Tribuna de opinión

Acerca de algunas manifestaciones contra la Caja del Arte de Curar

Susana Barruetaveña (*)

María Delia Ramseyer (**)

¿Preocupados por la “movida” que realizan instituciones que nada tienen que ver con la actividad que realizan los Profesionales del Arte de Curar en forma autónoma, ya que de acuerdo a lo que manifiestan sus propios estatutos agrupan a profesionales que se encuentran en relación de dependencia donde no se aplica la retribución por acto profesional con libre elección del paciente, como son SIPRUS, AMRA y APPAMIA y con una nueva entidad, el Gremio Odontológico Argentino, organizado por la odontóloga Norma Cáceres, consideramos que los profesionales -más del 70 %- que hemos cumplido con las obligaciones que fija la ley que rige nuestra Caja, debemos empezar a oponernos a sus desmedidas pretensiones que intentan convertirnos en carne de cañón a los activos pagadores, a jubilados y a pensionados con manifestaciones que son una verdadera “estudiantina”.

Todos deben entender que jubilados y pensionados somos el objetivo primordial de nuestra Caja y debemos oponernos al discurso de estas instituciones que nada tienen que ver con ella.

Tanto es así que se hace mención al pago por previsión incluyendo lo que corresponde a obra social con un claro fin distorsivo.

A la pretensión de pagar de acuerdo a sus ingresos, tomando como referencia el monotributo fijado por la AFIP, sabemos que esto no es una garantía de la realidad ya que, muchos falsean sus declaraciones con el objeto de tributar menos, siendo además una opción no confiable porque depende de decisiones del gobierno nacional que puede variarse de acuerdo con su arbitrio y necesidad.

Hace un tiempo prolongado que la Caja trabaja con todos los colegios y con un actuario y la primera propuesta que éste presentó fue rechazada por unanimidad ya que los más jóvenes deberían pagar una cifra superior a la actual para mantener el monto del haber jubilatorio.

En un segundo cálculo actuarial las opiniones estuvieron divididas ya que las categorías superiores del monotributo debían subsidiar a las menores de manera muy exagerada.

Al no encontrar salida se decidió cambiar de actuario para tratar de lograrla.

En una entrevista que duró más de 40 minutos por la emisora “Aires de Santa Fe” con el periodista Luis Mino, la mencionada Norma Cáceres manifestó: “hay muchos que no pueden hacer frente a los aportes”.

Esto es verdad, pero también hay muchos que no quieren hacerlo “total históricamente no pasaba nada”, siendo la primera vez que la Caja cumple con la ley obligando al pago de los deudores, muchos de los cuales han regularizado su situación.

¿Pretenderán una nueva moratoria a través de la Legislatura Provincial que concluya como las anteriores con el pago de una o dos cuotas y la posterior desaparición de los deudores?

¿Cree la Dra. Cáceres que a nosotros los jubilados nos resultaba fácil hacer frente a las obligaciones para con la Caja? Muchos debíamos sacar dinero de otros recursos para poder hacerlo, pero realizábamos los pagos porque era una obligación.

No vemos en cambio que se manifiesten contra las entidades gremiales solicitando aumento en los aranceles de sus prestaciones, ni contra las universidades que siguen produciendo profesionales para un mercado totalmente saturado en la mayoría de los casos, con lo que logra que sea sencillo para las empresas conseguir contratos con los más jóvenes con haberes indignos.

Cuando hace mención al “negocio de los abogados ejecutores” debería tener en cuenta que para llegar a esta instancia se debe agotar primero:

a) Dentro de los primeros 180 días de la generación de la deuda se informa y se reclama administrativamente para reclamar la cancelación de la misma.

b) Si no hay respuesta la Caja realiza el reclamo extrajudicial y si no hay respuesta dentro de 90 días:

c) Se envía nota del abogado solicitando el pago y si no hay respuesta recién allí se pasa a:

d) Acciones judiciales pertinentes.

¿Cómo se entiende que pese a la enorme cantidad de tiempo que el deudor tiene para llegarse hasta la Caja para resolver su situación, no lo haga?

Además los abogados ejecutores solo cobran honorarios sobre el último tramo reclamado no sobre el total, ¿o es que acaso pretenden con su reclamo que el trabajo de estos profesionales sea sin cargo?

Cuando manifiesta que deberíamos tener la mejor Obra Social, no tengo dudas que es una de las mejores como sostienen muchos afiliados con los que mantenemos contacto.

Respecto del costo de la obra social es interesante leer el artículo “Ranking: ¿Qué prepaga es la más cara después de los aumentos de los últimos meses?”

En el mismo leemos: “Las coberturas médicas individuales para personas de hasta 30 años rondan entre los tres mil y los cinco mil quinientos pesos”

“Cabe tener en cuenta que estos planes son los más económicos, ya que de acuerdo a la edad se supone que los afiliados suelen requerir una menor cantidad de servicios y atención. Así, todas las coberturas que se encuentran por encima de ellos serán más costosas”.

“Los planes individuales para clientes mayores de 40 años de las mismas empresas mencionadas oscilan entre los cuatro mil y los casi diez mil pesos”.

“Las coberturas para matrimonios mayores también son unos de los principales interrogantes, ya que el cuidado de la salud se vuelve más necesario y los controles, más frecuentes. En este sentido, es necesario tener en cuenta que la mayoría de las empresas de medicina prepaga prevén un aumento en el servicio a partir de los 65 años, excepto que que los pacientes tengan la antiguedad necesaria establecida en cada compañía”.

Observando los valores que menciona el artículo para este grupo etario, estos van desde $8.840 a $16.600.

En cambio nuestra Obra Social para el Plan A tiene un arancel de $1.901 para los activos y de $1.550 para los pasivos y para el Plan B de $3.327 para los activos y de $2.619 para los pasivos.

Más adelante sostiene la Dra. Cáceres “la Caja ha dejado de ser solidaria”.

Los que no pagan ¿son solidarios con jubilados y pensionados?

La solidaridad en materia previsional es intergeneracional, o sea, implica que los activos aportan para financiar los haberes de los pasivos. No hay una cuenta individual, sino que cada quien aporta para que otro cobre, y en un futuro, cada uno cobrará porque los que siguen activos aportan. No creo que la solidaridad deba ser entendida como “limosna”, ni que signifique que “los que más tienen” (si fuera posible individualizarlos) paguen sus aportes para que “los que tienen menos” (que no podremos saber quiénes son) no paguen, o paguen menos aportes. El concepto de solidaridad como “liberalidad” es más propio de sistemas de asistencia social, pero no de previsión social, como es una caja de jubilaciones.

(*) Presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados Zona Norte

(*) Secretaria de la Asociación de Jubilados y Pensionados Zona Norte

Todos deben entender que jubilados y pensionados somos el objetivo primordial de nuestra Caja y debemos oponernos al discurso de estas instituciones que nada tienen que ver con ella.

La solidaridad en materia previsional es intergeneracional, o sea, implica que los activos aportan para financiar los haberes de los pasivos. No hay una cuenta individual, sino que cada quien aporta para que otro cobre, y en un futuro, cada uno cobrará porque los que siguen activos aportan.