A la salida de Colón - Racing

Terror a bordo de un colectivo

Una patota tomó por asalto un micro de la Línea 8. Pretendían viajar gratis y atacaron a algunos pasajeros. El chofer reaccionó y recibió una brutal golpiza.

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El colectivero resultó lesionado en uno de sus ojos y estuvo 48 hs. sin poder trabajar.

Fotos: Danilo Chiapello

 

Danilo Chiapello

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El sábado a la noche un grupo de malvivientes causó pánico a bordo de un micro de la Línea 8.

Todo ocurrió en cercanías al estadio del Club Colón, donde momentos antes el equipo “sabalero” había disputado un partido de futbol con su similar de Racing de Avellaneda.

Viajar gratis

“Eran las 23.40 y yo iba circulando por Vera Mujica y Bolívar donde me detengo para dejar pasaje. En ese momento se suben a la corridas por la puerta de adelante y de atrás, unos ocho muchachos, todos identificados con los colores del club Colón. Uno de ellos estaba armado con un cuchillo”, dijo Marcelo (36), el colectivero en diálogo con El Litoral.

“Enseguida empezaron las discusiones porque querían viajar gratis. Comenzaron a increpar a los pasajeros. Una señora se puso muy mal y entró en crisis porque le quisieron arrebatar la tarjeta”.

Piñas y piedras

“Ante la situación yo intercedo y les pido que se bajen del coche. Pero cuando están bajando empiezan a golpearme. Me dieron piñas en la cara y en la nuca. Les alcanzo a cerrar la puerta y entonces ellos empiezan a tirar piedras. Los pasajeros se tiraron al suelo porque tenían miedo que algún proyectil les pegara a ellos”, continuó Marcelo.

“Yo lo que quería era sacar a los pasajeros de la situación de peligro. Retomo la marcha pero se me dificultaba la visión de un ojo. Así llegué hasta J. J. Paso y San Lorenzo. Ahí decidí parar porque no podía seguir manejando en esas condiciones.

Luego la misma gente llamó al Comando. Les dijimos lo que pasó y me trajeron agua para poder calmarme un poco. El domingo fui al hospital y me examinaron. Quedé con carpeta médica por 48 horas.

“Todos perdemos”

Marcelo hace 2 años que se gana la vida como colectivero. Y el dramático momento que le tocó vivir se dio a horas de su cumpleaños.

En este contexto se permitió una reflexión: “Más allá de los golpes y la amenazas no voy a dejar este oficio. No obstante puedo señalar que estamos bastante desprotegidos, sobre todo los días en que hay partidos. Tendríamos que entrar con alguna custodia o ver cómo se pueden prevenir estos hechos. Acá todos somos perjudicados. El pasajero que paga su boleto y nosotros que ponemos el pecho a las agresiones”, cerró.