Joaquín Fidalgo
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Se enfrentaron unos 200 sujetos a patadas, piñas, cascotazos y palazos. Algunos policías resultaron heridos y patrulleros fueron dañados.
Joaquín Fidalgo
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La guerra interna de oscuros personajes que manejan los gremios de la construcción tuvo este jueves por la mañana una nueva batalla encarnizada en nuestra provincia, en la que 200 hombres se enfrentaron con la ferocidad de siempre.
Todo ocurrió en Cayastacito, localidad del departamento San Justo, más precisamente en el predio del ferrocarril, donde estableció su parador la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que está repavimentando la ruta provincial 62, en el tramo que une a Emilia (en la ruta nacional 11) con Cayastá (en la ruta provincial 1).
En ese lugar la tensión fue aumentando con el correr de los últimos días, porque dos entidades sindicales se disputan la afiliación de los obreros: la UOCRA por un lado y el SITIC por el otro.
La temperatura del conflicto llegó a su techo durante la mañana de este jueves, cuando imprevistamente se encontraron en el lugar unos 60 sujetos que responden al SITIC y otros 150 que pertenecen a la UOCRA.
La policía -que tenía apostadas un par de patrullas en ese sitio- se vio desbordada. En vano, los escasos uniformados trataron de dispersar con disparos de escopeta con munición anti tumulto (postas de goma) a los exaltados rivales. La calma, tensa, recién volvió a la escena cuando llegaron los refuerzos.
Antes de eso se vivieron momentos de extrema violencia, en donde los grupos libraron un combate que fue por momentos cuerpo a cuerpo y por momento a distancia, utilizando cascotes como proyectiles. En los videos que circulan pueden apreciarse individuos blandiendo martillos. Además, algunos testigos aseguran que se mostraron armas blancas y de fuego en medio de la pelea.
A pesar de la gran cantidad de lesionados que hubo, ninguno de ellos fue atendido en los centros de salud cercanos.
Si debieron ser hospitalizados algunos policías y varias patrullas terminaron en el taller, con cristales destrozados y chapas abolladas.
Para brindar seguridad en el lugar, las autoridades de la Unidad Regional XVI solicitaron colaboración a otros departamentos, que enviaron numerosos efectivos a Cayastacito.
Según informa en su portal el sitio San Justo Noticias, un delegado de UOCRA llamado Sebastián Páez relató: “Ellos llegaron al obrador a presionar a nuestros afiliados para llevarlos a su gremio. Un gremio que sólo está autorizado para trabajar en la ciudad de Santa Fe. Además no sólo presionaron sino que también amenazaron a los muchachos. En definitiva, ellos lo único que quieren es afiliar más gente para conseguir el aval y así poder funcionar como sindicato. Hoy no son nada, solo patoteros y drogadictos que no dialogan sino usan la fuerza”.