Ante Tigre, reaccionó cuando sintió que le mojaron la oreja...

Unión pega primero y luego se deja pegar

No es físico y, según Madelón, tampoco es futbolístico. Entonces, la conclusión es que se trata de algo mental: Unión tiene momentos de mucha seguridad y convicción, pero luego se “apichona”. La reacción del final ante Tigre casi le da los tres puntos. La pregunta es: ¿por qué?

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

No es una cuestión física. ¡Claro que no lo es!. Si fuese físico, ¿cómo se entiende lo del final del partido?. Sin dudas que pasa por otro lado, que inclusive tiene más que ver con los vaivenes que el equipo tiene durante los 90 minutos. Algo de eso dijo Zabala después del partido. Mencionó la palabra “tristeza” por un partido que se le escapó. Y en esa palabra se encierra un sentimiento. Unión pudo y debió ganar el partido. Contó con las oportunidades y con el contexto, más allá —y uno no se cansa de decirlo— que enfrente tuvo a un buen equipo, que juega bien al fútbol y que está penando en la tabla de promedios por las campañas anteriores y no por esta (se ubica exactamente en mitad de tabla).

No es una cuestión física porque este es un plantel que está muy bien preparado. Eso se nota. Madelón dijo que “en ningún momento les pedí a los jugadores que retrocedan, nos metió Tigre atrás”. Puede ser que algo de eso haya existido, porque el rival juega —y bien—, y Gorosito tuvo respuestas positivas en el banco, sobre todo con “Cachete” Morales y con el “Chino” Luna, que resultaron fundamentales para que el trámite del partido se inclinara decididamente hacia el arco de Nereo.

Jugar a aguantar no ha sido nunca la propuesta de Unión. Pero le han pasado cosas en los últimos tres partidos que obliga a un replanteo. Contra Huracán, ganaba bien y se dejó llevar por delante por el rival, hasta que le descontaron el resultado y lo liquidó en el final. Contra Boca, más allá del hombre de menos y de la ostensible mejoría que tuvo el rival a partir de los ingresos de Tevez y Reinoso, más la manera en que se paró en el segundo tiempo, también hubo un repliegue sumamente peligroso que lo hizo sufrir tres goles en el segundo tiempo. Y lo de este lunes, ante Tigre, fue otra prueba evidente de que hay momentos del partido en los que Unión intenta algo que lo termina perjudicando.

¿Qué pudo haber hecho Madelón?, ¿poner otro volante en lugar de otro defensor cuando ordenó el ingreso de Corvalán?, es posible. Pero la línea de cinco es algo que el técnico tiene y echa mano cuando cree que debe solidificar el juego aéreo porque el rival empieza a tirarle centros. Huracán lo hizo y mucho. Pero Boca y Tigre no. Quizás en este partido podría haber intentado, por ejemplo, adelantar un poco al equipo colocando a un volante que sirva para tener la pelota o para darle un protagonismo que el mediocampo había perdido. A Zabala y a Fragapane le costaba mucho arrancar con la convicción y verticalidad de los primeros minutos. Méndez es un volante de tranco lento, sin tanto despliegue y al que le cuesta también el manejo de la pelota porque está en un ritmo distinto. Entonces, el banco le ofrecía algunas alternativas: Matías García para combatir, Ríos para tener más aire y apoyo a Andrada (que había quedado solo arriba) o Darío Bottinelli para tener la pelota. Madelón no quiso desarmar la estructura del equipo. “Si organizábamos mejor la contra, podíamos ganarlo”, dijo Madelón después del partido. Algo muy cierto, porque se dio en el final. Pero Unión tuvo que recibir un sopapo, le tuvieron que mojar la oreja para que reaccione. Y esto es lo que no se comprende.

Es bueno lo que hace Unión de visitante, eso no se discute. En lo que va del año, se le ganó a River y a Huracán, se empató con Belgrano y Tigre y sólo se perdió ante Independiente, en otro partido en el que fue bueno el arranque pero luego no se pudo sostener de la misma manera. Es cierto también que faltaron algunos jugadores que son muy importantes, caso Acevedo, Maximiliano Cuadra y hasta el mismo Damián Martínez. “Jamás les dí la orden de meterse atrás”, señaló Madelón una y otra vez. Pero eso fue lo que pasó y es lo que ahora se lamentan todos.

Fue un partidazo y esto también cuenta. Pero así como Unión es capaz de entusiasmar con una ráfaga llena de dinamismo y seguridad, cae luego en una actitud muy pasiva, muy insegura que no condice con lo que muestra en los otros momentos de un mismo partido. Nadie como el técnico para saber por qué pasan estas cosas y que son detonantes para perder puntos, como los que Unión dejó escapar en Victoria.

Franco Fragapane va a trabar con la cabeza ante la acción de Galmarini. El volante rojiblanco arrancó muy bien y luego se fue perdiendo.

Foto: Ignacio Izaguirre

10 goles

Lleva convertidos Zabala en 47 partidos. Es un muy buen promedio tratándose de un volante.

Madelón en el banco junto a sus colaboradores: el profesor Lisanti, el “Moncho” Ruiz y Luca Marcogiusseppe. “Cacho Borelli, el ayudante de Pipo Gorosito, me dijo después del partido que los atacamos por todos lados. Jamás le dí la orden a los jugadores de que se metan atrás en el segundo tiempo”, dijo el entrenador.

Foto: Ignacio Izaguirre

• Siempre el próximo partido es el más importante. Pero en este caso, dada la trascendencia que tiene el encuentro con Independiente del Valle para el club, veremos qué hacemos. Todavía no tengo definido qué haré, teniendo en cuenta que el lunes a la tarde recibimos a Lanús y cuatro días más tarde debutamos en la Sudamericana”.

Leonardo Madelón

Entrenador de Unión