se detectó en 1979 y en la provincia hubo un caso más en Rosario en 1983.

El tratamiento consiste en cuatro dosis de la vacuna antirrábica. Las dos primeras durante el primer día de tratamiento, la tercera a la semana y la cuarta a los 21 días. Pero el problema es que no es tan fácil conseguirlas.

Colombo reconoció que hay menos dosis porque los dos laboratorios franceses que producen las vacunas que importa la Argentina -las compra la Secretaría de Salud nacional- están elaborando menos vacunas. De hecho, el gobierno nacional tuvo que salir a comprar partidas que tenían otros países. “La semana que viene nos van a llegar unas 500 vacunas de Nación a la provincia. Es importante aclarar que no están faltando dosis para los animales, al contrario se están vacunando más perros y gatos”, aseguró.

En la Argentina se producía una vacuna contra la rabia para humanos, pero como tenía algunas complicaciones se prefirió importar la que se elabora en Francia. En la actualidad hay un laboratorio nacional (Cassará) que está realizando la investigación para producir una vacuna de segunda generación en el país.

En este contexto de falta de vacunas, lo que se está intentando -por recomendación de la cartera de salud nacional- es realizar el mayor esfuerzo posible para encontrar los perros en caso de una mordida, para utilizar con eficiencia las vacunas que están disponibles.

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¡Cuidado! Los murciélagos sí pueden estar infectados con el virus de la rabia y es importante no entrar en contacto con los animales enfermos.

Foto: Gentileza Conicet

Pocos casos

Aunque es importante seguir el protocolo para prevenir casos de rabia en humanos y vacunar siempre a los animales, los veterinarios, en general, no suelen detectar síntomas de la enfermedad en perros desde hace años en la provincia. “Hubo un caso de rabia aislado en un gato en María Susana el año pasado, pero son muy poco frecuentes”, aseguró Colombo.

En realidad, en los primeros años de la década de 1980 prácticamente se eliminó el virus de la rabia que circulaba entre los perros y gatos en la región central del país. “El que sigue siendo habitual es el virus de la rabia que se encuentra en los murciélagos y que puede transmitirse a las mascotas, aunque no se contagia con la misma facilidad que el virus específico que antes circulaba entre estos animales”, aseguró el experto en zoonosis.

Uno de los últimos operativos de bloqueo importantes contra la enfermedad se realizó en mayo de 2015 en Esperanza. La detección de un murciélago con diagnóstico de laboratorio positivo de rabia silvestre aérea generó un operativo de vacunación de unos 400 perros y gatos que estaban a 200 metros del lugar en el que se encontró el murciélago.

En el centro y en el sur de la provincia, los murciélagos que predominan son los que comen insectos (de Vera hacia el norte hay especies de hematófagos, los famosos vampiros que se alimentan de sangre). Son de hábitos nocturnos y es raro verlos de día. Por eso, cuando una persona los ve en el suelo es muy probable que estén enfermos (con riesgo de que se trate de rabia). En este caso, es importante no tener contacto y consultar a un veterinario.

Se recomienda, además, notificar al Programa de Zoonosis de la provincia para que los especialistas puedan determinar si se trata de rabia y monitorear la presencia de la enfermedad en la región. Los perros y los gatos deben vacunarse contra la rabia a partir de los tres meses y revacunarlos cada año.