Crimen en Coronel Dorrego

“Salió a defender a sus hijos y le aplicaron 13 puñaladas”

“Como sociedad no nos podemos permitir esa intolerancia entre vecinos”, dijo la fiscal Cristina Ferraro al término de la audiencia en la que una de las acusadas recuperó la libertad y otra quedó en prisión preventiva.

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Gladys Amarilla fue detenida el lunes y este jueves le concedieron la libertad. En tanto su nuera, María Celeste Benítez, seguirá presa.

Foto: Prensa Ministerio de Seguridad

 

Redacción de El Litoral

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El juez penal José García Troiano dictó la prisión preventiva para María Celeste Benítez (28) y le concedió la libertad bajo reglas de conducta a Gladys Amarilla (51), ambas acusadas por el crimen de Gisela Guadalupe Aguirre, cometido en la noche del 1º de noviembre de 2018, en el barrio Coronel Dorrego.

Las dos mujeres habían sido detenidas el domingo y el lunes de esta semana respectivamente, la primera de ellas prófuga de la Justicia desde hacía dos meses y la otra con pedido de captura vigente. La fiscal de Homicidios, Cristina Ferraro, les imputó este martes la coautoría en el delito de “homicidio calificado por alevosía”, pero el juez descartó el agravante y encuadró el caso como un “homicidio simple” cuya máxima responsabilidad recayó sobre Benítez, que desde un primer momento se dijo que fue quien asestó una andanada de puñaladas sobre el cuerpo de la víctima. No obstante, Amarilla también seguirá ligada al proceso por su responsabilidad.

Por una pelota

El crimen consumado una noche de jueves en las inmediaciones de la calle Lavalle al 8100, fue en presencia de los propios hijos de la víctima, que sólo reclamaban la devolución de una pelota que se había ido para el otro lado. Según pudo reconstruir el Ministerio Público de la Acusación, dos de los pequeños hijos de Aguirre fueron insultados e incluso agredidos por la vecina Benítez y eso generó que la madre saliera en su defensa.

“Gisela salió a defender a sus hijos y según dichos de testigos ella no salió a discutir ni insultando, sino todo lo contrario”, explicó la Dra. Ferraro al término de la audiencia en la que se trataron las cautelares. “La nimiedad de los motivos” es tal que “no se puede creer que por un conflicto en el que unas vecinas se ofuscan porque a un niño se le va la pelota a su casa, llegue en escalada al extremo de darle 13 puñaladas a la vecina. La verdad que como sociedad no podemos permitir esa intolerancia entre vecinos”, analizó.

La pena más alta

En cuanto a la calificación escogida, la fiscal recordó que este martes “hicimos una atribución a las dos por homicidio en coautoría, calificado por alevosía, pero el juez entendió que la alevosía no estaba configurada, por lo cual deberíamos ir a una acusación por homicidio simple”.

Para sostener la calificación Ferraro explicó que “nos basamos en que estas dos señoras generaron un estado de indefensión en Gisela Aguirre”, inmovilizándola primero en el caso de Amarilla, que la tomó por detrás, y Benítez aplicándole las puñaladas, que en total fueron 13. Pero como Aguirre “tenía lesiones en los brazos compatibles con intento de defensa”, el magistrado optó por la figura del homicidio simple.

Por último, la fiscal adelantó que “aun en el caso del homicidio simple, no pediríamos la pena mínima, sino la más alta posible, porque hay muchos motivos para agravar el hecho”, ya sea por “la dinámica, la peligrosidad que demostraron las coautoras, las características de la víctima, el entorno de la familia y la provocación” sufrida por parte de las imputadas.