La HERRAMIENTa Aérea del Campo

La aviación agrícola conmemoró su día

La actividad se ha transformado en una herramienta fundamental para la producción agrícola moderna. Menos agua, menos agroquímicos, y la posibilidad de combatir incendios rurales, de la mano de una sola disciplina.

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Apagando todos los incendios. Primero contra las plagas. Ahora, dando una mano en el amazonas boliviano, los aeroaplicadores siguen cumpliendo un rol fundamental para la producción de alimentos.

Foto: Gentileza

El pasado 12 de septiembre se conmemoró el nuevo aniversario de una actividad muy especial para el campo: la aviación agrícola argentina.

Un 12 de septiembre de 1926, el país sufría una devastación agrícola incontrolable en todo el norte causada por la tucura, una plaga muy frecuente en aquellos días, y que hoy parece volver. Era tal la magnitud de este problema, que el Centro de Aviación Civil de Buenos Aires decidió presentar un proyecto de pulverización aérea al Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación. El plan estaba a cargo de los pilotos Viscarret y Gustavo Gerock, que habían modificado un avión añandiéndole una pequeña tolva con descarga ventral.

Pioneros

El plan de los pilotos consistía en trasladarse con el avión al interior de la provincia de Santa Fe (cerca de Rafaela) y esperar la incursión de alguna manga langostera, sobrevolarlas y aplicar insecticida en vuelo.

Los contundentes resultados obtenidos en las campañas sistemáticas contra la tucura significaron una legitimación total de la actividad, y le dieron un espaldarazo necesario para su desarrollo sostenido en las décadas siguientes.

Hoy, con la utilización de productos más amigables con el medio ambiente, y con aeronaves diseñadas específicamente para tal fin, se ha transformado en una actividad indispensable para la agricultura moderna. El hecho de no pisar el lote y el uso de una menor cantidad de agua le otorgan una gran ventaja por sobre la aplicación terrestre. Además, su versatilidad le permite ser utilizada para el combate a incendios rurales y forestales. De hecho, varios aviones aeroaplicadores argentinos están trabajando para ayudar a controlar el incendio en el Amazonas Boliviano, y por la eficiencia del trabajo realizado, se espera que otros más se sumen a la tarea en las próximas semanas.

Flota privada

En la provincia de Santa Fe se estima que existen unas 90 empresas de aviación agrícola registradas, cada una con uno o dos aviones, como mínimo. Esta flota realiza una multiplicidad de tareas, que van desde la aplicación de productos fitosanitarios, la siembra aérea y el combate contra incendios rurales.