Crimen y cinismo

“Vamos a tomar algo por el finado”

El mensaje fue hallado en el teléfono celular de uno de los acusados de matar a Maxi Olmos. El juez les dictó este viernes la prisión preventiva a los dos presuntos asesinos y elogió a los investigadores del caso. “No se puede pedir más pruebas a la fiscalía”, sentenció.

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Los presuntos autores del crimen de Maxi fueron arrestados días después del hecho, acusados de conformar una banda que robaba motos por encargue. Foto: El Litoral

 

Joaquín Fidalgo

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El pasado 13 de septiembre, Maxi Olmos salió de su casa y se subió a su flamante Honda Tornado. Era la segunda vez que la usaba. La sacaba poco porque temía que se la robaran. Tomó avenida Facundo Zuviría para ir a buscar a su novia. Todavía faltaban unos minutos para las 21. Él no lo sabía, pero a corta distancia lo seguían dos delincuentes en un vehículo similar, con las luces apagadas. Doblaron por calle Domingo Silva hacia el este y a los pocos metros los asaltantes atacaron. El que viajaba en el asiento de atrás le apuntó a Maxi con una pistola de grueso calibre. “Dame la moto”, le gritó. El joven no se la iba a entregar, por lo que aceleró y dobló por pasaje Pasteur hacia el sur. Al toparse contra la vía, trató de escapar en contramano por pasaje Larramendi, pero en ese momento cayó al suelo. Había recibido un tiro en una pierna y además se encontró de frente con un auto que circulaba en sentido contrario. Uno de los ladrones se acercó y lo acribilló a balazos cuando estaba tirado en el piso. Murió en el lugar mientras se llevaban su Honda. Algún testigo habría insinuado que el asesino pareció reconocer a la víctima antes de abrir fuego. Por el brutal crimen están acusados Cristian “Pastelito” Martínez y Jesús “Gringo” Noriega. Este viernes, el juez Nicolás Falkenberg les dictó a ambos la prisión preventiva. El magistrado elogió la investigación dirigida por la fiscal Rosana Marcolín y desarrollada por personal de la PDI.

“Gringo” y “Pastelito” fueron imputados por homicidio calificado por el uso de arma de fuego y criminis causa (para poder concretar el robo y lograr la impunidad). Ambos están acusados de formar parte de una banda dedicada al robo de motos que estaba en la mira de la policía desde principios de año. Justamente la doctora Marcolín era quien venía siguiendo sus pasos.

Cuando los sospechosos fueron detenidos, en el celular de “Pastelito” se halló importante evidencia. Pocos minutos después del crimen, cruzó mensajes por WhatsApp. “Esto ni cabida a nadie”. Reclamaba un pacto de silencio. “Vamos a tomar algo por el finado”, sugirió luego con extremo cinismo.

También dentro de ese aparato -que habría estado activo en el lugar y en el momento del asalto- se halló una foto tomada en momentos posteriores al sangriento asalto. En la imagen puede verse la moto robada a Maxi. La certeza de que se trata del mismo vehículo la da un detalle. A la de la foto le falta una pieza de la palanca de embrague, la misma que quedó tirada en la escena del crimen y fue secuestrada por los peritos.

De algunos testimonios surge que “Pastelito” además “junaba” de algún lado a la víctima y que “clientes” habían “encargado” a la banda varias motos similares a las de Maxi.

“La investigación continúa. La fiscal, que está haciendo un gran trabajo, ya venía siguiendo los robos. La semana anterior fue lo de Leguizamón, que no terminó de manera trágica por casualidad. Fueron los mismos delincuentes”, explicó Martín Risso Patrón, abogado querellante que representa a la familia de Olmos.

Se refiere al robo sufrido el viernes 13, también de noche, por Sergio Leguizamón, un motociclista de 57 años que fue despojado de su rodado en el barrio de Guadalupe. Este hombre fue baleado en una pierna por los asaltantes. Herido, se escondió detrás de un auto y tiró un cascotazo. Los malvivientes le apuntaron a la cabeza y dispararon, pero afortunadamente erraron los disparos. Por este hecho, “Gringo” y “Pastelito” también fueron imputados.

Buscan más testigos

“Hay mucha evidencia, pero la familia solicita más testigos. Entendemos que pueden haber tenido miedo en algún momento a estas personas, a que puedan salir en libertad y tomar represalias. Pero, por lo que dijo el juez en esta audiencia está todo encaminado para que reciban una condena a perpetua, el máximo de pena, sin posibilidades de salidas transitorias ni beneficios de libertades condicionales. Es una modificación que se hizo al código y hasta el momento no fue discutida por nadie. No hubo ningún fallo que cuestione la constitucionalidad de esta disposición. Pueden estar tranquilos los testigos que sepan algo de este caso o de algún otro que tenga relación”, aseguró el doctor Risso Patrón.