“Cualquier dato puede ser relevante”

La Provincia ofrece una recompensa para poder identificar al homicida

La Provincia de Santa Fe informó que se fijó una recompensa de un millón de pesos para quien brinde información valiosa que permita identificar al matador de Julio Cabal. Ayer, vecinos, amigos y familiares marcharon hasta Casa de Gobierno para pedir justicia y seguridad. María Inés, madre de la víctima, agradeció las muestras de apoyo.

La Provincia ofrece una recompensa  para poder identificar al homicida

Una gran concentración se registró anoche en la Plaza de Mayo luego de transitar las calles de la ciudad.

Foto: Pablo Aguirre

 

Joaquín Fidalgo

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El gobierno de la provincia, a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, ofreció una recompensa de un millón de pesos para quienes aporten datos que ayuden a esclarecer el crimen de Julio Cabal.

Según precisó el secretario de Gestión Pública de la provincia, Matías Figueroa, la decisión se adoptó para acelerar la resolución de la investigación por el homicidio ocurrido el martes. Para ello se habilitó la recompensa con la característica de que -quien cuente con información fidedigna- podrá tomar contacto con el teléfono habilitado durante las 24 horas del día y que habrá una protección de la identidad durante el proceso judicial.

De ese modo, los que quieran aportar datos pueden hacerlo de forma anónima o dejar un nombre y un teléfono para que desde la provincia tomen contacto y se pueda acceder a la información.

El funcionario recordó que para la causa que se lleva adelante “cualquier dato es importante” y que a veces hay quienes dudan sobre si es relevante o no y “para la fiscalía cualquier hecho o dato puede ser relevante para avanzar en la investigación y por eso es bueno que se comuniquen y dejan los datos con los que cuenta”.

Por último recordó que ciudadanos que cuenten con información relevante pueden comunicarse telefónicamente con la línea gratuita 0800 444 3583 durante las 24 horas.

“Mi hijo era un ser de luz”

Este miércoles, allegados, vecinos, amigos y comerciantes de todas partes de la ciudad se convocaron en esa cuadra para reclamar justicia. Centenares de personas llegaron hasta el lugar y obligaron al corte de tránsito. A las 19 comenzaron los aplausos que estremecieron la piel de cada uno de los presentes, por media hora.

Cecilia es empleada del comercio desde hace dos años. No encuentra consuelo. No para de llorar. Con bronca y dolor, se lamenta... “¿justicia?, ya es tarde. Julito ya no está. Él era mi jefe, pero jamás me lo hizo sentir. Nunca hizo esa diferencia. Limpiaba y hacía cualquier labor, como todos. Era una gran persona”.

Los relatos de los vecinos son redundantes. Todos guardan la misma imagen de la víctima. “Siempre comprábamos acá. Todos los días. Julito era una persona excelente, muy carismática y atenta. No hacía diferencia con nadie. Tengo un dolor muy profundo”, dijo María Fernanda, una mujer cuya hija camina de la escuela primaria a su casa y pasa diariamente por el lugar a la hora en que ocurrió la tragedia.

Carlos, un comerciante de la zona norte, como tantos otros, cerró su negocio para participar de la manifestación. “No se puede seguir así. Nos roban y nos matan. Casi todos los locales de avenida Aristóbulo del Valle bajaron sus persianas y pusieron listones negros”, contó.

Un momento de gran tensión se desencadenó durante el acto cuando irrumpieron familiares de Lucas Pereyra, un joven asesinado en bulevar Pellegrini y 9 de Julio en el año 2012. Un caso impune. Su padre pidió a los gritos y entre lágrimas la pena de muerte para los homicidas.

“Igualdad”

“Mi hijo no hubiese querido eso”, replicó poco después la madre de Julio Cabal al hablar con la prensa. María Inés describió al joven como “un soñador”. “Él quería justicia, pero de verdad. Luchaba por la igualdad. Era su sueño y era por lo que peleábamos mucho. A veces discutíamos”, recordó la mujer, abrazada por su marido.

“Quiero agradecer a la gente del (Hospital) Cullen -agregó- por todo el esfuerzo que pusieron. Yo trabajo ahí y sé lo que hacemos todos los días por esta gente, que probablemente algún día entre baleada y tengamos que salvarle la vida... una oportunidad que mi hijo no tuvo”.

“Estas muestras de cariño nos llenan de amor. Nos acompañan en nuestro infinito dolor. Mucha gente lo quería a Julito, porque era un ser de luz”, aseguró.

En un principio, la idea de los manifestantes era ir hasta el Ministerio de Seguridad. Algunas personas así lo hicieron, pero el grueso marchó en sentido contrario hasta la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.

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