Lo que dejaron las declaraciones del presidente de Unión...

La disyuntiva de Spahn

  • Salir decimoquinto para no pagar premios o pagarlos porque se clasifica a la Sudamericana; poner la nueva luz para jugar el partido internacional en el 15 de Abril o no ponerla y jugarlo en otra cancha; dar libertades a sus pares o manejar con mano dura para que “no me dejen el peludo de regalo”.
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El presidente de Unión, Luis Spahn y el análisis de sus dichos en el programa oficial de la institución. En la víspera, El Litoral las reprodujo de manera completa. Foto: Mauricio Garín

 

Enrique Cruz (h)

Nadie es el dueño de la verdad. Mucho menos en una actividad tan particular como es el fútbol, donde, como decía Julio Grondona, “los dirigentes de los clubes tienen ‘arco’ todos los fines de semana”. Es decir, el humor de la gente y el “éxito” se va midiendo cada siete días de acuerdo a si la pelota entra o no en el arco. Por eso, todo se hace cambiante, versátil y de una relatividad muy grande.

Es evidente que Luis Spahn ha sufrido un desgaste lógico en estos diez años que lleva como presidente de Unión y hasta él mismo lo señala cuando admite que había pensado en irse a su casa y que en setiembre le había ofrecido su sucesión a alguien que, por lo visto, le dijo que no.

Lamentablemente, Unión se ha acostumbrado desde hace muchísimo tiempo —varias décadas diría— a que el presidente debe tener y poner su chequera. Parece que el club no funciona si no hay una “asistencia económica” de un presidente con poderío económico. Es una suerte de regla no escrita y que no admite variantes. Se termina cambiando, en este caso y cuando esto sucede, la “figurita” de la deuda. Según Spahn, Unión le debe más de 5 millones de dólares. Y además, el propio presidente anuncia que “hay que pensar en ganar el campeonato económico por encima del deportivo”. Generar deuda y no equilibrar números parece ser la condena permanente para Unión. Que el club sea deficitario es una realidad que, en diez años, un exitoso empresario como es el actual presidente no ha conseguido modificar aún costeando un plantel que —todos lo reconocen— lejos está de los de mayor erogación. Lo que Spahn ha logrado, exitosísimamente, en sus empresas, con esfuerzo, trabajo, dedicación y creatividad, no lo ha conseguido en Unión. Está a la vista.

El presidente entiende que todo es “gasto”. Que es un “gasto” poner nueva iluminación, sin darse cuenta de que era una obra necesaria para el club e imprescindible para que el primer partido internacional de los 112 años de historia, se juegue en cancha propia y no en cancha prestada porque la Conmebol no se la habría habilitado. Que es un “gasto” pagar premios porque la campaña es buena. Que es un “gasto” los 3 millones de pesos en un año (¡un año!) que Madelón le pidió para que los jugadores hagan las dos principales comidas en el club, supervisadas por nutricionistas e importantes para fortalecer el grupo. Quizás el presidente debiera saber que en Europa es así, que los jugadores generalmente comparten este tipo de actividades porque así lo determina el club, que no es un “gasto” para nada excesivo para los valores que se manejan en el fútbol y para la cotización que tienen los jugadores, y el presidente también debiera saber, porque además fue deportista de competencia, que en mucho o algo, esto contribuyó a que Unión tenga un equipo de altísimo rendimiento físico a partir del gran trabajo del profesor Mariano Lisanti y sus colaboradores.

Si muchas veces nos preguntamos por qué los equipos de Santa Fe nunca han podido ganar algo, quizás algo tenga que ver el razonamiento de Spahn. Pensar en que hay que estar decimosexto para no pagar premios es de una mediocridad total. Posiblemente el presidente se haya arrepentido de esto que dijo. Lo preocupante es si todavía a eso lo mantiene. Que Unión haya estado siempre de mitad de tabla para arriba fue fundamental para que clasifique nuevamente para una Sudamericana y para que el promedio no tenga el mismo nivel de peligrosidad que exhibía hace dos años, cuando a Spahn no le quedó otra alternativa que ir a buscar de nuevo al mismo Madelón al que había dejado ir unos meses antes.

Todo lo contrario. Spahn debiera estar contento de pagar premios siempre, porque eso asegura estabilidad en la categoría (que a esta altura de los acontecimientos no deja de ser un don preciado para Unión) y grandeza deportiva. Con logros (como el de clasificar para la Sudamericana), se entusiasma a la gente y se consiguen recursos. Pero en su mentalidad en la que gobiernan los números, hay algo en lo que coincido con el presidente: las eliminaciones sucesivas en los tres campeonatos privaron de ingresos muy importantes (375.000 dólares en la Sudamericana, 690.000 pesos en la Copa Argentina y varios millones en la Copa de la Superliga). Quizás, allí debiera indagar para saber qué fue lo que pasó y por qué se cortó todo de manera tan abrupta y hasta inesperada.

