Tristeza en todo el ambiente del fútbol nacional

Murió el “Tata” Brown, un campeón del mundo

José Luis “Tata” Brown, campeón del mundo con el seleccionado argentino en México 1986 y punto de referencia en la historia de Estudiantes de La Plata, falleció este lunes por la noche en una clínica de esa ciudad a los 62 años, luego de luchar durante varios años contra la enfermedad del Alzheimer.

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Gesta inolvidable. Como se ve en la imagen, Brown jugó una parte importante del segundo tiempo de la final del Mundial 86 con el hombro derecho luxado, y había roto la camiseta para poder descansar el brazo metiendo parte de la mano adentro.

Redacción de El Litoral

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Télam

Brown fue un héroe “de verdad” para el fútbol argentino y para el seleccionado nacional, ya que en aquella épica final en que Argentina venció por 3 a 2 a Alemania en el estadio Azteca, el “Tata” no solamente marcó de cabeza el primer gol del partido, sino que jugó durante gran parte del segundo tiempo con el hombro derecho luxado y soportando el intenso dolor que sin embargo no le impidió terminar el encuentro. Claro que para ello y como para refrendar ese heroicismo, le dio una dentellada a su camiseta número 5 y por los dos agujeros que le provocó, introdujo dos dedos que ocupaban el hueco dejado por el hombro que se había desplazado de su lugar.

Ese debe ser el símbolo y la ecuación perfecta de lo que fue José Luis “Tata” Brown, que siempre fue un luchador, desde su época de vida rural en la ciudad bonaerense de Ranchos, donde nació un 10 de noviembre de 1956. Pero para hacer aún más icónica aquella actuación mundialista solamente hace falta agregar que aquel gol, el primero del partido ante los alemanes, fue el único que convirtió con la camiseta argentina, y que además jugó aquella Copa como jugador libre, ya que al momento de ser convocado por Bilardo no tenía club. Había jugado en “su” equipo, Estudiantes de La Plata, durante 10 años, entre 1974 y 1983, para luego pasar por una temporada a Atlético Nacional, de Colombia; luego otra en Boca Juniors y posteriormente a Deportivo Español, que lo dejó en libertad de acción poco antes del Mundial.

Su destino parecía estar signado para esa final, porque su carrera después del Mundial transcurrió sin demasiadas estridencias por el Stade Brestois 29, de Francia; Real Murcia, de España, y Racing Club, donde el futbolista le terminó dejando paso al entrenador. Su carrera como director técnico no transitó si embargo por los mismos caminos de estelaridad, ya que como entrenador principal o como asistente, tuvo pasos no demasiado prolongados por Los Andes (con su amigo y compañero en México 1986, el ex arquero Nery Pumpido), Almagro, Nueva Chicago, Blooming, de Bolivia, Atlético y Ben Hur de Rafaela, hasta ejercer su último cargo en Ferro Carril Oeste en 2013. Además supo dirigir al seleccionado argentino juvenil sub 17 que se consagró subcampeón del Sudamericano de Chile 2009 y consecuentemente atrapó una de las cuatro plazas disponibles para el Mundial de Nigeria de esa categoría.

En su palmarés figuran dos títulos como futbolista con Estudiantes de La Plata en los campeonatos Metropolitano de 1982 y el Nacional de 1983, además de consagrarse campeón olímpico como asistente técnico de su ex compañero en México 1986, Sergio “Checho” Batista, en los Juegos de Beijing 2008.

Su hijo Juan Ignacio también fue futbolista y jugó en su misma posición, como primer marcador central, un puesto que identificó al “Tata” como a ningún otro, ya que por lo descripto, por su forma de ser, por su espíritu y su coraje, no podría haber jugado en ninguna otra posición en la cancha.

Hoy se murió José Luis Brown, con apenas 62 años, y es el segundo de aquella nómina de 22 campeones de México, antecedido por quien fuera su compañero de zaga en la selección nacional, el cordobés José Luis Cucciufo, que recibió un disparo de una escopeta que se le escapó a un amigo cuando compartían una excursión de caza en la zona de Bahía San Blas, en el sur de la provincia de Buenos Aires. Tenía 43 años. Ambos ingresaron en el Olimpo de las grandes glorias del fútbol nacional. Simplemente campeones.

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El gol eterno. El centro de Burruchaga ya superó la mala salida de Schumacher y Brown metió el cabezazo firme para mandar la pelota rumbo a la red. Era el 1-0 en la final contra Alemania.

Su recorrido por Estudiantes

José Luis “Tata” Brown, no sólo será recordado por su gol en la final del mundo en México 86 con el seleccionado argentino sino también por haberse convertido en uno de los capitanes históricos de Estudiantes, el club en el cual se transformó en emblema.

El otrora defensor había nacido en la localidad de Ranchos, pero fue un símbolo genuino de la cantera “pincharrata”. Con apenas 19 años debutó en Primera División, de la mano del DT Carlos Salvador Bilardo, una persona que lo marcó a lo largo de su trayectoria como jugador. Desde su incorporación al conjunto principal, “Tata” ganó predicamento y se transformó en capitán de un Estudiantes, que hizo historia en los años 1982 y 1983 ganando el Metropolitano y Nacional, respectivamente.

En esa campaña histórica del 82, con el “Narigón” en el banco de suplentes, Brown marcó goles importantes. Uno fue en la fecha final de una victoria 2-0 sobre Talleres de Córdoba pero el férreo zaguero central confesó que el tanto que “marqué ante Vélez, cuando se reanudó el partido, tiene un valor importantísimo”, dijo. Ese encuentro entre Estudiantes y Vélez, por la penúltima jornada, en el viejo estadio de 1 y 57, fue suspendido por incidentes. En la reanudación, cuando faltaba muy poco, Brown ganó en una pelota parada y definió un partido clave “porque nos dejó en la puerta de un título que tanto soñábamos”, expresó en un reportaje concedido años atrás.

