llegan cartas

El Club de los Nostálgicos

Miguel Ángel Reguera

Una Nación es pretérito acumulado, escribió José Ortega y Gasset. En esa idea me permito recordar que en nuestra Nación, y no muy lejos en el tiempo, se supo hacer un Túnel Subfluvial a pesar de la extensión del Río Paraná. También fueron factibles los puentes de Zárate - Brazo Largo y los Altos Hornos de Zapla en Jujuy. En esa Argentina se levantó Aluar, la primera empresa productora de Aluminio de América del Sur. También la energía se producía gracias a la construcción de represas como Chocón - Cerro Colorado y Embalse Río Tercero. Me formé en una Nación que supo destacarse en la metalurgia y la siderurgia con Somisa y Acindar. El desarrollo nuclear y Atucha, con la investigación de profesionales formados en el Instituto Balseiro eran una realidad. La industria automotriz argentina podía lograr la admiración europea con los inolvidables Torino compitiendo en Nürburgring. Los Di Tella, con coraje empresario pasaron de fabricar heladeras a autos nacionales. Se construían aeropuertos y se le ganaban terrenos al Río de La Plata, proyectando ciudades deportivas y Estadios para cien mil personas. Los astilleros nacionales producían gran parte de nuestra flota mercante y “el tren marplatense” lucía su rápida figura gris todos los fines de semana. Entonces, crecían YPF, Fabricaciones Militares y Yacimientos Carboníferos Fiscales. La producción de aviones Pampa en los 80’s permitió recordar al Pulqui a reacción, que había dejado su estela en el cielo argentino de mediados de siglo. El Conicet, el Conet y nuestras Universidades Públicas, eran reconocidos frecuentemente en el mundo mientras la Academia Sueca, tan ciega ella, ignoraba en sus premios al escritor con más luces del siglo XX.

¿Para qué más? ¿Para que me llamen nostalgioso? ¡Puede ser! Pero esa Argentina existió en la cabeza y el corazón de los dirigentes que supieron pensar y hacerla realidad, para ser vivida por sus habitantes. Como yo me formé en esa Argentina creo que es posible reconstruirla y a aquellos que me mandan a anotarme al “Club de los Nostálgicos”, les contesto que ya fui, pero que el portero me dijo que no entrara, que ese club ya no es lo que era antes. Por eso apuesto al futuro si los responsables rescatan de la memoria aquellos fundamentos del pasado nacional.