DESDE HOY VIERNES

Coronda: La Fiesta Nacional de la Frutilla celebra su 60 edición

A lo largo del fin de semana la ciudad y la región vivirán una gran celebración que incluirá show musicales, exposiciones, degustaciones, feria de artesanos y la elección de la nueva soberana.

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Reinas invitadas y postulantes al cetro de todo el país llegan para embellecer la gran convocatoria. El evento cuenta con una nutrida agenda de propuestas que tendrán al fruto como protagonista excluyente.

Foto: ALFREDO CEBALLOS

 

Alfredo Miguel Ceballos

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Este fin de semana, más precisamente del 8 al 10 de noviembre, Coronda y la región viven su gran celebración. Es la festividad por excelencia de la ciudad cabecera del departamento San Jerónimo. Creada en 1946, fue declarada fiesta nacional en 1958 por decreto del presidente Arturo Frondizi. Es hoy una de las manifestaciones multitudinarias más antiguas del país.

Desde este centro de envidiable belleza, Coronda tiene la calidez y el perfume de todas las arenas, de todas las playas. Coronda es un abrazo hermano del aire de noviembre, que se ofrece con la humildad y el fervor del verdadero afecto. Coronda, privilegio de música, de rio, de verdor, de fruto, de amistad, de historia, vive esta semana la tradicional celebración, la Fiesta Nacional de la Frutilla.

Por ello, la región se prepara para celebrar una nueva fiesta de su cosecha mayor, en lo que será la versión 2019, de una de las manifestaciones más antiguas del país.

La ciudad escribirá otra memorable página en la historia de su vida cotidiana y social. Serán tres días con show musicales, exposiciones, degustaciones, feria de artesanos y la elección de la nueva soberana, teniendo como escenario la tradicional Plaza Urquiza y la Avenida Costanera, propuestas felices e interesantes, la ciudad del rojo fruto los está esperando. La región ya palpita una nueva edición, fiesta caracterizada a través de los años por su sentido popular, y paradójicamente su romanticismo, y las frases célebres de las distintas personalidades que hicieron famosa esta celebración

Reinas invitadas y postulantes al cetro de todo el país llegan para embellecer la gran convocatoria. El evento cuenta con una nutrida agenda de propuestas que tendrán al fruto como protagonista excluyente.

Como lo sintetizo una vez el poeta local Cesar Edgardo Biso: “Que viva siempre en nosotros la tierra de las frutillas, el rio de los sauces, el sol de los naranjos, los arenales sin tiempo, los amores insepultos, las esperanzas tardías. Que viva este pueblo ingrávido en el pan de la memoria, en la belleza del paisaje, en la dignidad de la gente..! Bienvenidos a Coronda”.

La Gran Industria

La actividad genera un gran movimiento económico en la región, algunos relacionan directa o indirectamente a 5 mil almas con la producción frutillera. Partiendo del casi centenar de productores, las 300 has. Sembradas, cosecheros, despalilladores, industrias con sus operarios, transportes, y el comercio relacionado al sector con la venta de insumos. Hoy las industrias locales que procesan frutillas cumplen un rol importantísimo, elaborando los más diversos productos con el exquisito fruto.

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Una vez, allá lejos (César Bisso)

Amelia Biagioni fue una de las más grandes poetas argentinas. Nació en Gálvez, en 1916. Después residió en Rosario y en la década del cincuenta se radicó definitivamente en Buenos Aires, donde desarrolló su carrera docente y realizó la mayor parte de su obra literaria. A mi llegada a esa ciudad en los noventa tuve la suerte de conocerla en sus últimos años de vida y, a pesar de la diferencia generacional, nos hicimos muy buenos amigos. Cuando nos encontrábamos, Amelia me saludaba con un “hola negrito chupa naranjas”. Claro, ella recordaba de su infancia que los corondinos eran productores a gran escala de naranjas. Y como la frutilla recién comenzaba a cultivarse, entre ambos dulzores, mi querida poeta prefería relacionarme con la naranja, ya que gracias a ella nos distinguían los galvenses en aquellos tiempos.

Para los precursores que impulsaron el cultivo del fruto rojo fue totalmente distinto. Nadie puede olvidar a Lamberto Lafuente y José García, los esmerados pioneros que iniciaron ese largo peregrinaje de sumir en la tierra numerosos plantines y luego esperar el ansiado momento de recoger el reluciente fruto para comercializarlo en la región. A partir de allí, la economía corondina varió considerablemente, donde las plantaciones de frutillas opacaron el lugar de mayor preponderancia que tenían las naranjas, las arvejas y las batatas, que por entonces fomentaban el progreso del pueblo.

Con los años la frutilla acrecentó su reconocimiento en el país y el mundo. Este pequeño fruto, acostumbrado a resistir en una vasta variedad de climas y suelos, ha perdurado a lo largo de América y Europa, a la vez que su fragancia y sabor han sido elogiados desde la antigüedad por grandes poetas latinos como Ovidio y Virgilio. Pero también aquí pudo encontrar su lugar de privilegio. Un lujo merecido que nuestros labradores han sabido atesorar para siempre.

Una vez, allá lejos, el apelativo recordado por Amelia pudo haberse convertido en un hito del auténtico modo de ser de los corondinos. Pero la frutilla felizmente lo transformó, a pesar de nuestras dulces naranjas.