Brown supo recordar aquellos duelos con Independiente y sostuvo: “Eran partidos especiales. Nos querían bajar a toda costa, pero jugamos grandes partidos y quedamos en la historia. Gracias a Estudiantes llegué a la Selección, fui conocido internacionalmente. El club es todo para mí, me enseñaron, me educaron como persona y salí campeón”, solía contar.

En el “Pincha”, Brown jugó en Primera entre 1975 y 1983, cuando fue transferido a Atlético Nacional de Medellín. Dejó su huella en 290 partidos y 27 goles, uno de los defensores más goleadores. Responsable de ejecutar los penales y clave en el juego aéreo.

Víctor Hugo Morales, quien relató varios partidos en aquella época del equipo del “Doctor” Bilardo solía rematar sus goles con frases como “Estudiantes pica, muele, tritura con la garantía de Brown”, parafraseando a una marca de electrodomésticos.

Fue ayudante de campo en la última época de Carlos Bilardo como entrenador y antes de su enfermedad era otro de los habituales concurrentes al Country Club de City Bell, donde transmitía sus vivencias y era otro de los responsables de inculcar el sentido de pertenencia del club.

También Messi

El capitán de la Selección argentina, Lionel Messi, despidió a José Luis Brown, quien falleció este lunes a los 62 años. “Mis condolencias y un abrazo a los familiares, amigos y personas cercanas al Tata Brown, un referente tan querido de nuestro fútbol”, dijo el futbolista del Barcelona. Messi había compartido la Selección con él cuando Brown era parte del cuerpo técnico de Sergio Batista.

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La máxima gloria. En la entrega de premios en México, levanta la Copa del Mundo, al lado de los sonrientes Maradona y Pumpido.

El dolor de Maradona

El astro futbolístico Diego Maradona lamentó la muerte de su compañero campeón del Mundo 1986 José Luis “Tata” Brown, a quien definió como “un toro”, y subrayó que “nunca” lo va a olvidar.

“Quiero saludar a la familia del Tata José Luis Brown. Viniste a visitarme a Dubai, con tu hijo, y él me contó lo que te estaba pasando”, comenzó el mensaje que publicó el 10 en su cuenta de Instagram. Tras conocer la triste noticia que enluta al mundo del fútbol, el ex futbolista manifestó: “Yo todavía no lo puedo creer, porque siempre fuiste un toro. Te vamos a extrañar mucho, Tata”.

“No sabés cuánto lo lamento, hermano. Los que disfrutamos de tu amistad, nunca te vamos a olvidar. Hiciste un gol en la final de un mundial, jugaste con el hombro roto, y supiste cuánto pesa la copa del mundo. Que descanses en paz”, concluyó el texto.

“Pelusa” acompañó su dedicatoria al “Tata” con un compilado de entrevistas y el video del histórico gol que marcó Brown en la final de 1986, en la que Argentina se coronó con el título al derrotar por 3 a 2 a Alemania: en ese partido, el fallecido jugador se luxó el hombro derecho, pero eligió no salir del campo de juego.

“Un gladiador”

Estudiantes de La Plata mostró su conmoción por la muerte de José Luis “Tata” Brown, al que definió como “gladiador” y remarcó que su “amor por el club” perdurará en forma eterna en el tiempo.

“Un día de máxima tristeza para la Familia Albirroja. Nos deja nuestro gladiador José Luis Brown. Su memoria y su amor por el club perdurará eternamente”, escribió la institución albirroja en su cuenta de la red social Twitter. “Hasta siempre Tata! Capitán, campeón del mundo y ferviente defensor de la filosofía Pincharrata”, completó la cuenta de la entidad platense.

“Me acompañó cuando me fracturé en Italia”

Nery Pumpido (*)

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No dudé en poner en mi estado del teléfono una de las fotos más lindas que guardo, que es cuando me abracé con el Tata, los dos de rodillas, el día que le ganamos a Inglaterra en el Mundial de México. Bilardo nos pedía que no festejemos a lo loco, ni que salgamos corriendo para todos lados, sino que busquemos al compañero más cercano para evitar que nos desconcentremos y nos fatiguemos por el intenso calor y la altura.

Si bien el desenlace era inevitable, no puedo impedir que me salten las lágrimas y me invada la tristeza. Se nos fue un amigo, por eso decidimos estar todos juntos en este durísimo momento.

El “Caballo”, como le decíamos, era un tipo sensacional y es el mejor ejemplo de superación. Cuando fuimos al Mundial, no tenía club, estaba libre. Se esforzaba tremendamente en cada entrenamiento. Y tenía una fe inquebrantable.

Él se queda afuera a último momento en el Mundial de Italia, cuatro años más tarde de haber sido campeones del mundo, pero permanece con nosotros. Cuando yo me fracturé en el segundo partido, el “Caballo” se volvió conmigo a la Argentina, me acompañó, estuvo al lado mío en uno de mis peores momentos en el fútbol y a eso no me lo podré olvidar nunca por el resto de mis días.

Se fue un amigo, un tipo sano, querible, de gran corazón y que nos honró con su amistad. Vino a Santa Fe cuando festejé mis 60 años junto a los otros muchachos que fuimos campeones en México. Todavía recuerdo aquellos días en la concentración del América. Era un tipo divertido, hacía y le hacíamos bromas. Jamás lo olvidaré.

(*) Compañero del Tata Brown en México ‘86