Llegan cartas

Día de la mujer

Roberto Rubén Sánchez

Con motivo del día de la mujer y la concentración que llevaron a cabo en conmemoración de su día, quiero expresar mi repudio por este medio a la vandálica e intolerante maneras que emplearon alguna de ellas en forma obscena y violenta emprendida contra el Cabildo y la Catedral de Buenos Aires, instituciones representativas de todos los argentinos de bien. Eso demuestra que en distintas capas de la sociedad convivimos con antisociales y gente -si se puede llamar así- con poco apego a las reglas de urbanidad, convivencia pacífica y a la ley. Solo escuchar las diatribas y expresiones políticas, ensalzando la figura de Milagro Salas por las ancianas incendiarias, sugiere que nada es espontáneo ni de casualidad, claramente exacerbada por las que trabajan de agitadoras, si esto es un avance en sus derechos es una verdadera vergüenza ajena. Es justo agregar y reconocer que no todas son iguales, tampoco sus reclamos. Toda manifestación tiende a perder legitimidad cuando se emplean estos medios, hay que separar la paja del trigo, esa depuración la deben hacer las mismas mujeres, para consolidar sus derechos muchas deberán reflexionar, barajar y dar de nuevo. No se trata de concitar la empatía o el rechazo de las mismas, es necesario ser objetivo también en las opiniones, todo debes llamarse por su nombre.