Mirada desde el sur

Aprender a bajarse del tobogán

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Algunos no pensaron jamás en aprender a manejarse en el tobogán. No es difícil. Hay que ser niño y creer en el porvenir y claro, sonreír.

Foto: Luis Cetraro

Raúl Emilio Acosta

En la plaza están todos los juegos. El sube y baja. La hamaca. El tobogán. Cuatro pasos por la escalerita, se llega a la cima, se baja raudamente. Un juego de niños, se sube de a uno y se baja igual.

Cuando CFK hizo toda aquella ceremonia (en rigor una anti ceremonia) y no cumplió con el ritual del traspaso del mando con la banda y el bastón estaba realizando un hecho simbólico muy fuerte. Cristina no se fue. No entregó la presidencia, que la agarre cualquiera porque está suelta. La mini presidencia de Pinedo y la presidencia del Mauricio vinieron del aire, del protocolo no. De los votos sí. Esa es otra cosa. El valor de lo simbólico va por su carril. En algún lugar se encuentran. Ella no usó el tobogán.

Vivimos de gestos. Los símbolos son de múltiple lectura. También su gesto decía no me voy, simplemente me desentiendo un tiempo. O, quizás, no me quiero ir, me encapricho y no le doy nada el bastón.

Hay que tener cuidado con los símbolos. Respetarlos ayuda a entender situaciones que no parecen sencillas, perdón, que parecen sencillas y no lo son. Los votos en el fondo, pero muy profundamente, siguen a los símbolos. El mismísimo voto es un capital simbólico.

PESCANDO SÍMBOLOS

Un presupuesto. Una nómina. Un trabajo. El título de un escrito. El cambio de rubro. Cómo resolver un presupuesto si es otro quien usará el dinero. Símbolos que perdurarán.

Los roles suelen ser tremendos en estos casos. Un ejemplo bestial es Elisa Carrió. Su rol de walkiria de la democracia es útil para destruir procesos que le parecen turbios, pero jamás ha tenido un cargo ejecutivo. Su rol es de Fiscal de la República y sé que hay viejos demócratas progresistas (quedan poquísimos) que se enojarán porque así re significaban al político Lisandro de la Torre. La señora es hábil en juegos simbólicos.

Lo cierto es que la señora Elisa, como Lisandro, en candidaturas ejecutivas fracasaron, flaquearon, esquivaron el bulto y la Carrió, específicamente, fracasó y por sus características acaso fracasaría otra vez, por eso no lo intenta. Mejor cuidar las espaldas de Mauricio. Digresión. Alguna vez será necesario que confiese Rubén Giustiniani cómo fue su vida cuando fue parte del binomio (Carrió / Giustiniani).

La Carrió demostró allí que sabía cómo bajarse del tobogán. Solita. La señora Cristina usó otros modos ya dichos pero algo es similar. Una etapa de silencio. En política, decía Antonio Vanrell, nadie pierde por nocaut. Justamente “El Nito”. Carrió y CFK le dan la razón. Nunca un nocaut.

En la provincia y en la ciudad hay dos toboganes. El socialismo dejará de gobernar. Me imagino la cara, el preciso semblante de Juan Carlos Zabalza, que comenzó su vida pública cuando todo esto del socialismo local empezó: con Héctor “el Tigre” Cavallero. Zabalza dejará de ser asesor del Gobernador en diciembre.

Hay varios casos de históricos que comenzaron en la calle, en las marchas, en el descampado, en la tribuna de estudiantes universitarios (Cavallero fue Consejero Estudiantil hasta bastante mas allá de los 33 años, los lugares ganados no se entregan).

Citar a Zabalza es mencionar a un honesto conciliador. A Zabalza insultó el diputado Larroque mencionando el narco socialismo en la cámara de Diputados de la Nación y por TV. Ese valor simbólico fue fatal. Zabalza fue martirizado en aquel instante. Debían asesinar al progresismo. Usaron al Diputado Zabalza. Inocente, claro está. El socialismo en pleno no supo cómo responder, no pudo, no quiso, vaya uno a saber... El valor simbólico persiste. Herida que no cerró.

