Expectativas por las ventas en el último mes de 2019

Incertidumbre pero con optimismo: la fórmula del comercio para diciembre

Nancy Balza

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“Para ser comerciante hay que ser optimista porque, si no, las expectativas bajarían ante cualquier traspié”. La definición, que dice mucho más de lo que enuncia, es de Carlos Arese, director del Departamento de Investigaciones Económicas y Sociales del Centro Comercial de Santa Fe. Y Martín Salemi, presidente de la institución, la ratifica y potencia: “Con los vaivenes que tiene nuestra economía, los comerciantes santafesinos están preparados para ir a cualquier lugar del mundo y ser exitosos”. Eso sí, ambos reconocen que para tentar al éxito y revertir la baja en la actividad que se agudizó tras las PASO nacionales, el sector apela a todas las estrategias posibles: ofertas, promociones, ampliación de horario y todas las opciones que permita el acceso al crédito, incluido el Ahora 12.

Ambos dialogaron con este diario sobre las expectativas que se abren con la llegada del último mes del año, diciembre, que contiene la víspera de Navidad como día clave, porque es el más esperado por el sector comercial para inclinar la balanza a favor de los ingresos. “Mayor movimiento va a haber seguro”, coinciden. El tema será si los resultados de esa previsión estarán a la altura y cuál será el saldo al comparar el cierre de 2019 con períodos anteriores.

transición y consumo postergado

“Se está dilatando la transición”, coinciden Arese y Salemi para describir en pocas palabras cómo se alimenta el escenario de incertidumbre que condiciona el desarrollo del consumo y del comercio. “La gente había volcado una expectativa muy fuerte a un cambio y a que se potencie el consumo; todavía no hay indicio de acciones porque no hay un anuncio formal de gabinete”, explica Salemi. Precisamente, los cambios de gobierno (en todos los niveles: nacional, provincial y local) van a ocurrir en los primeros días del mes y aún no se sabe mucho de una posible “inyección de dinero para activar el consumo”. “Son todos rumores”, aclara Arese.

A este panorama se suma el concepto de consumo postergado que introdujo días atrás la consultora Elypsis y fue recogido por medios del país. Allí, a partir de una encuesta a 5.500 jefes y jefas de hogar, se concluyó que el 41,5% de las familias afirma tener algún consumo postergado ya sea por falta de ingresos o por incertidumbre; el 60% sostiene que para aumentar su consumo necesitaría más ingresos, mientras que el 29,3% precisa más certidumbre en la política de cambio y en la economía. “Esta condición es fundamental para recuperar el consumo”, sostienen los referentes del comercio que insisten en que “si hay una palabra que define lo que pasó en estos últimos meses, esa es incertidumbre”.

Economía familiar

“El comercio tiene una particularidad con respecto a las empresas grandes porque es una economía familiar, de 4 ó 5 empleados máximo con una relación de muchos años”, describe Salemi. “Formar esa mano de obra lleva su tiempo y despedir a un empleado es desprenderse, prácticamente, de parte de la familia. Por eso es una decisión que se dilata hasta último momento”.

Mucho antes de llegar a esa instancia, el comerciante apela a otras herramientas: “Primero, achicar el margen de rentabilidad, luego del capital y reducir todos los costos posibles antes de cerrar”, asegura. Aún así, hay locales que cierran. Al respecto, Arese señala que en los relevamientos que se vienen haciendo desde 2015, cada seis meses se observa un incremento de locales cerrados “pero nunca un pico, sino que es una tendencia tenue”.

Eso sí, con la misma base y el mismo universo de casos, en cada censo se detectan más locales desocupados. “Es una decisión a la que se llega cuando ya no se puede hacer nada más”, insiste Arese, quien aporta otras lecturas al dato para aclarar que hay mucha migración de negocios que se mudan a locales más chicos, o se trasladan de una avenida a una calle transversal. Y el común denominador en muchas de esas migraciones es el costo del alquiler, “que siempre tiene una incidencia fuerte pero se siente más cuando cae la venta”.

Desafío on line

La venta on line se plantea como una alternativa al comercio tradicional. ¿Qué desafíos supone?, fue la consulta a Salemi y Arese. “Tanto Came como la Cámara Argentina de Comercio nos propone cursos de capacitación para esa modalidad de venta”, dice el primero, y advierte que “los comerciantes tienen que perder el miedo a vender por internet, porque en lugar de tener a mil clientes que pasan por su vidriera, tienen un millón las 24 horas del día”.

Además, anticipa que el comercio virtual va a generar una reconversión de puestos de trabajo, porque es tan importante hacer una venta como entregarla en tiempo y forma. “Vamos a necesitar una capacidad logística en la empresa para recibir el pedido, empaquetarlo, despacharlo y que llegue a destino”. “En Santa Fe esta opción está creciendo” —sostiene Arese—. Tanto que “la idea es anexar a la secretaría comercial un departamento de Comercio Electrónico para tener un área específica en este tema, y que empiece a ser más pujante”, concluye Salemi.