Spahn también ha demostrado no ser un buen líder de grupo, un buen conductor. Admitió la “grieta” que existe en su comisión directiva (fue muy honesto y autocrítico de su parte) y también dijo que por “culpa” de las “libertades” que dio al resto de sus dirigentes, le dejaron “el peludo de regalo”. Difícil de creer y entender esto último. Un empresario como Spahn no tiene el perfil de ser tan liberal en los gastos, tampoco puede deslindar sus propias responsabilidades sin hacerse cargo y tampoco, insisto, puede entender como “gasto” el pago de premios al plantel por tener una buena actuación ni que se arregle la luminaria con lo mejor (dijo que las lámparas Phillips eran las más caras).

Siempre lo mejor de Unión estuvo adentro de la cancha, es lo que mejor funcionó en los últimos dos años, es lo que le ha dado alegrías y réditos, a la gente y al club. Réditos que no se pudieron, a veces de manera incomprensible, usufructuar. El otro día, charlando con Claudio Gugnali, decía que el ejemplo a seguir era Vélez. Pues bien: Vélez tuvo un relativo éxito deportivo (se salvó del descenso y ahora está potenciado), pero el crecimiento de algunos jugadores y el buen marketing que se les hizo, permitió el ingreso de varios millones de euros. En Unión, eso no pasó. La política de ventas de Spahn ha sido mala, la gestión de ventas ha sido inconsistente y eso llevó a no valorizar de manera correcta a, por ejemplo, un jugador como Franco Soldano, que venía con el antecedente de ser el tercer goleador del fútbol argentino en la anterior Superliga.

Es la gran disyuntiva que plantea el propio Spahn. ¿Qué buscará ahora?, ¿cómo se encargará de construir algún salto de calidad?, ¿con qué ideas y con qué ambiciones?. No dijo abiertamente que será candidato a presidente, pero a la puerta la abrió de par en par e inclusive señalando que su propia familia le pidió que no se vaya del club. Intentará quedarse. Pero a todas luces, en caso de prolongar a 13 sus años como presidente (llevará 10 en junio) tendrá que revisar sus ambiciones.

 

¿Y si hay frente opositor?

Si bien Glorioso 89 anuncia la presentación de la lista para el martes y Rodrigo Villarreal, con Triunfo Tatengue, está en la etapa final de su preparación para ser una opción en las elecciones del 1 de junio venidero, todavía los diez días que separan del plazo de presentación de listas (el 22 de este mes), puede deparar alguna sorpresa.

En las últimas horas siguieron las “negociaciones” para que se produzca una alianza oficialista entre los sectores que lideran Spahn y Marcelo Martín.

Aparentemente, ese pretendido acuerdo no llega —o no llegó ya definitivamente— y es posible que se abra una alternativa de frente opositor, algo que El Litoral no está en condiciones todavía de confirmar pero que hay que plantearlo como una posibilidad.

Sabido es que Marcelo Martín y Rubén Decoud se conocen desde hace muchos años, compartieron otras directivas y que el actual vicepresidente tuvo varias charlas con Rodrigo Villarreal.

Aunque parezca remanido, hay que decir que la semana que se inicia será clave porque, ahora sí, los tiempos urgen. ¿Dos o tres listas?, esta parece ser la pregunta a contestar en un futuro que, ahora, es inmediato.

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Una de las últimas imágenes de la temporada para Unión: Zabala y Martínez se resignan, bajo la lluvia, en la derrota ante Tigre de la última semana. Con el volante, Unión tiene contrato vigente hasta el 2020 y es dueño del 50 por ciento de la ficha; por el defensor, habría que esperar lo que ocurra con Brítez e Independiente. Es una incógnita.

Foto: Mauricio Garín

El tema Fragapane

El presidente de Unión, Luis Spahn, deslindó responsabilidades por lo ocurrido con Franco Fragapane, quien llegó al club a préstamo, con escasísima continuidad en el fútbol español y sin que las cosas le hayan salido bien en Arsenal, el último club en el que había jugado en la Argentina.

A las pocas fechas, le quitó el puesto a Claudio Aquino y de allí en más nunca lo abandonó: Madelón lo colocó de volante lateral, por izquierda, y su rendimiento fue creciendo. Terminó siendo el goleador del equipo en la última Superliga.

Con Fragapane, hubo activas gestiones por parte de Martín Zuccarelli y Marcelo Martín para acordar su continuidad con la compra del pase y un contrato de largo alcance. Se había llegado a un acuerdo, pero eso no se efectivizó de la manera en que se había dialogado con su representante.

En las últimas semanas, el club le hizo una oferta muy importante pero ya se estaba en la expiración de su contrato. La conclusión está a la vista: casi con seguridad, Fragapane seguirá su carrera en otro club, que puede ser Vélez.