Ignoro cómo tomaría el senador Gramajo (siete períodos en su cargo, en el último proceso apoyó a Bonfatti, e igual sostuvo su banca) si mañana debe volver a su casa y desenvolverse sin los hábitos que da la función pública. Tal vez no ocurra nunca, Gramajo sea eterno y en Tostado no haya plazas con toboganes.

Lifschitz tiene una estación intermedia desde donde puede relanzarse: Cámara de Diputados. Si conserva todos sus aliados radicales tiene una tranquila mayoría pero... los aliados radicales tienen su propia lógica. También debería reformular al socialismo. El socialismo, la palabra, es un símbolo. Ya Perón lo sabía y los incorporó individualmente. Por eso los busca Lavagna.

BUROCRACIA NO ES BUEN SIMBOLO

Lo sucedido en Rosario no es sorpresa, nos referimos a la trascendencia pública que suma conservar el cargo de planta y el cargo político. El sindicato, tan atento, siempre lo supo y vamos, el periodismo también. Lo que evidentemente no se sabía es que debían bajarse del tobogán rápidamente. Duele. Lo esquivan. Retardan.

El diputado Bonfatti tiene la presidencia del socialismo en el plano nacional. Conferencias, congresos y la reorganización de un partido de cuadros que, después de Binner, comenzó a ejercer el poder estatal y lentamente abandonó el estudio, los trabajos épicos y se dedicó a administrar el Estado Municipal primero, Provincial después. Más de 20 y 12 años respectivamente. Ideas. Tarea que alguien debe hacer para conservar la vida. Lifschitz o Bonfatti. Dos jefes no es simbólicamente lo mejor.

Tal vez la frase que mejor resuma al socialismo es que ése sueño de Binner se cumplió. No fracasaron. Cumplieron. Lo soñaron en 1970, lo empezaron en 1980, abrieron la puerta en 1985, tomaron el poder en 1990. Ahora se van.

Es necesario arrancar con otra quimera, mirar el Siglo XXI y resolver por cuál sueño se avanza. Estudio. Ideas. El socialismo existe en el mundo y sabe, en el mundo, cómo sobrevivir a la tercera ola industrial y los populismos de izquierda y de derecha.

CALLEJÓN ILUMINADO

En Argentina dos populismos de derecha, abierta y embozada, se disputan el poder en octubre, una de las dos caras de la misma moneda ganará y el socialismo estará fuera.

La izquierda progresista no existe. No tiene muestras significativas, ni siquiera significantes. Diversos pensadores nacionales, de esos televisivos, no de libros, aunque algunos autores de minilibros locales también aparecen (algunos a sueldo en esta provincia, con contratos permanentes o transitorios) deberán pensar mejor y en otro lugar. Se termina este conchabo progresista. Tobogán y adiós. Córdoba. Pilar. UNR. El Estado no. El progresismo no paga más sueldos.

El país está en un callejón cercano y se ha dicho, iluminado. No hay oscuridades. Hay dos personas, una silla, y una de las dos también deberá manejar su tobogán. Mauricio al destierro. CFK al Senado y ver como se reformula el peronismo sin su estrella. Eso es en noviembre. En diciembre todos los que se van se encontrarán que era cierto, nomás.

La Fein. Bonfatti. José Corral. Diputados. Funcionarios. Algunos no pensaron jamás en aprender a manejarse en el tobogán. No es difícil. Hay que ser niño y creer en el porvenir y claro, sonreír. Esto último, en el tobogán, lo más difícil. Hay cada caripela...

Los aliados radicales tienen su propia lógica. También debería reformular al socialismo. El socialismo, la palabra, es un símbolo. Ya Perón lo sabía y los incorporó individualmente. Por eso los busca Lavagna.

Es necesario arrancar con otra quimera, mirar el Siglo XXI y resolver por cuál sueño se avanza. Estudio. Ideas. El socialismo existe en el mundo y sabe, en el mundo, cómo sobrevivir a la tercera ola industrial y los populismos de izquierda y de derecha.