Transporte vía fluvial

Procesan a falsos pescadores que tenían la canoa llena de marihuana

La Justicia desbarató una organización que distribuía marihuana en el circuito ribereño de las provincias de Chaco, Corrientes y Santa Fe. El juez federal de Reconquista dispuso prisión preventiva para cinco integrantes.

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Prefectura Naval incautó 160 kilos de marihuana a bordo de una canoa de pescadores artesanales, mientras navegaban por el río Paraná, el pasado 10 de octubre.

Foto: Archivo El Litoral

 

Redacción de El Litoral

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El juez federal de Reconquista, Aldo Mario Alurralde, procesó con prisión preventiva a cinco miembros de una organización dedicada al transporte, almacenamiento y venta de estupefacientes, con la particularidad de que lo hacían utilizando la vía fluvial que une las provincias de Chaco, Corrientes y Santa Fe para distribuir la sustancia ilícita.

Si bien la investigación se inició en octubre del año pasado, por impulso del juzgado y del fiscal Federal, Roberto Salum, el golpe mayor lo dio la Delegación de Investigaciones de Reconquista de Prefectura Naval (PNA), cuando el pasado 10 de octubre incautó 160,622 kilos de marihuana en pleno río Paraná. Esa mañana los uniformados cercaron una canoa de pescadores artesanales que navegaba a la altura de la localidad correntina de Lavalle (unos 80 km al norte de Reconquista); y al revisar la embarcación, hallaron en un doble fondo un total de 147 panes de la sustancia ilícita, cuyo destino era la ciudad de Reconquista.

En la canoa, que tenía un motor fuera de borda, iban Agustín Otmar Troncoso y María Ana Franco, quienes junto al hijo del primero, llamado Agustín Omar Franco (alias “Bebo”), resultaron procesados por los delitos de “transporte de estupefacientes” y “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la participación de tres o más personas”.

En tanto, del lado santafesino, el juez Alurralde procesó a Alexis Nicolás Montiel y a su padre, Marcelo Alberto Montiel, como responsables de “transporte agravado” y “comercialización de estupefacientes”.

En el procesamiento, que fue notificada a las partes el pasado 30 de octubre, también se dispuso el secuestro de los bienes incautados (lancha, motor de lancha, celulares, autos) y se fijó un embargo de $ 100.000 para cada uno de los implicados.

Sitio estratégico

Según destacó el propio Alurralde, “merced a tareas de inteligencia se pudo establecer que periódicamente un grupo de personas realizaba viajes vía fluvial, atravesando el río Paraná desde la ribera de la provincia de Corrientes donde obtenían la marihuana y una vez arribado a la ciudad de Reconquista, la misma se comercializaría en diferentes barrios y zonas aledañas de dicha ciudad”.

Gracias a las intervenciones telefónicas, se pudo conocer el rol que desempeñaban los sospechosos en cada margen del río. De allí surge que uno de los proveedores era un tal “Agustín” (en referencia a Troncoso padre), junto a una persona llamada “Any” (por Franco). Ambos “realizaban viajes vía fluvial, atravesando el río Paraná, transportando estupefacientes a bordo de una canoa artesanal, continuando viaje por el arroyo El Rey, hasta llegar a un zanjón de escasa profundidad, ubicado en una zona de pesca cercana al barrio La Cortada, donde acampaban, disimulando realizar actividades de pescadores, mientras esperaban por el dinero que recibían por la droga”.

Troncos y Franco vivieron en la provincia de Misiones, primero; luego en Puerto Reconquista; y últimamente estaban en la provincia de Chaco, en una casa del barrio San Pedro Pescador, en Colonia Benítez, población ubicada a la vera del río Paraná sobre la Ruta Nacional Nº 16, a poca distancia del puente General Belgrano (conocido como “puente Chaco-Corrientes”). El lugar era estratégico para emprender el circuito costero, que incluía las ciudades correntinas de Empedrado, Lavalle, Goya, entre otras; y finalizaba en Reconquista.

Transporte combinado

Una vez en suelo santafesino, la droga era recibida por Alexis Montiel, quien luego se encargaba de su comercialización al menudeo. Alexis recibía la droga en su casa pero la vendía en la casa de su padre que vive en el mismo barrio, según detectaron los pesquisas.

Para el juez “el grupo investigado tenía una especial habilidad y un modus operandi dividido en etapas y con varios intervinientes, para evitar ser interceptados; no obstante, fue la labor de los investigadores la que permitió desarticular el grupo delictivo que se componía con los “Troncoso-Franco” en el extremo norte (Chaco-Corrientes) y los “Montiel” en la zona de Reconquista, utilizando un medio de transporte combinado fluvial/terrestre”.

En tal sentido, para Alurralde “todos participaban del transporte, ya que por un lado los Troncoso despacharon la droga (específicamente padre e hijo y Franco la transportaban) y en el otro extremo del recorrido los Montiel eran quienes encargaban y los destinatarios del transporte del tóxico para su posterior comercialización”.