MARÍA EUGENIA BIELSA, PRECANDIDATA A GOBERNADORA

“La políticatiene que aprender a escuchar a la ciudadanía”

  • Insiste con la necesidad de la unidad del peronismo, tanto a nivel provincial como nacional. Y reivindica el apoyo “no orgánico” de dirigentes kirchneristas. Carga duramente contra la “ausencia” del Estado santafesino en seguridad, y dice que Macri no declaró la guerra a la pobreza, sino “a los pobres y a la clase media”. Dice que aprendió mucho de Jorge Obeid y cuenta por qué dejó su banca de diputada provincial después de haber ganado las elecciones en esa categoría.
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Bielsa dialogó con El Litoral acompañada por su candidato a vice, el senador Danilo Capitani, y la candidata a diputada provincial Silvina Frana. Foto: Mauricio Garín

 

Emerio Agretti

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-¿Ya en plena campaña? Porque arrancó un poco más tarde, con algunas dudas.

-Bueno, no había dudas para nosotros. A lo mejor sí para el periodismo, que a lo mejor estaba ansioso, y para la política, que a lo mejor también. Nosotros venimos trabajando desde 2017, y decidimos hacer un proceso inverso. Un proceso que tuviera que ver no con que uno se erija en candidato, sino que eso sea el resultado de un trabajo con las bases, después de ver cuáles son los problemas y en qué condiciones estábamos de resolverlos. Hacer una valoración de todo eso, dialogando con la gente. Y luego el candidato surge de la construcción colectiva; lo que llamamos un proceso “de abajo para arriba”. Nosotros hicimos pública la candidatura cuando estuvimos seguros de que estábamos a la altura del desafío.

-Y con un permanente discurso de unidad que no se concretó. ¿Por qué fue ésto?

-No se pudo. Hay cosas que uno desea y no se pueden. Nosotros hicimos todos los esfuerzos, y creemos que hubiese sido bueno. Pero no se pudo encontrar el consenso necesario, y también las internas son una alternativa. Si no hubo unidad ahora, la habrá después, por lo cual vamos a discutir ideas. Y vamos a hablar con los santafesinos, no con la política.

-¿Cuál es su relación con el kirchnerismo? Porque Unidad Ciudadana no apoya su lista.

-Nosotros tenemos la misma posición que tuvimos siempre. Apoyamos una enorme cantidad de medidas que se llevaron adelante en el gobierno anterior y no hemos cambiado de idea sobre eso. Unidad Ciudadana tomó una decisión orgánica que a veces no representa a los militantes o totalmente a ese espacio político.

-Claro, porque hay mucha gente enrolada en el kirchnerismo que está con ustedes...

-Hay candidatos, dirigentes que están trabajando con nosotros, que pertenecen al bloque del Frente para la Victoria. Y la verdad es que no creo que tengamos nada que explicar en eso. Al contrario, la idea del espacio -y por eso trabajamos tanto por la unidad; inclusive con otros partidos políticos, que si no hubiéramos ido a internas hubieran conformado un frente con nosotros- es que no hay que cerrar la puerta a nadie. El momento del país es muy complejo, quien lo lea ahora con la matriz de algunos años atrás se equivoca, la sociedad es otra y nos reclama otras cosas. La política tiene que aprender a hablar con sus representados, no entre la política.

Opciones

- ¿En este momento a quien apoyaría como candidato a presidente?

- A mí me parece que nacionalmente se está trabajando en un proceso muy similar al que nosotros le pusimos mucho esfuerzo en los últimos meses en Santa Fe. Por lo cual, no hay candidaturas claramente expresadas; hay una vocación de buscar unidad. Me parece que en ese sentido, sería muy imprudente decir a quién apoyaría. Nosotros vamos a apoyar un proyecto de unidad. Y ojalá se logre, porque de alguna manera lo que sucedió en el último mensaje del Presidente ante el Congreso fue una muestra de que tenemos que tener una opción para ofrecerle a la ciudadanía. Porque creo que la ciudadanía leyó ese discurso con una enorme decepción, con la sensación de la palabra pública incumplida.

-Y aquí en la provincia considera que también hace falta una opción...

