“Fue el dueño de casa”, dijo el sobreviviente

Prisión preventiva por el triple crimen de Scarafía

Redacción El Litoral

La fatídica tarde del domingo 24, alrededor de las 18, un oficial de policía arribó a la calle Arzeno al 7300, barrio Scarafía, tras ser notificado de varios disparos. El mismo, redactó en un acta cómo una mujer se asomaba desde una casa blanca y le “dio aviso” de que en el interior había gente herida, a la que le habían disparado. Una vez adentro, el oficial se encontró con un paisaje desgarrador.

En un patio estaba el joven Antonio Matías Fernández (16) en los brazos de su padre, su cuerpo ya sin vida ensangrentado. Más adelante, en un galpón, cuatro personas tendidas en el suelo. Notó el cuerpo de una mujer, María Soledad Ingui (39), boca arriba y mirando a una pared; y al fondo a Miguel Hernán Ravelli (35) que yacía gravemente herido y le costaba respirar. Ante la pregunta de quién había sido, una respuesta certera: “Fue el dueño de casa, Mauro Díaz”.

Además, producto de los disparos falleció Omar Amarilla (37), y resultó herida Celeste Rosa Villarraza (21). Los únicos dos sobrevivientes recibieron asistencia médica, pero mientras ella se encuentra fuera de peligro, Ravelli no corrió la misma suerte: está con asistencia respiratoria, traumatismos en el tórax, daño hepático y órganos internos comprometidos, lo que condiciona su estado general como crítico.

Legítima defensa

Una pistola 9 mm fue el arma utilizada por el muchacho de 18 años, que fue imputado por la fiscal Ana Laura Gioria como “autor de triple homicidio calificado por el empleo de arma de fuego y doble tentativa de homicidio calificada -también- por el uso de un arma de fuego, todas en concurso real entre sí”. Este jueves, el juez de la IPP Pablo Busaniche le dictó la prisión preventiva, a pesar de los propuesto por el abogado del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal, Lisandro Aguirre, que encuadró los hechos dentro de la “legítima defensa”.

Durante la audiencia por la medida cautelar, la fiscal destacó la gran cantidad de llamados al 911 por ese hecho y cómo “las evidencias se van corroborando entre sí”. También, destacó que una testigo vió a Díaz huir de la escena del crimen, ensangrentado y con una pistola en la mano.

Amenazado

Mauro Díaz decidió declarar y dio a conocer su versión de los hechos. “Amarilla le pidió permiso a mi mamá para estar en mi casa”, comenzó. Según su relato, tenían “problemas”.

Díaz relató que estaba amenazado por el ahora fallecido Amarilla, “para que me hiciera cargo de las armas que él tenía” y “para estar con su hermana”, con quien el joven vivía desde hacía un tiempo. “Me dijo que si me iba de la casa, me prendía fuego la mía”. Pero a pesar de esto, el joven relató que decidió “volver” a la casa de su familia, lugar al que lo fue a buscar su cuñado.

Ya en el galpón, Amarilla le habría apuntado con una pistola, pero “no le salió el tiro” y por eso “me pegó en la boca”. Ante esto, Díaz describió cómo sacó de las manos de Celeste Villarraza otro arma, la cual utilizó para disparar contra el hombre, para luego salir corriendo. Mientras huía, dijo haber escuchado “como 6 o 7” disparos. “Cuando salí corriendo la tiré -al arma- en calle Risso, en al esquina cuando doblé” concluyó el imputado.

Justificación

Para el juez Pablo Busaniche “la versión de Díaz, que no está obligado a decir la verdad, lo sitúa en el lugar del hecho, disparando, por más de que busque ser una justificación”, por lo que ante la probabilidad de que la imputación en su contra sea la correcta, y del peligro procesal, resolvió transformar la detención que venía sufriendo en prisión preventiva.