El Litoral
El operativo lo realizó Gendarmería en la planta de Fray Luis Beltrán. Encontraron un arsenal en una cochera abandonada que no estaba registrada. Hay un presunto faltante de 3 millones de municiones 9 mm y de FAL, entre otras irregularidades.
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Corresponsalía Rosario
Luego de que el Ministerio de Defensa presentara el 14 de marzo pasado una denuncia por supuestas irregularidades en la fábrica de armas de Fray Luis Beltrán, efectivos de Gendarmería realizaron ayer un allanamiento por orden del juez Marcelo Bailaque en ese predio de más de 100 hectáreas donde se sospecha que hubo un faltante de municiones e insumos.
El gobierno de Santa Fe sigue el tema de cerca, porque considera que parte del circuito ilegal de armas se nutre de lo que se cuela por la fábrica de armas, donde se producen municiones de distinto calibre y chalecos antibala. El ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro se reunirá el jueves con el titular de la cartera de Defensa Julio Martínez para expresarle la preocupación.
La causa que se investiga está caratulada como NN, porque aún no hay imputados. Pero los hechos que se investigan son malversación, peculado culposo y abuso de autoridad calificado. En el Ministerio de Defensa sospechan que existía un “circuito paralelo” de venta de municiones e insumos de la fábrica militar de Fray Luis Beltrán. Los delegados gremiales de ATE que integran el plantel de 400 empleados que tiene la planta argumentan que la investigación que inició el Ministerio de Defensa servirá para justificar un fuerte ajuste de personal. En Fray Luis Beltrán no hubo hasta ahora achicamiento de la planta de personal.
El allanamiento que encabezó Gendarmería duró más de 12 horas. Y los investigadores se toparon con algunas sorpresas y nuevas irregularidades que recargan las presunciones de que allí había un comercio paralelo de armamento y municiones.
Según señala el diario La Nación, en los allanamientos se detectó un faltante de casi 3 millones de balas de distinto calibre, entre ellas 9 milímetros y 7.62 (calibre que usa el FAL), de 9 millones de fulminantes y se detectó un excedente de municiones no declaradas. Pero lo que más llamó la atención fue que cuando empezaba a caer la tarde se detectó un arsenal completo que no estaba declarado en los registros, en el que había municiones 12.70, 7.62, gases lacrimógenos y espoletas activas de mortero, entre otros.
Este lugar de acopio era una antigua cochera abandonada, que es la última construcción del predio que tiene unas 100 hectáreas. Después de ese galpón improvisado está el alambrado perimetral. Más allá de que esas municiones e insumos que no estaban registrados lo alarmante, según confiaron las fuentes, era la precariedad y la falta de seguridad de ese lugar para guardar municiones de guerra.
A la par de que se corroboraron varias hipótesis que había arrojado la auditoría ordenada por el ministro de Defensa Julio Martínez, funcionarios de esa cartera aportaron nueva documentación probatoria. Se descubrió que parte de los fulminantes que figuraban como faltante en la planta de Fray Luis Beltrán aparecieron en la fábrica militar de Pólvoras y Explosivos Villa María. En ese predio también aparecieron, según revelaron las fuentes, 24.000 kilos de pólvora que no estaban en Fray Luis Beltrán. Lo que se comprobó es que esos insumos figuraban en Villa María en “remitos de orden interno que violan la normativa de la AFIP. Lo que se sospecha es que esas triangulaciones entre las dependencias de Fabricaciones Militares escondía un circuito paralelo de comercialización. Es posible que parte de la pólvora y fulminantes hayan ido a parar al mercado ilegal y al que nutre los cotos de caza, que en esa provincia son muy importantes.
La justicia federal en Rosario también investiga otro hecho paralelo de faltante de 19.600 balas ( 9 mm y 32), que fue denunciado el 30 de diciembre de 2014 por el coronel Guillermo Sánchez, luego de que se realizara un inventario tras el cambio de mando en el Batallón 603, que está al lado de la fábrica de Armas de Fray Luis Beltrán. El entonces ministro de Defensa Agustín Rossi decidió el cierre de la dependencia militar y ordenó el pase a retiro del director de Arsenales del Ejército Argentino, coronel Hugo Víctor Meola. Dos oficiales y cinco suboficiales que estaban encargados de la custodia del armamento fueron suspendidos.
En febrero de 2011 ocurrió otro robo de armas del Batallón 603, cuando se detectó el faltante de 154 fusiles FAL. La investigación de ese hecho también estuvo a cargo del juez Bailaque, una investigación que enfrentó un trágico inicio, luego de que el sargento ayudante Hernán Solís, que se desempeñaba como jefe de la Sección Armamento de la Compañía de Abastecimiento del Batallón, se suicidó con su arma reglamentaria en su casa.
Los recurrentes faltantes de armas y municiones en el ex Batallón 603 y la Fábrica de Armas de Fray Luis Beltrán hacen suponer que había un mecanismo para desviar armamento y municiones al mercado ilegal. Se confirmó que balas y armas que pertenecían a FM aparecían sin registro en los arsenales del ex Batallón 603. Hay que recordar, como publicó este diario en 2004, que lotes de fusiles FAL del Ejército con el sello de FM aparecieron en manos de narcos de las favelas de Río de Janeiro.