En el juego, los ecuatorianos fueron superiores

Independiente del Valle, un merecido campeón

Colón fue superado a lo largo de todo el partido, no pudo aprovechar el penal que hubiese podido cambiar el rumbo y cuando llegó el descuento no había tiempo para más nada. Más allá de todo, con poco Colón llegó muy lejos y esto es muy valorable.

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Asunción del Paraguay)

Independiente del Valle jugó la final como se tiene que jugar y Colón no pudo hacer lo mismo. El equipo santafesino estuvo siempre perdido en la cancha, a la que salió con una actitud completamente especulativa, regalando terreno y pelota, y esperando (como en el boxeo) una mano salvadora, la cual nunca llegó.

El rival siempre se posicionó mejor en la cancha y con la conducción de Pellerano fue más que Colón. El argentino fue un “imán”, porque todas las pelotas pasaron siempre por él, mientras que Dájome fue otra de las figuras del partido. Tras el primero y cuando parecía que Colón ensayaba una reacción, una pelota mal enviada por Ortiz, para que Vigo no llegue y de ahí un contragolpe por izquierda y la definición con el gol en contra de Olivera que descolocó a Leonardo Burián.

En el complemento, el penal desperdiciado por Rodríguez fue otro “granito” para la caída, que tuvo una pequeña esperanza con el descuento de Olivera, pero que en definitiva se volvió a lo que mostró el partido con el tercer gol que puso la cifra final.

El arranque

De estudio fueron los primeros minutos del partido que arrancó con un cielo amenazante pero sin lluvia; el partido no mostraba mucho, pero algo estaba muy claro: se jugaba en terreno sabalero, porque el equipo de Pablo Lavallén decidió cederle el terreno y la pelota a su rival y éste siempre se mostró más agresivo en sus ataques.

La primera reacción fue a los 5 minutos, cuando el “Pulga” Rodríguez adelantado alcanzó a robar una pelota y se metió en el área, pero rápidamente Schunke se rehizo y logró meter la pelota en el lateral.

Llegó el agua

El cielo amenazante concretó y arreció la lluvia en la “Nueva Olla”, por derecha Dájome (una pesadilla para Escobar) ganó una pelota y se fue al fondo ganando un tiro de esquina ante el cruce de Fernando Ortiz. No trajo peligro el disparo desde la oreja derecha y enseguida salió Colón con todo a tratar de realizar lo que a priori fue a buscar (explotar la contra). El paraguayo Estigarribia luchó una pelota y se fue por el lateral hasta el fondo, luego tocó atrás para que Escobar meta la pelota en el área, llegando Morelo que fue encimado por un defensor y la pelota se fue al tiro de esquina; la jugada ilusionaba con un Colón que intentaba ir para adelante.

El gol

Con una lluvia torrencial el elenco ecuatoriano era siempre el que más quería y Colón solo esperaba (buscando una mano de nocaut como en el boxeo). Pellerano manejaba la pelota y era el eje del partido, el centro de atracción, porque todas las pelotas pasaban por él y siempre estaba bien ubicado, mientras que Dájome por derecha comenzaba a hacer un surco por su sector y complicaba a Escobar.

Muy fuerte abajo Lértora cometió una infracción en tres cuarto de cancha y el tiro libre ejecutado “con rosca” de Pellerano encontró la cabeza de León que cabeceó de pique al piso, el balón tocó el césped y se arrastró entre las piernas de Burián ante una lluvia torrencial.

Parate

Tras el gol, y con un estadio donde se veía muy poco por la intensidad de la lluvia, el árbitro decidió parar el juego por más de media hora (el final se estiró a una), se especuló mucho sobre la continuidad del juego, pero se pudo seguir.

En la reanudación, el equipo ecuatoriano siguió siendo mejor y en un error de Ortiz nació el segundo: por izquierda, Sánchez le ganó la espalda a Vigo, intentó meter el centro atrás pero el cierre de Olivera descolocó a Burián y con esta jugada se terminó yendo el primer tiempo.

Arrancó con el penal

En los primeros minutos del segundo tiempo, Colón intentó convertirse en protagonista y de hecho se instaló en terreno visitante, pero al equipo de Pablo Lavallén no generaba situaciones de peligro y esto era sin dudas lo que tenía cambiar.

Dejó dudas la infracción a Wilson Morelo pero el árbitro sancionó la pena máxima, lo llamaron del VAR, pero Claus se afirmó en su decisión. El “Pulga” Rodríguez, que nunca falla, pateó mal, muy anunciado y levemente desviado del centro del arco, por lo que el arquero ecuatoriano con solo un paso logró rechazar el balón. Lértora capturó el rebote, pero la pelota le quedó atrás y no pudo definir.

La esperanza de ponerse a tiro se desvaneció y el equipo ecuatoriano volvió a ser el dueño del trámite del partido, porque Colón corría siempre detrás de la pelota y cuando la capturaba la perdía muy rápido. En pocas palabras, Independiente del Valle tocaba y se lucía ante un Colón que estaba perdido en el terreno.

Bien Morelo

Apenas superados los 20 minutos, Colón arrimó peligro y fue por intermedio de una excelente jugada de Wilson Morelo que por izquierda fue dejando rivales en el camino, se metió en el área, amagó a patear pero enganchó una vez más y finalmente fue controlado por León que calzó abajo y le ganó la pelota. Fue sin dudas la situación más peligrosa del partido para Colón, pero en la cual el colombiano no terminó pateando.

Lavallén sacó al pibe Vigo para el ingreso del “Sicario” Ortega, pero el paraguayo no cambió absolutamente nada y el partido tampoco lo hizo: siempre se lo notó mucho más sólido y sobre todo más cómodo al elenco ecuatoriano. Un rato más tarde se vino a la cancha Esparza por Escobar buscando explotar la velocidad del delantero, que en parte lo cumplió, pero que en definitiva no gravitó porque el equipo de Miguel Ramírez seguía muy bien parado en el terreno y seguía siendo peligroso cada vez que cruzaba la mitad de la cancha.

En los minutos finales salió Christian Bernardi y su lugar fue ocupado por Tomás Chancalay, a los pocos segundos de su ingreso le quedó un rebote dentro del área, pero se lo terminó dando a las manos al arquero Pinos.

Ilusión

En los minutos finales y desde un corner llegó el descuento de Emanuel Olivera que tras parar la pelota ensayó una tijera que se metió en el ángulo. Quedaba un solo minuto más los seis que había adicionado el árbitro; luego, y tras la demora del arquero ecuatoriano, se sumó un minuto más.

Colón no pudo llegar más y en una pelota perdida nació el tercero que encontró a Cristian Dájome (junto a Pellerano las figuras del partido) debajo del arco para sentenciar el 3 a 1 definitivo.