Llegan cartas

Estudiar y luego legislar

Mario Sotelo

Me sorprendió la nota “En Rafaela van por la prohibición de los criaderos de perros y gatos”, publicada en su medio el pasado jueves 21 de noviembre.

Realmente quienes quieren prohibir los criaderos mediante leyes, no conocen nada de la problemática en sí misma.

Y si bien sé que hay criaderos que no hacen bien las cosas, hay muchísimos que sí las hacen bien. No entienden, quizás, que tomando estas leyes extremas están contribuyendo a cortar de raíz la crianza de razas.

Esto es: los estudios de los canes y los asuntos relacionados con los perros se llevan a cabo y son publicados, en general, por aquellos que dominan la literatura o aspectos relevantes de la misma como la Federación Cinológica Internacional o clubes nacionales e internacionales de cría, salud y reglamentos de exposición (Kennel Club). A un nivel más concreto o de estructura formal, por científicos como biólogos, genetistas, zoólogos, conductistas, historiadores y veterinarios (tomado de una de las tantas páginas que hablan sobre cinofilia, y hay muchas...).

En lugar de prohibir, ¿por qué no ahondan en el problema averiguando las causas reales? ¿por qué, no consultan con personas idóneas en la crianza de perros como hacer para tratar de llegar a una solución mucho más acorde que la de una prohibición?

Como por ejemplo, sacar algunas de los tantos sabios que deben tener en el recinto y enviarlos a controlar que los criaderos estén en perfectas condiciones y que los animales estén controlados como corresponde. Esto, por si no lo saben señores, se realiza con los clubes especialistas en la materia como lo es el Kennel Club. Y esto también señores, esta regido y controlado por la Federación Cinológica Argentina, miembro de la Federación Cinológica Internacional. (In-ter-na-cio-nal, señores)

Lógicamente, no irá nadie porque no saben nada ni de perros, ni de gatos. Solamente eliminan todo con una ley prohibitiva.

Entérense bien, empápense en el tema por mucho tiempo.

Lleva años criar perros o gatos a conciencia. No es para nada fácil. Y obviamente, en el camino hay quienes hacen las cosas mal. A estos, son los que tienen que prohibir. Porque sacando a los que hacen bien su trabajo, no solamente cortan la crianza sino que también dejan sin trabajo a mucha gente que les gusta la cinofilia de verdad.

Entonces, de nada vale que dicten leyes sin saber. Podrán hacerlo una y mil veces, pero seguirán sin entender.

Algo más. El lucro lo realizan también los veterinarios que exponen mascotas en las vidrieras. No solamente los criadores venden. Los veterinarios también les piden. Entonces, por dónde empezamos.

Hay mucho para tratar. No es solamente dictar una ley, ordenanza o como quieran llamarla.