-Nosotros creemos que sí. Porque de un lado está el proyecto del partido de gobierno, y nosotros tenemos muchas objeciones sobre algunos temas centrales. En las grandes ciudades hemos visto nuestra vida condicionada a problemas que el socialismo no ha podido resolver o que no ha querido, por connivencia o por omisión. Por ejemplo, este viernes a la noche en un barrio del sur de Rosario ametrallaron a un grupo de gente en la calle. Hay personas muertas y heridos graves, entre ellos una niña de 5 años. Y el comentario del gobernador es “es una guerra entre bandas”. Pero no hay bandas con niñas de 5 años. Entonces, cuando el Estado renuncia a una función que le es privativa, la de conducir a la policía, y hacerse cargo de la seguridad, y a convocar un acuerdo de paz, a que los tres poderes puedan abordar este tema antes de que nos desborde todavía más, creo que ahí hay un límite por el cual es necesario otro proyecto. Y del otro lado, está el proyecto de Cambiemos, que tiene que ver con lo que decíamos recién. El Presidente que ha dicho “tenemos que declarar la guerra a la pobreza”, le ha declarado la guerra a los pobres, y a las clases medias. Y finalmente quiero decir que la verdad que gobernar un país tan complejo como éste no es una tarea para principiantes, ni para aprendices. Y el “mejor equipo de los últimos 50 años” podrá serlo para otra tarea, pero no para ésta.

Seguridad, economía, futuro

-Entrando de lleno en la campaña provincial ¿cuáles son sus propuestas, o los principales ejes a encarar en el discurso?

-La verdad es que este país es tan cambiante, que es muy difícil anticipar cuáles van a ser todos los mensajes a transmitir en la campaña. Pero estamos concentrados en tres cuestiones fundamentales, y que tienen que ver con este año de charlar con la ciudadanía. Cuando nosotros empezamos con este proyecto, la principal preocupación en las ciudades grandes eran la inseguridad y el narcotráfico. Y la realidad es que la vida de todos nosotros está condicionada por el temor a ser víctimas de un delito. Y programamos nuestra vida en base a eso. Entonces, la lucha contra este flagelo, y sobre todo la cuestión de la prevención, es una cuestión fundamental: terminar con la ausencia del Estado.

El segundo tema, que ahora está a la par o incluso hasta por encima, es la preocupación por la situación económica. Esta dificultad para generar crecimiento que se traduzca en desarrollo -que creo que es una etapa que le faltó al gobierno anterior- y luego la creación de empleo. Porque el empleo estructura, valoriza a las personas, está ligado a los valores más profundos de nuestra cultura. Seguramente haya que adaptarse a otras modalidades, o pensar en otros formatos. Pero es indispensable que trabajemos sobre eso, porque ésto además ayuda contra la inseguridad.

Y después, toda sociedad tiene que tener un proyecto de futuro. Y en un proyecto de futuro, las políticas de niñez y educación, junto con los grandes objetivos que nos tracemos, indican qué queremos ser dentro de 20 años. Y fijar una política de Estado que se aplique independientemente de quién gobierne.

-¿Considera que ésto no se ha hecho hasta ahora?

- Yo cuando escuchaba el discurso del Presidente pensaba que el futuro, por lo menos este año, no va a ser mejor, porque los anuncios que se esperaban no se produjeron, para ninguno de los sectores que necesitan una respuesta. La provincia de Santa Fe es la tercera economía nacional, en algunos rubros tiene un 60 % de las exportaciones, y una cuarta parte del total de las exportaciones del país. Tiene una cadena de valor muy desarrollada, empresarios creativos, trabajadores que se han aggionardo. Entonces, lo que debe hacer el Estado es escuchar, dialogar mucho, convocar a una mesa de construcción de un modelo de desarrollo. Porque de ahí salen ideas concretas de acciones que hay que poner en marcha. Y en muchos casos nos dijeron que en 12 años nunca nadie del gobieno los había ido a visitar.

Esta es una provincia profundamente productiva. Es necesario modificar la matriz territorial de Santa Fe, que es muy inequitativa. Tenemos un norte donde hay que invertir, para que se pueda desarrollar. No importa cuánta gente vive.

La obra pública vinculada a la producción, los caminos transversales que empezó Jorge Obeid y nunca se terminaron; los acueductos que se cuestionaron y se rediseñaron, pero que no están terminados; la falta de mantenimiento en las rutas provinciales, que incrementa los costos; tarifas altas que restan competitividad a las empresas: éste es el resultado que tenemos.

