Florencia Arri
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Algunos casos requieren internación y cuidados intensivos. Por el dengue, en el Alassia también aconsejan usar repelentes.
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“Atendemos un promedio de 300 casos al año y los picos son en estos tres meses de verano”. Así explicó el Dr. Osvaldo González Carrillo, director médico ejecutivo del Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, la cantidad de casos que atiende ese efector por picaduras de alacrán: entre 3 y 5 por día. Todas las picaduras se producen en los domicilios y todas necesitan examen médico.
Si bien la mayoría de las picaduras son leves, los de escorpionismo moderado necesitan internación para observación y administración de suero, y los graves internación en cuidados intensivos. “En estos días tuvimos casos leves y moderados y algunos graves que entraron a terapia pero anduvieron bien”, destacó Carrillo.
La cantidad de casos se debe a la presencia en Santa Fe de la especie Tityus trivitattus, una de las más riesgosas para los seres humanos. Dependiendo de la edad del ejemplar, la cantidad de veneno inyectado, la proximidad de la picadura a los vasos sanguíneos y la susceptibilidad de la víctima.
“Los casos leves requieren observación médica por 6 horas. Los moderados presentan síntomas generales como dolor abdominal, sudoración, vómitos y taquicardia, y requiere internación y administración de suero. Lo ideal es que la atención médica llegue antes de las 2 horas”, explicó el director del Alassia.
Más vulnerables
Los niños pequeños y ancianos son más vulnerables a desarrollar cuadros severos luego de una picadura. En estos casos los síntomas generales más importantes son: dificultad intensa para respirar, arritmias o insuficiencia cardíaca y hasta un trastorno del sistema nervioso central que provoca confusión y desorientación en tiempo espacio. “El veneno tiene un efecto cardíaco directo, hace que el corazón se dilate y disminuya su fuerza. Por eso el síntoma más frecuente es la insuficiencia cardíaca, que puede durar una semana. En cuidados intensivos se fortalece al corazón para que tenga una mejor recuperación y se recupere”, detalló Carrillo.
Por la cantidad de casos de escorpionismo que atiende, el hospital santafesino es referente nacional de escorpionismo. Un estudio presentado por su plantel médico en el 24º Congreso Argentino de Terapia Intensiva en 2014 detalló que el 42 % de las veces el alacrán pica en el pie, el 17 % en la mano, 15 % en el muslo o las piernas, el 7 % en el tronco; el 10 % de los casos son lactantes picados en su cuerpo mientras están en la cuna o la cama, y el 9 % sin datos.
Araña rinconera
Los alacranes o escorpiones no son insectos sino arácnidos, y no son el único riesgo de la población santafesina. En nuestra zona también está presente la “araña rinconera”, del género loxóceles latea, que produce lesiones en piel que pueden extenderse.
Este tipo de araña también es conocida como “la araña de los cuadros”, porque se esconde detrás de los muebles del hogar. Mide de 8 a 30 milímetros, es de color marrón y tiene marcas dorsales con una línea negra. Su veneno puede dar fiebre, escalofríos y orina con sangre. Sin embargo, a pesar de su presencia, las picaduras no son frecuentes: “Tenemos 2 ó 3 por año -destacó Carrillo-. La característica de la picadura es que no duele en el momento pero produce lesión, y en algunos casos pueden aparecer síntomas generales”, agregó.
Repelente para mosquitos
Ante la presencia en la ciudad de Santa Fe del Aedes aegypti, el mosquito transmisor de dengue, zika y chikunguña, la dirección del Hospital de Niños destacó la importancia del uso de repelentes. “Afortunadamente, todavía no tenemos casos autóctonos, pero hay que tener cuidado porque estamos muy predispuestos: la lluvia y la humedad crean un ambiente propicio para el crecicimiento de la población de mosquitos y eso es un problema. El uso de repelente es fundamental en la prevención, además del cuidado en los hogares”, remarcó Carrillo.
La eliminación de cacharros o depósitos de agua en los patios de las casas y en su interior es fundamental para prevenir estas enfermedades, ya que el mosquito busca poner sus huevos en recipientes artificiales que se encuentran en exteriores (cacerolas, latas, botellas, neumáticos) y dentro de las viviendas (floreros y plantas acuáticas) y en los lugares donde se almacena agua (bebederos de animales, piletas, cisternas, tanques).
El hielo ayuda
En general, la aplicación de frío sobre la picadura calma el dolor y la inflamación. En las picaduras de alacrán, ayuda un poco más: “El hielo es importante en la picadura de escorpión porque disminuye la circulación del veneno”, explicó el Dr. Osvaldo González Carrillo, director médico ejecutivo del Hospital de Niños. En el resto de los casos de picadura de insecto, el pediatra también recomendó la administración de un analgésico si el dolor se vuelve más intenso.
Cómo tratarlas
La mayoría de las picaduras de insecto provocan lesiones en la piel con inflamación, urticaria e incluso dolor, que tienden a resolverse en horas o en días, en muchas ocasiones de forma espontánea y sin precisar ningún tratamiento específico.
Las recomendaciones generales, de menor a mayor intensidad de los síntomas, pueden ser las siguientes:
Lavado de la piel con agua y jabón, sin romper las ampollas o vesículas en caso de existir.
Extracción de cuerpos extraños (por ejemplo, aguijones) mediante pinza estéril o raspado, pero nunca mediante succión o utilizando las manos.
Desinfección local, preferentemente con agentes que no coloreen.
Corticoides tópicos (de potencia leve).
Antihistamínicos y analgésicos orales.
En general, en las picaduras de insecto se recomienda frío local. La aplicación de frío local permite un efecto antiinflamatorio y analgésico y disminuye la absorción de algunos venenos, mientras que el calor puede inactivar algunas toxinas termolábiles.