El gobierno tiene todas las herramientas para afrontar estos problemas. Lo que pasa es que es más propenso a obras vistosas, antes que a las estructurales. Y hoy hay que volver al trabajo, a la producción. Éso es lo que empieza a resolver todo lo demás. Pero no lograron interpretar lo que les está pidiendo la ciudadanía. La gente plantea problemas, pero también propone soluciones. Hay que escuchar.

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“Si no hubo unidad ahora, la habrá después, por lo cual vamos a discutir ideas. Y vamos a hablar con los santafesinos, no con la política”. Foto: Mauricio Garín

Entre el “Estado posibilitador” y la endogamia de la política

-Hubo dos instancias claves en su vida política. Primero, como la primera vicegobernadora de la provincia. Y luego, una gran victoria a la cabeza de la lista de diputados provinciales de su partido, que no le impidió dejar su banca un tiempo después. ¿Qué le quedó de estas experiencias?

-En la instancia de la vicegobernación, yo diría dos cosas. Terminé de convencerme de que, lejos de ser una “máquina de impedir”, como se dice, el Estado es un enorme posibilitador, si éso es lo que la política decide que sea. Si se decide trabajar en base al consenso y en diálogo con la sociedad, es una herramienta extraordinaria para mejorar la vida de la gente. Sin magia, todo es trabajoso, requiere dedicación y esfuerzo. Y yo fui muy feliz en esa época, porque con todos los sinsabores que acarrea gobernar, pudimos hacer muchas cosas. Y porque además de la tarea de conducir al Senado, Obeid me incorporó a distintas ramas de la tarea ejecutiva. Y eso enseña muchas cosas, y hace comprender muchas otras.

En cuanto a la Cámara de Diutados, la verdad es que fue una epopeya ganar esa elección. Fue algo bastante inesperado, por lo que yo tengo una enorme gratitud hacia la ciudadanía santafesina. Luego la realidad de la política, o de la endogamia política -de políticos charlando con políticos y no con la sociedad-, derivó en que se esterilizara la tarea legislativa. El otro día, en algún medio, alguien desinformado puso que yo renuncié porque no fui elegida presidente de la Cámara. Eso no es así. Si bien hay una tradición de que quien encabeza la lista preside la Cámara, yo acepté una decisión en contrario. Y estuve un año y tres meses como diputada. Pero en un momento sentí que mi tarea como diputada estaba esterilizada, porque había pasado un año y había leyes fundamentales que no habíamos podido sancionar.

-¿Por ejemplo?

-Hay dos ejemplos muy demostrativos de lo que de alguna manera guió la decisión. En todo ese tiempo -y despues nunca más- no se pudo modificar el Fondo de Obras Menores, una ley que se sancionó en nuestro gobierno para compensar de alguna manera el fondo del conurbano, y permitía a intendentes y presidentes de comuna encarar trabajos. Según la ley, se mandaba una primera remesa, luego un técnico evaluaba si el trabajo se hacía, y se enviaba una segunda remesa. El problema es que, en el gobierno socialista, los técnicos no iban y las obras quedaban meses paradas, y la gente desconfiaba. Entonces, lo que había que hacer era permitir que se liberen los fondos, y después la obra no se hacía, eso se denunciara. Tan sencillo como eso. Pero no lo pudimos lograr, aún teniendo la mayoría con 28 diputados.

Y el otro tema que para mí fue determinante, pero expresa lo que el socialismo representa en esta temática, fue la ley de Emergencia en Seguridad. Esta norma se aprobó en el Senado, y se aprobó con cambios en Diputados, mejorándola y con una gran generosidad del peronismo, porque ésto le permitía al entonces gobernador Antonio Bonfatti actuar con mucha celeridad y ejecutividad (aunque ésto era en 2011, y fíjese cuánto empeoró la inseguridad). Pero en el artículo 2, la ley decía que no se podía designar en un lugar de jerarquía en la cúpula policial a alguien investigado por enriquecimiento ilícito. Allí el entonces gobernador inventó un neologismo que hoy sigue vigente, que es el veto propositivo. Normalmente, la Legislatura legisla, y el Ejecutivo veta o promulga. Acá no: el Ejecutivo corrige la ley, y la Legislatura la vota. ¿Cómo quedó ese artículo, hasta hoy? Diciendo que sí se podrá designar a alguien investigado. Bueno, ya sabemos lo que tuvimos después de eso. Esto está dando cuenta de algo. Y también, que de todos los ministros de Seguridad que tuvo el socialismo, uno sólo era experto en seguridad.